miércoles, 20 de julio de 2011

¿Qué pasa con el amor si el deseo se enfría?

“Cuando mi novio y yo empezamos a salir, nos atraíamos bastante y ambos buscábamos la mínima oportunidad para estar juntos, y tener relaciones sexuales. Por desgracia, con el tiempo (nueve meses) las ganas se fueron apagando y, pese a haber hablado de matrimonio, ahora ninguno de los dos toca el tema”, cuenta Raquel, de 36 años, quien afirma que ya no está muy segura de querer formar una familia con él, pues siente que la atracción se terminó.

Muchas veces, tanto los hombres como las mujeres han sentido la misma duda antes de seguir con una relación más seria: creen que se les enfrió la pasión. La psicóloga Tatiana Jáuregui expresa que es muy importante analizar hasta dónde alcanzan los sentimientos que se ofrecen y si son suficientes como para seguir adelante con todo cuanto implica una relación, tomando en cuenta que “muchas veces el sexo se presenta sin que exista el amor o viceversa”.

“Hay dispositivos para activar la vida sexual, que inicialmente están enraizados en la atracción, la novedad y los demás acápites de la pasión: el enamoramiento, la idealización del otro y las expectativas sobre el otro”, explica la especialista.

Para la mayoría de las parejas, el principio de la relación marca un hito y cada uno experimenta un fuerte deseo de estar con el otro, y de fundirse en sus brazos. Esto explica el intenso deseo sexual al principio, pues se considera la expe- riencia como algo novedoso.

Por lo general, al comienzo de toda relación, surge un fuerte e imperioso deseo de intimidad que permite la actividad sexual. “Eso no necesariamente implica que el deseo sea solamente sexual, vale decir que, en esa fase de la relación, es común que las personas se dejen llevar por la situación, por la emoción y la excitación del momento. Como resultado de esto surge la acción sexual”, aclara la psicóloga.

EL ENFRIAMIENTO

No obstante, cuando la novedad de la relación se va perdiendo y cada uno se habitúa a la compañía del otro, en muchos casos el deseo sexual se va disipando. Está claro que no todas las personas son iguales y el proceso descrito puede que no suceda en todos los casos. “Creí que esto no funcionaría, debido a que ella, desde el principio, inventaba algo para no tener sexo conmigo. Hoy estamos juntos más de un año y aprendí que existen otras cosas que son más primordiales y que el sexo es un complemento”, argumenta Rubén (40).

En definitiva, asegura la psicóloga, es la novedad la que impulsa la atracción sexual y hace que se mantenga durante un determinado tiempo. “Una vez que pasa esta situación de inicio, donde se está entrando a experimentar la comunicación y la relación con el cuerpo, que además toma su tiempo, se pasa a otra etapa mucho más relajada y tranquila, con otras prioridades”, agrega.

El psicólogo Bismarck Pinto expresa, en su artículo Las etapas del amor, el enamoramiento o el estrés del deseo, que “las personas más estúpidas confundirán el descenso del deseo con la desaparición del amor y propondrán el rompimiento del vínculo, sin percatarse de que el ser humano ha superado las necesidades básicas para priorizar los valores trascendentales, que serán los que configuren la creación del lazo amoroso”.

“El amor no es cuestión del sistema nervioso autónomo, regido por las exigencias genéticas. En todo caso, el amor es definido por las regiones prefrontales de la corteza cerebral, las que están dirigidas por los condicionantes morales de la cultura”, agrega Pinto. Por tanto, el enamoramiento no es producto de una elección consciente, sólo se da.

Jáuregui refuerza esa teoría señalando que las parejas deben tener claro, antes de continuar con una relación seria, hasta dónde son capaces de llegar por la otra persona. Cada quien debe analizar si su amor es suficientemente grande como para hacer una vida juntos.

El sexo sí existe sin amor y confundirlos es un error. Por ello, se deben alimentar de formas diferentes. Por ello, hay que tratar de mantener la llama del amor constantemente buscando elementos que resulten novedosos, como los que encendieron la chispa aquella primera vez.

Realidad
La interacción inicial en la que la pareja empieza a conocerse físicamente puede durar uno o dos años, ya que la pasión está a flor de piel y ambos se sienten enamorados. Hay que esperar a ver si el amor permanecerá cuando se presenten elementos reales, como las proyecciones, el tema económico, las relaciones sociales y las expectativas de ambos.

Confusión
Según el psicólogo Bismarck Pinto, “los varones más que las mujeres tienden a confundir el apasionamiento con el amor, de ahí que muchos se casan enamorados y esperan una vida conyugal con intensa actividad sexual. Las mujeres, en cambio, tienen más tendencia a confundir la intimidad con el amor, por lo que suelen casarse esperando un compañero antes que un amante sexual”. Toma el tiempo necesario para analizar tu relación antes de dar un paso más serio.

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