lunes, 10 de septiembre de 2012

Cómo tener hijos obedientes

En el libro de Proverbios (29:15), la Biblia declara "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre". Con esta base bíblica, el fundamentalista cristiano, Michael Pearl, en su libro "Para entrenar a un niño", describe cómo una madre intenta en vano que su pequeño hijo obedezca una simple orden, y que luego de un tiempo, cansada y malhumorada se rinde, permitiendo que su hijo siga con sus berrinches. Esta situación, se ve a menudo en casi todos los hogares, y según Pearl, el problema es que los padres no han sabido entrenar a sus hijos a obedecer, a través de la "vara" del amor.

Diferencia entre maltrato y corregir al niño. Para entrenar a un niño, primero se debe saber y entender la diferencia entre maltrato físico y disciplina. Consultando a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, la trabajadora social, Fabiola Fernández, explica que en cada hogar deben existir reglas con las que los padres deben educar y corregir a sus hijos, dando el ejemplo. "Lo que se condena es que el padre llegue al extremo de quemarle los pies, o que le reviente el cuerpo a chicotazo", eso es muy diferente explicó. Por su parte, Pearl explica, que la mayoría de los padres nunca intenta entrenar a su hijo para que obedezca. Esperan hasta que su conducta se vuelve intolerable y luego estallan. "Pegarle a un hijo con rabia, no arregla las cosas, sino que solo logrará un niño con temor a su papá", indica. A su vez, instruye utilizar la "vara", como una medida divina, pero sin ira, para que el niño le tenga respeto y amor, y no temor. "Ustedes estarán abusando cuando el castigo corporal empiece a hacer daño a su hijo", especifica.

Amor vs sentimentalismo. Los padres, deben identificar la diferencia entre verdadero amor y sentimentalismo. El sentimentalismo humano natural (que frecuentemente se confunde con el amor), puede ser dañino si no se sujeta a la sabiduría. El amor no es sentimiento. Es decir, amor no es el sentimiento profundo que frecuentemente tenemos en relación con los más allegados a nosotros. En realidad el amor no es una emoción. El amor, en el sentido más puro, es buena voluntad y buenas acciones para con tus semejantes. El verdadero amor es desinteresado. Es decir, que en el acto de amar no existe ninguna consideración del beneficio personal ni de la pérdida personal. Entonces con este amor, es que logrará guiar a los hijos.

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