viernes, 22 de abril de 2011

mi novio odia a mi PERRITO

Puede parecer hasta gracioso, pero más de una mascota ha determinado la separación de una pareja feliz. Que no te pase

‘Un novio te abandona, tu perro no’, fue lo último que le dije a Eduardo antes de que me dejara. Él era muy tierno y cuidadoso conmigo, pero su relación con Khalúa era muy diferente. Tengo un sharpei de año y medio. El problema surgió cuando Eduardo trató de jugar con él y el perro le empezó a gruñir. Desde ahí, Khalúa le agarró odio. Ni bien lo veía llegar, gruñía. Mi perro es muy cariñoso, pero no logré que se lleve bien con mi novio. La relación empezó a volverse molesta: Eduardo no quería ir a mi casa por Khalúa, y cuando lo hacía, se ponía de mal humor y terminábamos peleando. Así se acabó todo. Yo lo quería”, cuenta Cristina, de 28 años.

Tu pareja o tu perro. ¿A quién elegirías entre los dos? A la agencia AP y a Petside.com se les ocurrió hacer esta consulta en Estados Unidos. El 84% optó por la pareja, pero un sustancial 14% eligió a su mascota.

Un dato más: Las personas solteras fueron más proclives a elegir la mascota por sobre la pareja: así lo hicieron el 25% de solteros consultados, contra un 8% de casados.

Entre los solteros estaba Fidel Martínez, de 30 años, de Akron, Ohio, quien jamás se desprendería de Killer, un perrazo de 45 kilos que encontró en un refugio de animales, destaca elinformador.com.mx. "Sin pensarlo dos veces dejo a mi novia por él", declaró Martínez. "Sé que parece absurdo, pero he tenido muchas relaciones con mujeres. Mi perro jamás me defraudó".Martínez y Killer llevan juntos siete años. Martínez tiene una novia desde hace cuatro años.

No planean vivir juntos, pero ella asegura que se lleva muy bien con Killer. ¿Puede tener tanto peso una mascota en una relación? “Es feo. Es un doberman de ocho meses, odioso. Desde que la mamá de Marcos le regaló al cachorro, estoy celosa.

Cuando Carlos y yo estamos hablando de algo importante, él me corta y le empieza a hablar al perro como bebé. Mi chico ya no quiere salir porque no quiere que el bicho se quede solo... yo ya estoy harta de pasarnos el fin de semana viendo tele y haciendo todo entre los tres. Además, como duerme con su mascota, mi chico huele a pelo mojado”, dice Mariana, de 23 años.

DETESTO A SU PERRO

“Hay que aclarar dos cosas. La primera, la mascota no tiene la culpa de los problemas de pareja y jamás uno debe descargarse en su contra. La segunda, no hay por qué sentirse culpable por no gustar de las mascotas”, explica el psicólogo Jorge Antezana. “Los amantes de los animales deben aceptar que hay gente que no se siente cómoda con las mascotas —por miedo, desconocimiento o salud— y viceversa. El tratar de ‘tonto’ al que mima su mascota y de ‘insensible’ al que no quiere una, sólo agrandará aún más el problema”.

El diálogo es la primera herramienta a aplicar. “Mariana debe decirle a su novio que siente que pierde espacio cuando la atención que debería dedicar a una charla entre ellos se ve disminuida por atenciones al perro. La mascota merece tener su tiempo tanto como ella. Por eso no debe obligarla a pasar tanto tiempo entre los tres, pues ella necesita intimidad”, propone Antezana.

Esta situación, aparentemente sencilla, puede agravarse. “Hay personas que maltratan a los animales para llamar la atención de su pareja. Y cuando el perrito es de ambos, alguien presiona con quedárselo sólo para hacerle daño al otro en caso de ruptura”, expone el especialista.

MASCOTAS QUE UNEN PAREJAS

A esto se agregan los casos de salud, como las fobias y las alergias. “No puedes obligar a alguien que tiene alergia a los gatos a convivir con tu mascota. Es una cuestión de decisiones que se debe discutir, teniendo siempre en cuenta la forma de sentir de ambos miembros de la pareja. En la comprensión está la clave de una buena relación”.

Sin embargo, el efecto de las mascotas puede ser también unificador. En casos de parejas que conviven sin hijos, un gato travieso o un perro juguetón pueden ayudar mucho. “Los cuidados que los animales requieren suelen servir para neutralizar el efecto del malhumor y el estrés, además de crear más vínculos en la pareja. Por eso es importante el elegir juntos el animalito a criar, de tal forma que sea un incentivo más para compartir la vida en común”, sugiere Antezana.

Los animales exigen tiempo, paciencia y dedicación. Para un matrimonio, los cuidados dispensados a la mascota representan un proyecto común que los une ante la gratificante recompensa de fidelidad, amor incondicional y agradecimiento que la mascota manifiesta por sus atentos dueños. Hacerse cargo de una mascota, sobre todo cuando no se tienen hijos, es una actividad para compartir en pareja. La experiencia promete gratos momentos de contemplación de las travesuras y muestras de afecto que las pequeñas mascotas brindarán a todos.

PARA TOMAR EN CUENTA

Alergias. Si tú o tu pareja se ponen mal en presencia del gato, se debe confirmar primero que la alergia es realmente al pelo felino. Muchos médicos señalan al animalito, cuando se trata en realidad de una reacción al polvo o a los ácaros del pelo del gato. Si es así, basta con bañar al gato continuamente y ponerle un buen humectante para el pelo.

Negociación. Cuando dos personas conviven y una ama a los animales y otra no, es importante el llegar a acuerdos que satisfagan a ambas partes. Una pecera o una tortuga pueden ayudar a apaciguar a las personas a las que les molesta —más que los animales— el olor del pelo, los destrozos de los cachorros, los ladridos y los desechos orgánicos.

Celos. No se sabe a ciencia cierta si un perro siente celos, pero hay comportamientos que lo sugieren, señala facilisimo.com. Cada mascota tiene su forma de demostrar su disgusto, pero normalmente tendrá una actitud más agresiva o apática. Para evitar los celos, se debe dedicar atenciones a la mascota en presencia del ‘intruso’, para que vea que esta persona no afecta la relación.

Responsabilidad. Según destaca Antezana, las mascotas han ayudado anímicamente a muchas parejas que no pueden tener hijos. “Debido a la estructura familiar de la sociedad, el hecho de no tener hijos puede causar estrés y problemas en una pareja. La presencia de un cachorro puede resultar muy útil para contener en algo el instinto maternal, además de ser fuente de grata distensión”.

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