sábado, 24 de diciembre de 2011

Vigile el peso en el embarazo

Subir mucho o muy poco de peso durante el embarazo puede ser perjudicial, tanto para la salud de la mamá y la del niño. Y es que pese a que hoy en día se sabe que en el embarazo no se debe "comer por dos", como se pensaba antiguamente, el aumento de peso es un tema al que pocas mujeres le toman importancia.

De acuerdo con el ginecólogo David Moreno, como en todo, existen unos valores generales sobre el aumento de peso en el embarazo; "sin embargo, también dependerá de la constitución de la madre; es decir, si su peso era normal o si existía sobrepeso o bajo peso antes del embarazo de acuerdo a su estatura y estructura ósea, entre otros factores".

El peso indicado. Si bien cada caso es diferente para Roxana León, ginecóloga del centro Marie Stopes, en términos generales lo ideal es aumentar 12 kilos durante los 9 meses. "Estos se van ganando cada mes, a partir del cuarto mes ya se va notando la diferencia, pero es en el sexto mes que el peso ya es más elevado porque el bebé crece, el líquido amniótico también aumenta y es por eso que se nota mucho más el aumento de peso", describe.

El tipo de embarazo. A su vez, Moreno explica las diferencias que pueden existir en cada caso. "Si estás baja de peso, tu médico probablemente te recomiende que subas desde 14 hasta 20 kilogramos. Pero si tu peso es normal, entonces la ganancia debe mantenerse entre los 12 y 16 kilogramos", señala.

Por otra parte, enfatiza que en caso de haber obesidad, seguramente su médico le pedirá que se limite sin hacer dietas a subir no más de 7 a 12 kilogramos.

Mientras que si está esperando gemelos, entonces su médico le pedirá que engorde un poco más que cuando es un embarazo de un solo bebé. Según las investigaciones, si son gemelos, entonces la ganancia debe de ser de entre 16 hasta 23 kilogramos, pero si son trillizos o cuádruples, entonces se debe subir de 25 hasta 40 kilogramos.

El efecto del exceso. Cuando el peso sobrepasa los estándares establecidos, este puede traer consecuencias para la madre y el niño.

De acuerdo con León, en las embarazadas se puede producir el aumento de la presión arterial y esto le puede llevar a una preclampsia y luego a una eclampsia, dependiendo de cuánto esté la presión aumentada. "También puede llegar a producir un edema, uno de pulmón, generalmente como es un aumento de peso, va a haber un edema en miembros inferiores, de la mano y a veces de la barriga y se da la ganancia de peso por esta retención de líquido y no siempre va a ser porque la embarazada se haya alimentado muy bien, hay retención de líquido que puede llevar al aumento de peso", recalca.

Este aumento también puede influir en el bebé, todo dependiendo de la patología de la madre, señala la especialista. "A veces la mujer tiene una alimentación chatarra y hace que el bebé acumule grasa y nazca con exceso de peso", dice.

Poco no es saludable. Por otro lado, cuando también se evita subir los kilos necesarios puede tener su efecto, enfatiza la ginecóloga, "nacen con bajo peso, puede adelantarse un parto o incluso los niños nacen anémicos".

Dieta equilibrada. Los expertos coinciden en que la clave está en una alimentación de calidad y no de cantidad, significa comer frutas, verduras y proteínas. "Muchas embarazadas solo buscan saciarse el apetito y no se alimentan, por ello es importante asistir a su control prenatal para que su médico le indique los alimentos correctos y sobre todo se puedan detectar patologías que pueden afectar el embarazo, como el aumento de la presión arterial, la preclampsia y la diabetes, entre otros", concluye León.

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