Como en todo existen dos polos totalmente opuestos. Algunas mujeres quieren ser madres lo antes posible, mientras que otras prefieren esperar hasta estar realmente preparadas, si lo suyo es el primer caso, en esta nota le damos los pro y contras de ser madre a temprana edad.
Y cuando hablamos de temprana edad nos referimos a los 20 años, ya que según estudios científicos, la edad adolescente como pasados los 35 años no son una edad ideal para tener un hijo, mientras que los 24 años la mujer está en su momento de mayor fertilidad.
La ventaja de los 20. A esta edad físicamente el cuerpo se encuentra en perfectas condiciones para responder las demandas que implica el llevar a un bebé en el vientre, señala el ginecólogo Óscar Flores. "La juventud es un aliado en este proceso, problemas como diabetes gestacional, hipertensión y preeclampsia presentan menos grado de incidencia a esta edad y existe una mayor probabilidad de llevar a cabo un embarazo sano, sin complicaciones que pongan en riesgo el desarrollo del bebé y la salud de la madre", dice.
Puntos en contra. Ahora, en lo que se refiere al ámbito emocional, la psicóloga Eva Oberlander dice que a esta edad es probable que las mujeres encuentren más difícil adaptarse a la llegada del bebé y tengan que renunciar a algunos beneficios. "Cuando tienes 20 años o un poco más, por lo general estás en la etapa de establecerte, definiendo tus metas, académicas, profesionales o laborales. Tener un bebé en este momento de tu vida conlleva un paréntesis en todas estas actividades, lo que podría jugarte en contra al momento de retomar el ritmo", advierte.
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