martes, 12 de marzo de 2013

Tareas responsabilidad e independencia

Patricia Méndez casi a diario llega del trabajo a lidiar con las tareas de su hijo Mateo (6), que este año entró a primero de primaria y, pese a que le da la orden de hacer su trabajo en la tarde, él siempre deja algo pendiente porque no lo puede resolver solo.

Su papá, Rolando Soliz, ha delegado casi por completo esa labor a su esposa. Él afirma que no tiene mucha paciencia para enseñar y considera, además, que esa es más una responsabilidad de las madres que de los padres.

Por otro lado, Carolina y Klaus Billewicz han llegado al acuerdo de que sea él quien se encargue de ayudar con las tareas a su hijo Matías (4) que está en el kínder. “Mi esposo tiene más paciencia para enseñar y como a Matías solo le dan tareas los fines de semana, él tiene tiempo para ayudarlo”, explica la mamá.

Los sicólogos y sicopedagogos coinciden en que la responsabilidad de los padres en el apoyo de las tareas de sus hijos tiene que ser simplemente de orientación y de supervisión, especialmente en los primeros años, para crear en ellos un sentido de responsabilidad y de independencia.

Es importante hacer notar que las tareas escolares son responsabilidad de los chicos, dice la sicóloga Mónica Rivero. En este sentido, es posible equipararlas con el trabajo que ellos tendrán en la vida adulta. Es el espacio donde aprenden a resolver problemas, interactuar, generar nuevas cosas y adaptarse a su entorno.

Los profesores dan tareas de acuerdo con la edad de los niños y los padres, desde la casa, tienen que constituirse en auxiliares. Acompañar a los hijos en el desarrollo de hábitos de deberes es una exigencia y una de las tareas más importantes.

La sicóloga Ingrid Saavedra explica que las tareas normalmente requieren un refuerzo de los padres, por lo cual habrá etapas en las que necesite mayor apoyo (niñez), pero considera que gradualmente hay que preparar a los hijos para mantener una rutina, horarios e independencia en sus investigaciones y preparación de sus trabajos.

Establecer rutinas
Hay que tener en cuenta, dice la sicopedagoga Cynthia Rivero, que se empieza a lidiar con las tareas siempre que no se establecen hábitos como hacerlas a la misma hora, en el mismo lugar y, preferentemente, con la misma persona.

“Si no hay rutinas, si somos desorganizados en casa, si no tenemos ritmo de trabajo semanal, si cambiamos las normas, si somos muy condescendientes y nos dejamos ‘vencer’ por las circunstancias, no se forma el hábito y aparecen las dificultades: berrinches, negociaciones, mentiras, llamados de atención, etc.”, remarca.

Lo fundamental, agrega, es ser consecuentes: las tareas se hacen a tal hora, antes que nada, y de manera completa. Hay que dejarles claro que sus labores escolares deben hacerlas porque son una obligación para ellos y no porque vayan a ganar algo a cambio.

Rivero señala que todo el tiempo que se ocupa en formar un hábito en los hijos, luego es devuelto en un mejor ritmo de trabajo sin tener que lidiar con otros temas posteriores. “¡Es un ahorro de energía emocional!”, resalta.

Responsabilidad de ambos
En criterio de Ingrid Saavedra, en nuestra cultura las familias, en especial los padres, han asumido un orden y modelo de crianza en el que, al parecer, ya viene implícita la necesidad de educar a los hijos con el protagonismo de la madre y la ausencia del padre.

“Así como se generan en Santa Cruz tantos avances, crecimientos y novedades en la educación, resulta importante recordar que los primeros modelos de aprendizaje de un niño son los padres, por lo tanto, ambos son necesarios no solo para los juegos, sino también para la realización de tareas escolares y la disciplina en el estudio”, afirma la especialista.

Lo primero, prosigue Cynthia Rivero, es revisar si la madre deja espacio al padre para que se ocupe de estas tareas. Tiene que haber un acuerdo entre los progenitores sobre estar dispuestos ambos a ayudar a sus hijos en los estudios, cada uno en lo que es bueno y con sus métodos.

