miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Cómo lo ayudo?, Creo que mi hijo es homosexual

Ayudemos a que se sientan seguros de su sexualidad. Lo más importante es escuchar, aunque esas noticias nos alivien, nos sorprendan o molesten

No hay estadísticas, pero de acuerdo a criterios de expertos en el mundo hay millones de púberes y adolescentes que son gais, lesbianas, bisexuales, transgéneros o con su sexualidad sin definir. Debido a los prejuicios, la vida es muy difícil para muchos de ellos. Algunos huyen del seno familiar y otros viven con sus familias callando su condición sexual, con el temor a perder el amor y apoyo de la familia si se descubre que no son heterosexuales.
Según Liliana Zabala, sexóloga colaboradora de Para Ellas, cada vez son más las familias que guían a los hijos que presentan estas condiciones sexuales para hacerlos sentir que son amados y queridos y seguros de sí mismos. Nuestros hijos, sean gais, lesbianas, bisexuales, transgénero o estén en duda, deben sentirse seguros de que los amamos, pase lo que pase.

Nuestro hijo puede ser objeto de burlas, presiones o víctima de nuestros propios errores, Zabala sugiere que tomemos en cuenta estas sugerencias:

• Defenderlos de la discriminación.
Podemos defender a nuestros hijos con la ayuda de miembros de la familia, profesores, autoridades, profesionales de servicios sociales responsables de crear entornos seguros para los chicos y chicas homosexuales, bisexuales, transgéneros y en duda.

• No presionarlos.
No permitir que ningún miembro de la familia ni ninguna otra persona los presione para que cambien o que vayan a “terapia reparadora de cambio de sexualidad”.

• Ir a terapia si nos faltan fuerzas.
Y si a algunos padres les afecta gravemente la sexualidad o la identidad de género de sus hijos, probablemente sea muy útil y pertinente buscar la ayuda de un profesional que tenga una actitud franca hacia la homosexualidad.

Demos apoyo y amor

Ayudemos a que se sientan seguros de su sexualidad. Para nuestra sexóloga lo más importante es escuchar, aunque esas noticias nos alivien, nos sorprendan o molesten, entonces:

• Nunca recriminar.
Más bien preguntarles cómo podríamos ayudarlos.

• Nunca revelar su condición.
Dejar que ellos decidan cuándo, dónde y ante quién desea revelar su sexualidad.

• Advertirles y aconsejarles sobre los riesgos.
Para facilitar sus decisión de revelar su condición, de modo que eviten asumir riesgos innecesarios.

• Orientarlos sobre el sexo seguro.
Tomar fuerzas y hablarles sobre preservativos y anticonceptivos si tienen relaciones sexuales.

• Apoyar sus decisiones.
Y si ellos/ellas lo deciden, apoyar la participación de nuestros hijos en la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transgénero.

• Informarnos.
Sobre identidades de género, recurriendo a fuentes confiables y fidedignas libres de prejuicios.

• Decirles “te amo”.
“Siempre te amé y siempre te voy a amar, pase lo que pase y cual sea tu sexualidad”.

Independientemente de nuestras creencias, los padres debemos ser lo más cariñosos posible cuando nuestros hijos o hijas deciden revelar su orientación sexual o su identidad de género. Cuando nuestros hijos lo hacen, quiere decir que han comenzado a aceptarse a sí mismos como son.
También demuestran que quieren tener una relación abierta y franca con su entorno familiar y esperan apoyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario