jueves, 14 de junio de 2012

Sueños indeseables

Viví cuatro años con constantes pesadillas, casi me vuelvo loco", cuenta Eduardo, ahora de 30 años, quien dice haber experimentado reiteradas veces la aparición de demonios mientras dormía e inexplicables "salidas" de casa sin levantarse de su cama. Las pesadillas en la edad adulta pueden convertirse en una situación desesperante, puesto que se caracterizan por hacernos sentir miedo, impotentes y fuera de control. Consultado al respecto, el psicólogo Eduardo Sánchez explica que cuando tenemos estos trastornos de sueños largos se viven ataques de angustia y situaciones aterradoras, que despiertan al durmiente y suelen recordarse con claridad. Existen dos fases en el sueño, la primera con ondas lentas y después de unos 90 minutos entramos en la segunda etapa, que son los movimientos rápidos de los ojos, en la que generalmente ocurren las pesadillas, de las que nos cuesta despertar. "Al lograrlo sufren angustia y nerviosismo", indica el especialista. Chávez enfatiza que las causas principales son la ansiedad, la sensibilidad y depresión. "Cuando pensamos que todo nos va mal, que la vida no vale para nada", tenemos más probabilidades de tener pesadillas, añade.

Exteriorización. Para el neurólogo Alejandro Peralta las pesadillas son la exteriorización de las vivencias y conflictos personales no superados. "Son manifestaciones de nuestras frustraciones, pánico y temores", agrega. Cuando las pesadillas son repetitivas puede que se trate de un problema en la personalidad, que tiene que ser tratado profesionalmente.

Sueño, actividad activa. El especialista puntualiza que el sueño es una actividad activa y no pasiva. Optimizar el descanso y evitar estas molestias en las noches es importante, para ello recomienda hacer ejercicio, tener buena alimentación, evitar el ronquido, dormir en buena postura y no consumir bebidas alcohólicas.

Otra perspectiva. Desde el punto astrológico, Juan Carlos Aliaga explica que un individuo tiene siete cuerpos, uno de ellos es el astral, que abandona el cuerpo físico cuando dormimos. "Cuando sienten que ha salido y, sin embargo, no se ha movido de su cama, es por esta razón", señala. En esta dimensión se pueden ver las mismas cosas de la realidad, hasta personas que ya han fallecido.

Seres demoníacos. Según Aliaga, también existe un mundo del bajo astral que está lleno de malos espíritus y en el cual ocurren las pesadillas. "Esta es la razón de las presencias demoníacas en nuestros sueños", manifiesta. Una pesadilla es peligrosa cuando no somos conscientes de la naturaleza de esta, "perder el control en esta situación puede ser letal, por ello es importante reconocer que no es real", destaca.

No comer, ni discutir antes de dormir. El astrólogo recomienda que para evitar las pesadillas no se debe exagerar en la cantidad de la comida antes dormir debido a que provoca congestión "y esto nos lleva al bajo mundo", subraya. "Antes de dormir evite las tristeza, el dolor, discusiones e imágenes terroríficas. Más al contrario, mire películas de humor y escuche música suave", concluye Aliaga.

Rezar. Rezar una oración durante la pesadilla o repetir la palabra tetragrámaton evita las malas situaciones en su sueño.

No estimulantes. No consuma estimulantes antes de dormir. El café, té y energizantes pueden incrementar su nerviosismo.

Control. Controlar la pesadilla, dándose cuenta en su sueño de que la pesadilla es algo irreal y no asustarse, es otro opción.

Ruidos. Si duerme en una casa donde se escuchan ruidos, póngase protectores en los oídos, pueden ser los causantes de sus pesadillas.

Hable. Converse con alguien o escriba toda su pesadilla sobre papel, puede resultar un tratamiento terapéutico efectivo para su subconsciente.

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