En algunos casos, los padres pueden ayudar en matemáticas o ciencias y las madres en lenguaje o manualidades, por ejemplo. Unos son más pacientes, mientras que otros suelen ser más enérgicos y terminan disgustados y gritando.

“Si a las mamás les interesa que los papás se impliquen en las tareas de sus hijos, deberán ayudarles a establecer estrategias y a tener paciencia para apoyar al niño, sin gritos y dándoles explicaciones extras. También pueden hacerse acuerdos, uno de ellos lo hace entre semana, si tiene tiempo, y el otro, los fines de semana, según horarios y agenda de actividades que tengan”, aconseja la sicopedagoga.

¿Apoyo de profesores?
Es importante tener en cuenta que un maestro de apoyo a la hora de hacer las tareas podrá llenar vacíos de aprendizaje en algunos casos, pero quizás no le transmita la confianza, seguridad y destreza que como padre puede hacer.

“Sabemos que nuestros tiempos debido al trabajo son cortos, pero es útil recordar que nosotros elegimos traer hijos al mundo de los cuales tenemos que hacernos cargo, no solo como máquinas que aprenden, sino también como seres humanos que necesitan desarrollar autovaloración, seguridad, retos y automotivación”, manifiesta la sicóloga.

El horario ideal
Para Cynthia Rivero el mejor horario para hacer las tareas es después del almuerzo, siempre y cuando el niño lo tolere y no duerma siesta. No hay que dejarlas para las últimas horas de la noche cuando deben estar relajándose para descansar y dormir.

La sicopedagoga añade que no es conveniente dejar las tareas para la noche porque el niño y los padres están cansandos, por ende son más propensos a enojarse y a ser menos tolerantes; puede no alcanzar el tiempo, quitar horas de descanso por estar hasta tarde haciendo las tareas y, además, reduce los momentos para conversar y compartir en familia.

Sin embargo, Ingrid Saavedra considera que si es necesario que los padres apoyen en las tareas durante la noche, deben hacerlo, aunque deja claro que no es lo más recomendable, ya que en ese horario tienden a estar agotados. “Si es una medida que permite al niño compartir con los padres y transmitirle todo lo que sabemos y lo que somos, es una salida”, argumenta la experta.



Termómetro de madurez

Cómo ayudarlos
La sicopedagoga Cynthia Rivero brinda algunas pautas para guiarlos.
Inicio. En primero de primaria el apoyo es mayor. Hay que leerles las consignas y ayudarles a organizarse con el material.
Poco a poco. La ayuda solo se hace de entrenamiento en alguna estrategia, como enseñarles a subrayar, a leer pausadamente, a resumir, a estudiar y hacerse preguntas.
Finalmente. Es una simple supervisión de que haya hecho las tareas, preguntar si necesita ayuda o algún material. Si el niño tiene alguna dificultad, las ayudas serán mayores y durante más tiempo, según indicaciones de un especialista.

Ambiente de estudio
Fundamental. El ambiente de estudio no debe tener distractores visuales (televisor, Internet, computadora, Wi, nintendo, etc.) o auditivos (música fuerte, ruidos del medio ambiente como conversaciones o gente que va y viene) o sociales (hermanitos, familiares o clientes de los padres).
Independiente. Mientras menos autónomo es el niño, mayor nivel de supervisión necesitará. En algunos casos será necesario contratar los servicios de alguien para que ayude al niño con sus tareas, pero siempre que le vaya ayudando a ser cada vez más independiente y con necesidad de menor supervisión.




Tiempo dedicado a las tareas

15 Minutos diarios
Es el tiempo que aconsejan los especialistas para que los niños de uno a dos años le dediquen a sus tareas, si es que están en la guardería.

12 Minutos como máximo
Los escolares de 6 a 12 años deben dedicarle de una a dos horas a sus labores. Mientras que los prescolares, de 3 a 6 años, tienen que hacerlo durante no más de 45 minutos.



El apoyo de los progenitores en las labores escolares de sus niños debe ser por etapas. En los primeros años es necesario, pero poco a poco hay que dejarlos que se independicen.

