domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Soy bipolar?

Lo dijo

" 2% de la población mundial es bipolar, y sólo hablamos de personas diagnosticadas. es una de las causas de discapacidad laboral más importante”

Franz Siles
Psiquiatra y Psicoanalista de la clínica Los Olivos


“Es como si estarías en una montaña rusa en cámara lenta; por un tiempo sientes como si estuvieras en la cima del mundo y que puedes hacer todo, pero pronto sumerges en una profunda y horrible depresión”, confiesa Mariana que supo que es bipolar hace cinco años.

El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía junto a episodios depresivos; por ello el afectado oscila entre la alegría y la tristeza de manera extrema.

“En el caso de una persona bipolar se habla de depresión o melancolía y manía o euforia, estado en el que la persona tiene mucha energía en todo sentido; mental, sexual, física…”, explica Franz Siles, psiquiatra y psicoanalista de la clínica Los Olivos. La persona afectada se siente eufórica y alegre sin una razón específica pues “son estados que aparecen en función de los desarreglos químicos en el cerebro”, explica.

Este trastorno del estado de ánimo es una condición que te acompaña toda la vida y se caracteriza por altas tasas de recaída, ansiedad, abuso de sustancias, disfunción y mortalidad prematura debido a la alta tasa de suicidio; de acuerdo a estadísticas mundiales; el 15 por ciento de los afectados se quita la vida.

Se considera que una persona es bipolar si a lo largo de su vida ha sufrido depresiones profundas y al menos una vez ha pasado por un episodio de manía. La “manía” es una conducta fuera de lo común en la que la persona actúa de forma eufórica constantemente. En este estado, el afectado es incapaz de controlar su vertiginoso ritmo de pensamientos y acciones, no tiene límites, rebosa de energía y euforia. Sin embargo, luego cae en una profunda depresión, la otra cara del trastorno bipolar.
El cambio de una fase a otra (de manía a depresión) es variable y entre fases hay periodos de estabilidad. “El tiempo de duración de cada ciclo varía de una persona a otra. Depende del entorno, la familia, el tratamiento…”, afirma Siles.

No estás sola

“Dos por ciento de la población mundial sufre del trastorno bipolar, y sólo hablamos de personas diagnosticadas. Es un elevado porcentaje y es una de las causas de discapacidad laboral más importante del mundo”, explica el psiquiatra.

El desorden bipolar puede afectar tu vida laboral. 88 por ciento de los pacientes dicen que la enfermedad pone en riesgo su carrera profesional. Asimismo, los impredecibles y extremos cambios de humor afectan las relaciones sociales, afectivas y familiares. “En particular es la fase maniaca la que asusta a muchos amigos o familiares”, dice Siles
“Es difícil tener una relación, tu pareja debe ser comprensiva y paciente. Esta condición afecta las relaciones que tienes con las personas que más quieres… los alejas sin querer hacerlo”, revela Mariana.

Y es que este trastorno afecta la habilidad para ser funcional en las actividades de cada día.
En la actualidad se sabe más acerca de las causas y el tratamiento del trastorno. En este contexto, la genética juega un papel fundamental. Siles explica que las personas que tienen un familiar con un trastorno del estado de ánimo, son más propensos a estas condiciones.

“El aspecto genético condiciona la vulnerabilidad a sufrir el trastorno. La vulnerabilidad está ahí, pero también hay un segundo grupo de factores que son los desencadenantes. Éstos se dan en algún momento de la vida, ya sea por alguna circunstancia que produce mucha afectación emocional o un momento muy traumático que puede marcar inicios de depresión. Una persona acostumbrada a los psicotrópicos como alcohol u otro tipo de drogas, también es vulnerable”, explica Siles para añadir que las drogas detonan la enfermedad o pueden desencadenar en trastornos de tipo bipolar. En muchos casos, la persona bipolar los usa para “escaparse” de su realidad, lo que empeora el problema.

Un espectro amplio

Se puede hablar de cuatro tipos de trastornos del estado de ánimo del tipo bipolar: trastorno bipolar tipo I, tipo II, ciclotimia y trastorno bipolar no especificado.

