jueves, 26 de mayo de 2011

Madres que se resisten a la independencia de los hijos. Una etapa inevitable.

La rutina que por años la familia conservó y cultivó en el hogar puede desaparecer de golpe, cuando los hijos crecen y escogen un rumbo lejos de casa. En el pasado quedan los desayunos en familia, el ruido y las discusiones de los “niños”.
Esta situación se denomina Síndrome del Nido Vacío y se produce cuando los hijos abandonan el hogar de los padres, “ya sea por matrimonio, razones profesionales o por sus deseos de independencia”, señala el psicólogo Óscar Urzagasti.
Se estima que afecta más a las mujeres que a los hombres, dada la relación estrecha de la madre con los hijos. Muchas veces esta separación puede ser vivida como un desgarrarse, sobre todo en aquellas mujeres que han postergado su desarrollo personal por dedicarse exclusivamente a la crianza de sus hijos.

Mamá es afectada. El especialista sostiene que el rol de madre va evolucionando desde que nace el niño hasta cuando llega el momento de marcharse de casa “Cuando esto sucede se llama emancipación y desvinculación, significa que el niño creció y es lo suficientemente dependiente emocionalmente para poder emprender su vida", añade.
Ahora bien este cambio va a generar una crisis en las familias, en muchos casos las madres son más afectadas, porque se resisten a que los hijos crezcan.

SEGUIR EN CASA NO ES SALUDABLE. La emancipación es saludable tanto para el hijo como para los padres. Si el hijo se queda en casa va a evitar que sus progenitores asuman su rol de padres ya que el joven queda entrampado, dice Urzagasti, por ejemplo: "si el papá gruñe el hijo va y le dice a la mamá que el papá está enojado, traducen lo que pasa y a la hora de hacer su propia familia no pueden dejar a sus padres porque sufren de culpa y esto va a generar un daño a la familia completa, lo mejor que puede hacer un hijo es emanciparse", dice la explicación profesional.
Otro caso que se da es cuando el hijo se casa y lleva a la esposa a vivir con los padres, ahí tampoco se da una emancipación, al contrario es solapar dos etapas y esta puede hacer que la situación con su pareja fracase.


¿CUIDADO CON LA ACTITUD?. Cuando una madre no asume la independencia de un hijo puede generar algún tipo de depresión o boicot para evitar que el hijo se emancipe, empieza a desarrollar algún tipo de patología se enferma y obliga a que el hijo siempre esté a su lado.
El experto sostiene que es importante que la madre a parte de ser mamá, pueda ser mujer, esposa, amiga, abuela pueda tener otros roles que le permitan el dejar de utilizar solamente este, ya que en muchos casos el ser padres es un rol que se vive a rajatablas hasta el final y es el único que le da sentido de vida y les permite ser.
La madre debe darse cuenta que después que el hijo alce el vuelo ella junto a sus esposo pueden volver a ser pareja, hay una reingeniería en la cual empiezan a viajar juntos y hacer metas, ambos asumiendo su nueva etapa y rol como parejas.

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