Hay que cumplir con una rutina
Los niños tienen que aprender a hacer sus labores en un mismo horario y lugar.

Los padres solo están de apoyo
En los primeros años el apoyo es mayor, pero con el paso del tiempo la responsabilidad en los padres es solo de control.



Algunas recomendaciones para tomar en cuenta

Los especialistas dan algunos consejos para que los estudiantes obtengan buenos resultados en la resolución de sus tareas:

Consulta. Cuando el niño vuelve del colegio se le debe preguntar si tiene tareas; si es así, luego de almorzar y descansar un poco, debe realizarlas. Si no las tuviera, hay que delegarle la responsabilidad de repasar sus lecciones.

El elogio. Debe ser dado cuando el hijo logra algún objetivo por sí mismo, terminar la tarea correctamente o sacar buenas calificaciones. Unas palabras de aliento y un abrazo son bien valorados.
Por el contrario, si hace algo mal o se equivoca, no lo reprendan ni humillen, esto solo lo pone nervioso, disminuye su autoestima, genera rechazo al estudio; y de ser en exceso, puede provocarle un sentimiento de inutilidad.

Guía. Si no sabe cómo hacer la tarea, no hay que decirle al niño cómo hacerla, sino solamente guiarlo para que él mismo solucione su problema. De ser necesario, darle algunos ejemplos de cómo descifrarla y cerciorarse de que entienda las directrices, pero las tareas tienen que ser resueltas por él mismo.

Calificaciones. Si el niño tiene bajas notas a pesar de esforzarse y de repasar, significa que no está comprendiendo lo que estudia o que quizá está memorizando todo, por eso al responder a un examen donde todo es diferente, fracasa.

Comprensión. Los padres deben cerciorarse de que el hijo está comprendiendo lo que estudia. Por ejemplo, en el caso de matemáticas, debe saber por qué debe hacer tal o cual operación. En historia, es bueno explicársela a manera de cuento, añadiendo algunos detalles divertidos para que no se aburra. Hay temas que requieren de memoria y si no es fácil para el niño, resulta práctico relacionar las cosas a memorizar con algo conocido.

Contacto. Para tener claro cuál es el objetivo del curso, saber cómo le va al niño, en qué materias lo pueden ayudar y cómo, es importante que los padres siempre mantengan contacto con los profesores.




Es una forma de compartir con los hijos. Orientar y supervisar a los hijos en sus labores escolares es una forma de pasar tiempo con ellos. Los padres no deben delegar esta obligación solo a las madres.



Apoyo en los primeros años de escuela
Por Mónica Rivero /Sicóloga


En los primeros años es conveniente acompañar a los hijos en sus tareas. Sin embargo, de a poco hay que ir dejándolos que ellos adquieran responsabilidad y sepan lidiar con sus obligaciones. No deben esperar a los padres para recién empezar sus tareas.

Los padres les deben dar ciertas normas en caso de que trabajen, para luego, cuando lleguen a la casa, hacer con ellos simplemente lo que no entendieron. Siempre se tiene que recalcar que es su trabajo hacer las tareas y que cada año que cumplen, aumentarán sus responsabilidades. Es tan importante para los niños esta etapa porque es cuando adquieren el sentido del deber, la responsabilidad y la voluntad.

Algunas madres piensan que es un deber de ellas estar siempre a lado de sus hijos haciendo las tareas; sin embargo, estudios comprobados muestran que muchos de esos niños crean tal dependencia que ellos solos se sienten inútiles, llegando de esta manera a afectar su autoestima y a rendir mal en cursos superiores, inclusive varios no terminan la universidad.

No es el estar siempre lo que los hará triunfadores como todo padre quiere ver a su hijo, sino es el saber enseñar sin hacerlos dependientes de nosotros.

Establecer una rutina diaria, servirá para que los chicos cumplan sus deberes. Habrá tareas que son fáciles, entonces hay que dejar que ellos las terminen sin nuestra supervisión. De esta manera, sentirán que lograron algo por ellos mismos.

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