jueves, 29 de noviembre de 2012

Seducir sin palabras

“La cara es el espejo del alma”. Éste no solo es un dicho más, pues en nuestro rostro se reflejan nuestras emociones, pero también lo hacen en el cuerpo y la voz. Se trata de un universo comunicativo desconocido para la mayor parte de la población pero de gran importancia en nuestra vida social, profesional y hasta en nuestra capacidad de seducir.

Un estudio de Albert Mehrabian sitúa en un 55 por ciento la importancia de la comunicación no verbal en la comunicación personal; atribuye un 38 por ciento al lenguaje paraverbal (todo lo que hacemos con la voz) y concluye que la palabra solo tiene el 7 por ciento de incidencia en la capacidad que tenemos para influir en los demás, según explica la experta en comunicación Teresa Baró en “La gran guía del lenguaje no verbal”.

Sin embargo, aunque el lenguaje corporal y la voz inciden de manera mucho más decisiva que la palabra, en la gran mayoría de nuestras relaciones, nuestra formación académica se articula alrededor del lenguaje verbal escrito. Nadie nos ha enseñado la gramática del lenguaje corporal o los recursos vocales que podemos utilizar. “Nos han mostrado solo una parte de la realidad”, asegura Baró.

No obstante, cada vez hay más información sobre la comunicación no verbal y es un tema de interés en muchas empresas que lo necesitan para “vender, negociar y liderar” y para hacerlo con éxito este tipo de lenguaje desempeña un papel fundamental, explica Baró a Efe.

Y es que somos más sinceros a través del lenguaje corporal porque no lo controlamos tanto. A pesar que muchos de los gestos que hacemos son inconscientes, es posible aprender sus claves y practicarlas para ganar seguridad y que nos sea más fácil leer las señales que nos envían otras personas.

El presidente estadounidense, Barack Obama, es un buen ejemplo del poder del lenguaje de nuestro cuerpo pues “si no hubiera sido por su capacidad de comunicación” habría tenido más difícil llegar hasta la Casa Blanca, según Baró, quien señala que su dominio del lenguaje no verbal es adquirido y gracias a él inspira confianza.

Baró destaca además la importancia de la comunicación no verbal en el proceso de seducción, donde la producción e interpretación de señales no verbales son la clave del éxito, según escribe en su libro.

Seduciendo con la mirada

De todas las partes de nuestro cuerpo que “hablan” cuando queremos gustar a alguien, la más importante es la mirada. No hay seducción sin su intervención, pues es el primer paso para el acercamiento entre dos personas, según la experta.

El juego de miradas tiene un peso fundamental y en éste, normalmente el hombre mira más intensamente a la mujer y ella aparta los ojos, pero si ella está interesada o curiosa en menos de un minuto volverá a mirar.

Otro signo fundamental es la dilatación de la pupila como una de las interacciones iniciales y fundamentales en el proceso de seducción sexual. Además, “cuando estamos bajo la influencia de la pasión y el deseo, los ojos se humedecen sutilmente y aparecen más brillantes, explica Baró.

La sonrisa: un arma poderosa

La sonrisa también tiene mucho que decir en el juego de la seducción, y tiene que ser sincera, discreta y respetuosa; normalmente va acompañada de una inclinación lateral de cabeza, ya que es una forma de transmitir dulzura y apertura. Junto a la sonrisa, la voz es un ingrediente importante de nuestra imagen: transmite personalidad y las emociones que sentimos en ese momento, agrega la experta en su libro.

¿Algo que se estudia?

“El ritual de la seducción es un proceso que suele seguir unos pasos perfectamente identificables y por ello hay personas que siguen cursos de aprendizaje para fomentar un tipo de seducción sexual basada en un conjunto de técnicas que se pueden aprender y entrenar, en las que el lenguaje corporal tiene un papel estelar”, indica la especialista.

Sin embargo, Baró manifiesta sus dudas ante este tipo de aprendizajes para tener una relación auténtica de amor y confianza, y asegura que un experto puede desenmascarar a estas personas, pues sus movimientos no son naturales y “hay una cierta incoherencia entre lo que se dice con palabras y como se mueve esa persona”.

Actúa con prudencia

Pero el lenguaje no verbal también sirve para mandar posibles señales de rechazo que no debemos ignorar, entre las que encontramos una sonrisa cerrada, gestos de cierre de brazos o de piernas (tanto de pie como sentados), el cuerpo hacia atrás, dar un paso atrás, un cruce de piernas en dirección contraria a la persona con la que estamos, poner la mano en la cara o tapando la boca, rascarse o frotarse los ojos, el oído o la nuca, así como movimientos repetidos de piernas o pies.

“La traducción directa de un gesto a un significado concreto es difícil y arriesgada, sobre todo si somos parte implicada de la comunicación y tenemos que observar a simple vista. Actúa con prudencia”, advierte, no obstante, Baró. /

Teresa Baró. Experta en comunicación y autora de “La gran guía del lenguaje no verbal”

De todas las partes de nuestro cuerpo que “hablan” cuando queremos gustar a alguien, la más importante es la mirada. No hay seducción sin su intervención, pues es el primer paso para el acercamiento entre dos personas”



Hombres VS mujeres

En el momento en que un hombre o una mujer divisan al objeto de seducción, su cuerpo se transforma e inicia unos movimientos (muchas veces inconscientes) con la finalidad de ser más visibles y resultar más atractivos.

Los hombres hinchan el pecho y levantan la cabeza, hacen gestos de acicalado como pasar la mano por el cabello, tocarse el nudo de la corbata y si están de pie se colocan en la posición de vaquero. Si están entre amigos, procuran llamar la atención riendo, bromeando o mostrando alguna agilidad y también hacen gala de fuerza o poder adquisitivo, enumera la experta.

Las mujeres, por su parte, tensan el cuerpo, levantando el pecho y pronunciando las nalgas, se peinan el cabello con los dedos o lo echan hacia atrás con un movimiento de cabeza, mueven la pelvis de manera pronunciada al caminar, desplazan la pelvis hacia un lado de manera muy evidente si están de pie, cruzan las piernas de forma inclinada cuando están sentadas y miran por encima del hombro, moviendo los ojos hacia abajo, de hecho, la mirada oblicua es uno de los gestos más evidentes de la seducción femenina.

Mientras la mujer activa todo su potencial de seducción a través de una lista casi interminable de movimientos, pues no debe olvidarse que en nuestros genes está marcada la importancia de la reproducción y por ello “tiene que hacerse vistosa y atraer”, los hombres reducen estos movimientos a unos pocos, que podemos observar en los arquetipos de hombre duro (Humphrey Bogart), pícaro interesante (Richard Gere) o tímido encantador (Hugh Grant).

El número de gestos en la mujer es más amplio, entre ellos, estrechar los brazos hacia el tronco para realzar el escote, levantar los brazos mostrando la axilas, parpadear lentamente, dejar los labios entreabiertos, tocase el cuello, el lóbulo de la oreja, el escote, la cadera, rodillas o tobillos, apuntar con la punta del pie a alguien que le interesa o dejar caer el zapato por la parte del tacón.



QUICKIE

¿Quieres volverlo loco? Acércate a él, míralo hacia arriba con tu quijada hacia abajo e inclina ligeramente tu cabeza y lleva tu peso en un pie. Si tus pies están rectos, muestras “resistencia”, como cuando tienes lo brazos cruzados.

Está lista para todo: casi 60% de los chicos dice que quieren a una mujer espontánea y llevadera. Ellos quieren divertirse contigo, especialmente en la primera cita, así que si él te gusta, sugiere una actividad divertida y sorpréndelo.

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