jueves, 31 de marzo de 2011

El amor es mejor que cualquier analgésico

Amor, amor, amor, y yo me enamoro. Y yo me enamoro del dolor, dice el estribillo de una popular canción de la intérprete española Chenoa, en una de las innumerables piezas musicales que aluden a la particular y a veces intrincada relación entre estos dos sentimientos humanos: el amor y el dolor.
Se sabe que los sentimientos amorosos alivian los dolores del alma, es decir, la mordedura de la soledad y tantas otras situaciones que afligen a quienes integran una pareja o bien carecen de ella y desean formar una, explica la psicoterapeuta María Campos Oliva, experta en neurolingüística y control de las adicciones.

LO NUEVO DEL AMOR. Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (EEUU), ha comprobado que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor con la misma eficacia que los analgésicos e incluso que algunas drogas ilegales, como la cocaína. Es posible, porque el amor activa las mismas regiones del cerebro donde actúan los medicamentos destinados a calmar el dolor: el sistema de recompensa cerebral, que es el encargado de generar recompensas bioquímicas ante determinados estímulos que recibe la persona.

SIMILAR A UNA ADICCIón. Los doctores Sean Mackey y Arthur Aron que dirigieron el estudio solicitaron a los 15 universitarios reclutados para su investigación que trajeran fotos de sus parejas actuales y también imágenes de personas conocidas que tuvieran un atractivo similar al de sus parejas.
Los participantes observaron, las imágenes que ellos mismos habían traído, al tiempo que eran expuestos a una sensación de dolor suave, provocada mediante un estimulador térmico que se les había colocado en la mano y era controlado mediante un ordenador. Su actividad cerebral fue registrada mediante una tecnología de diagnóstico por imagen denominada resonancia magnética funcional (fMRI).
Los investigadores comprobaron, que tanto el observar fotos del ser amado como escuchar frases de distracción realmente reducen el dolor físico, en mucha mayor medida que la imagen de una persona que resulte atractiva.
En cambio, lo que Mackey y Aron han denominado analgesia inducida por amor, estuvo más relacionada con los centros de recompensa, unas estructuras profundas del cerebro que pueden bloquear el dolor a un nivel espinal, del mismo modo que hacen efectos los analgésicos, como la morfina.

15 UNIVERSITARIOS participaron de un estudio realizado en Estados Unidos.

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