miércoles, 15 de agosto de 2012

Menopausia Vs adolescencia

Con la llegada de la menopausia empieza la etapa de una nueva vida en las mujeres, pero sucede muchas veces que esta situación se da justo en el momento cuando la hija atraviesa por la adolescencia. ¡Un verdadero dilema!, ¡choque de etapas! y para muchos una combinación que puede resultar una bomba.

Lidia, que ha entrado a la pubertad, se lamenta por esos granitos que le molestan tanto, los cólicos que detesta y para colmo en su casa las peleas van y vienen porque su mamá, Rosario, tampoco la pasa muy bien, porque se está acercando a la menopausia. ¿Qué hacer?.

La culpa es de las hormonas. Las conductas de las mujeres están estrechamente relacionadas con el estado hormonal, explica la terapeuta familiar, Claudia Ríos. "Y precisamente en la pubertad y en el climaterio las hormonas se alteran, pero a la inversa".

En la adolescencia, los estrógenos y la progesterona aumentan, provocando un mayor nivel de energía, alta sociabilidad y agrado; de manera que inicia el interés sexual hacia otros. Las jóvenes comienzan a pasar más tiempo con sus amigos y a solas, cambiando la relación con los padres, que incluso puede volverse complicada.

Mientras que en el climaterio, al contrario, disminuye la producción de estrógenos y progesterona, porque la edad reproductiva ha llegado a su fin. Estos cambios que traen malestares físicos, inciden asimismo a nivel anímico, produciendo irritabilidad, cambios de humor, y en ciertos casos depresión.

Un tercero en la disputa. Para tratar de sobrellevar la situación la experta recomienda por un lado, para la madre informarse, acudir a un médico para reducir los malestares físicos y sobre todo tratar de entender qué está pasando en esta etapa y qué sucede con su hija. Sin embargo, la terapeuta afirma que cuando se producen los problemas, difícilmente se puede producir un nivel adecuado de comprensión. Es entonces clave la participación de terceras personas, que logren mediar en los problemas que se desatan entre madre e hija. Generalmente, se recomienda que se acuda a personas cercanas o del entorno como el papá, los tíos o las tías. Esta intervención oportuna es muy importante, porque, de lo contrario, las dos personalidades que están muy irritadas, pueden generar conflictos que se vuelvan irresolubles a medida que pasa el tiempo.

Mamá es un referente. La terapeuta enfatiza en que es importante recordar que el adolescente hace un acopio de todas las experiencias que ha tenido hasta ese instante para empezar a formar su propia identidad . "Esa hija va a tener como referente a su madre y si su mamá no es accesible a su hija, entonces no hay posibilidades de crear una identidad sólida". De ahí la necesidad de que ambas tengan alguien que les sostenga durante esas etapas de temor ante los cambios, para evitar que se rompa el vínculo entre madre e hija.


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