“Si bien se habla de estos cuatro subtipos, la condición está emparentada a un espectro más amplio de trastornos que tienen que ver con los estados de ánimo, que van desde la psicosis a una característica de la personalidad”, aclara Siles.

La diferencia entre el trastorno bipolar tipo I y el II es que en el segundo se sufre de hipomanía. Los episodios hipomaníacos no llegan a los extremos de la manía, en sentido de que no provocan alteraciones sociales u ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos.

“En la manía el estado de euforia es extremo, y en la hipomanía se experimentan los mismos síntomas pero en un menor grado”, explica el experto. El trastorno bipolar tipo II es más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía aparecen como un periodo de éxito con alta productividad y una persona no suele hablar de ello, pues cree que es normal.

El trastorno bipolar no especificado es un diagnóstico que se utiliza para indicar afecciones bipolares que no encajan en otras categorías diagnósticas. Aunque los pacientes por lo general acudirán en busca de ayuda en la fase depresiva, es importante averiguar si alguna vez se ha dado un episodio de manía o hipomanía a traves de una cuidadosa interrogación.

Alarma!

Es importante tratar esta condición a tiempo, pero este trastorno es difícil de diagnosticar. “Puede tardar hasta ocho años en ser diagnosticada. Mientras más tarde se alcanza un diagnóstico, el trastorno será más difícil de tratar”, enfatiza Siles.

Y es que el trastorno bipolar, y muchos otros trastornos del estado de ánimo, pueden pasar desapercibidos, pues pensamos que tuvimos un mal día, que nos levantamos con el pie izquierdo o que estamos felices porque sí. También hay quienes no aceptan su enfermedad.

“Pensaba que todos eran como yo, que sentían lo mismo, que era normal sentirse feliz y triste. Por eso nunca pensé que sufría un trastorno. Pero con el tiempo, la manía se hizo evidente y llegué al punto de estar fuera de control. Lo importante para el tratamiento es aceptar que eres bipolar”, dice Mariana. Sin embargo, muchas veces para llegar a este punto, la persona debe “tocar fondo”, momento en el que se hace evidente que algo no está bien. Ese es el caso de Carrie Fisher, actriz bipolar conocida por su papel de la Princesa Leia en La guerra de las galaxias.

“A los 28 años sufrí una sobredosis, en ese punto comencé a aceptar mi diagnóstico bipolar”, confesó.

Adictos al “high”

“Extraño la manía, amo la manía… se siente tan bien, sientes que puedes hacer todo. Nada es imposible. Pero todo es químico, no es real. Por eso no debes escuchar lo que pasa en tu mente, escucha a tus médicos”, aconseja Mariana.

Muchos pacientes no toman sus medicamentos porque no quieren salir del estado “high”. “Esta es una afirmación común y una de las características del desórden bipolar. Las personas que han tenido ciclos de mania se acuerdan de esta etapa y coinciden en que es un estado tal, de tanta energía, vitalidad, positivismo, autoestima… que no quieren salir de él. Ven todo como posible, alcanzable. Pueden hacer malos negocios y gastar todo lo que tienen por sus ideas optimistas. Es la parte de la disfuncionalidad de la enfermedad, pues la persona no está en pleno control de sus argumentos ni de la realidad. Son excesivamente soñadores y tienen aspiraciones irreales”, explica Siles. Es tal el disfrute de sus sentimientos de euforia y estos ciclos en los que son “más productivos” que dejan el tratamiento, lo que puede llevar a serias complicaciones, desde abuso de drogas o alcohol a pensamientos y comportamientos suicidas.

Luego del periodo maniaco, se cae a la realidad y llega un choque emocional que lleva a la depresión. “Después de un ciclo de euforia el afectado entra a la normalidad, y al darse cuenta de todo lo hizo, dijo y generó. Esa misma conciencia lo hace bajar a la depresión”, explica.

Una vida con él

Estos cambios de humor pueden ocurrir pocas veces al año o varias veces al día. Sea como fuere, quien tiene la condición debe aprender a vivir con ella. ¿Cómo? Manteniendo el desorden controlado con el tratamiento adecuado y el control de un experto. “La vulnerabilidad y la enfermedad esta ahí toda la vida. Pero con el tratamiento adecuado la persona lleva una vida normal”, explica Siles.

