La compatibilidad sexual comúnmente se refiere a la facultad que tiene una pareja de tener armonía en su vida sexual. La mayoría de las personas piensa erróneamente que esta actividad de pareja, se limita sólo al contacto íntimo, cuando la realidad es que se tiene otros componentes que son muy importantes, como los aspectos físicos, emocionales y hasta espirituales de la vida en pareja.
Si dos personas por voluntad propia deciden estar juntas, siguen creciendo individualmente, tienen una vida propia, se aman y se respetan, lo más probable es que no tengan problemas sexuales difíciles de resolver.
Para alcanzar esta plenitud sexual será necesaria una comunicación abierta, basada en el diálogo y el mutuo interés en las necesidades de la pareja. Además de eliminar ciertos aspectos que entorpecen el desarrollo normal de la sexualidad, entre los cuales se destacan:
a) Pereza sexual, es cuando uno de los dos deja que el otro haga todo. Donde el acto sexual se convierte en una obligación y termina siendo un compromiso del cual se desea salir rápidamente.
b) Egoísmo sexual, cuando cada uno se preocupa de sí mismo, yo siento, yo quiero, yo importo y lo que sienta la otra persona no.
c) Mitos y tabúes, la educación impartida, a través de afirmaciones falsas han hecho mucho daño a la sexualidad humana sana. “Los patrones de conducta de un ser humano en la sexualidad lo rigen en su vida: una persona abierta, sensata, asertiva, aplica esos mismos aspectos en su vida diaria. Alguien hipócrita, con doble moral, que recurre al engaño o a la presión, actuará igual en sus aspectos profesionales, laborales o sociales”.
d) Orgullo y miedo, el primero se ve reflejado en él y el segundo en ella. Lastimosamente aún se puede escuchar en la sociedad el dicho: “El hombre aún sigue siendo ciego y creyéndose que es el macho dominante que puede ordenar, gritar y hacer el amor con imposición”. A diferencia de la mujer que siente miedo de que su pareja le cuestione dónde aprendió o porque desea algo diferente, aspectos que le privan de transmitir sus deseos y necesidades.
Para alcanzar la compatibilidad sexual será necesario darse permiso para el placer, el aprendizaje, el conocimiento y para elegir una vida sexual en libertad, sin mandatos ni modelos impuestos por la familia o cultura.
Sin conformarse con los grises de la convivencia automatizada, sino buscar la manera de intercambiar ideas, de comunicarse sin soberbia ni verdades absolutas, de crear espacios para la intimidad mental de la pareja compartiendo pensamientos, fantasías, sentimientos que servirán para trabajar en la construcción de una vida sexual plena y satisfactoria.
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