“El tratamiento se basa en medicamentos. La psicoterapia es importante, pero en estos casos no es el eje central de la terapia, es un apoyo. A futuro la tendencia es buscar nuevos tratamientos y la Estimulación Magnética Transcraneal es una de las alternativas”, afirma.

Una de las grandes preocupaciones del desorden bipolar son las consecuencias negativas del comportamiento acelerado y el abuso de las drogas; 60 por ciento de los bipolares abusan del alcohol, fármacos y drogas recreacionales. Por eso es fundamental que la persona con la condición, o vulnerable a ella, tenga cuidado con los psicotrópicos. “Estar en contacto con fármacos, alcohol u cualquier otra droga. puede desencadenar en un episodio”, reitera el especialista.

Si tienes algunos de los síntomas de depresión o manía, ve a tu médico. El desorden bipolar no mejora solo. El tratamiento adecuado por un experto ayuda a controlar los sintomas. Los bipolares medicados pueden llevar una vida plena y son más creativos que el resto de la gente.

Creativos y artistas

El trastorno bipolar se encuentra en una cantidad desproporcionada de personas con talento creativo, como artistas, músicos, escritores, poetas y científicos, y algunos acreditan a su condición de bipolar el tener tal creatividad. Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que la creatividad es mayor en pacientes con el desorden. Investigaciones indican que la manía o hipomanía es el estado que contribuye a la creatividad, ya que existe un incremento en la energía, la confianza y la actividad. Durante el periodo maniaco, la persona no tiene límites y tiene otra percepción de la vida, dando rienda suelta a la creatividad. Es como si las paredes, que inhiben a la población general, no existen en las personas con manía.

Asimismo, las personas con el trastorno son más emocionales, más abiertos a la experimentación y tienen un comportamiento arriesgado. Como consecuencia son más enérgicos e ingeniosos. Los cambios constantes de la manía a la depresión también les da una perspectiva única del mundo.

Muchas famosas figuras históricas que tienen el don de la creatividad, se cree que han sido afectadas por un trastorno del estado de ánimo.





Down!

periodo azul

“No quiero salir de mi cama, no quiero cuidarme, ni ducharme. No me importa mi trabajo, mis amigos ni mi familia… y no sabes porque te sientes así”, dice la paciente. Y es que durante esta etapa hay una falta de interés en las actividades diarias que antes la persona disfrutaba. Los sentimientos constantes de tristeza, culpa, ira y soledad y/o desesperanza son señales de un periodo depresivo. Los desórdenes de sueño y del apetito (lo que lleva a la ganancia o pérdida de peso), fatiga, problemas de concentración, odio hacia uno mismo, apatía o indiferencia, despersonalización, pérdida de interés en la actividad sexual, timidez o ansiedad social, falta de motivación, e incluso ideas suicidas, son síntomas de este periodo “negro”. “No quieres ser parte de tu vida. No quieres vivirla ni disfrutarla”, confiesa la afectada.

QUICKIE

Los niños pueden tener trastorno bipolar. En ellos esta condición se puede confundir con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad ya que los síntomas son similares.

High!

periodo rosa

El incremento en la energía y en las actividades es muy común; uno no para de hablar, ni tiene necesidad de dormir, su mente va a mil por hora, se distrae rápidamente y puede manifestar e incluso llevar a la práctica ideas irreales, grandilocuentes y sobre optimistas. En la fase maníaca se puede presentar exaltación del estado de ánimo y delirios de grandeza. En este episodio se tiende a comprar compulsivamente. También hay una inquietud excesiva, por lo que bajan de peso debido a un metabolismo acelerado. No controlan su temperamento ni su comportamiento irresponsable y se entregan a actividades placenteras como andar en juergas, tener múltiples compañeros sexuales, consumir alcohol y otras drogas… lo que puede causar estragos en la familia, la pareja o el trabajo. Incluso pueden llegar a tener creencias falsas y alucinaciones.


QUICKIE


Investigaciones afirman que los acidos grasos omega 3 mejoran la función cerebral y la depresión asociada al desorden bipolar. Pero más estudios son necesarios para determinar cuánto ayudan. Lo que sí, daño no te hará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario