sábado, 16 de marzo de 2013

Viudez: SUPERANDO EL DUELO

EL FALLECIMIENTO DE LA PAREJA, INDEPENDIENTEMENTE DE LA EDAD, PUEDE SER UNA EXPERIENCIA MUY DOLOROSA | CADA UNO TIENE UNA FORMA DE VIVIR EL DUELO, PERO CUANDO PASA MUCHO TIEMPO Y NO SE HACE FÁCIL SOBRELLEVAR LA PÉRDIDA, SE DEBE BUSCAR AYUDA.

No cabe duda que la muerte de un ser querido es uno de los dolores más grandes por los que las personas debemos atravesar. Según expertos en el tema, la pérdida de la pareja suele, por lo general, ser uno de los duelos más difíciles de llevar, ya que el proyecto de vida construido deja de tener sentido y el compañero de vida ya no está más.

La pérdida, que trae consigo un tumulto de emociones confusas que suelen ir desde el shock, dolor, pena y rabia, hasta la resignación, van también marcadas en cierta forma por las circunstancias, ya que no es lo mismo recibir la noticia de muerte de la pareja cuando ésta estaba enferma a cuando es una pérdida repentina, dice Franz Siles, psiquiatra y psicólogo de la Clínica Los Olivos.

Lo cierto es que preparados o no, luego de la pérdida uno se debe enfrentar a nuevas situaciones. En el caso de personas mayores se encara la soledad de una manera particular y distinta, ya que por lo general las actividades y la vida en la edad adulta, están casi únicamente centradas entorno a la pareja. Cuando la persona que queda viuda es joven y tiene hijos, tendrá que ser padre y madre a la vez y debe enfrentarse a la difícil tarea de educar y mantener su hogar, pero sin duda alguna los hijos representan una poderosa razón para seguir viviendo.Sin embargo, en ambos casos, la persona que ha quedado viuda debe enfrentarse a un cambio de vida.

“En sociedades como la nuestra, el estado civil en el caso de la mujer necesita establecer una nueva identidad, ya que pasa de ser la esposa de alguien a la viuda de...”, dice Siles. Por supuesto que el mayor de los problemas no es ese, sino cómo enfrentar y sobrellevar la vida sin la pareja.

“Es importante que las personas nunca dejen de lado su individualidad, no en el sentido del egoísmo sino de ser capaces de hacer cosas solos y no depender tanto de la pareja; de lo contrario, cuando hay una pérdida, es más duro”, dice Siles.

EL DUELO

El duelo puede de alguna manera compararse con una herida o trauma y como toda lesión grave del cuerpo, las del alma también requieren tiempo y cuidados para sanar.

Lo importante en este tema es que transcurrido el proceso de recuperación, que puede tomar hasta un año, debería retornar el equilibrio, asumiendo la pérdida como tal.

De alguna forma existe un proceso para elaborar las pérdidas que van desde el luto, la misa de nueve días, la misa de año, etc., así como sentir la solidaridad y apoyo de los que lo rodean, pero luego de un tiempo todos continúan con sus actividades, por lo que ahí se presenta otro momento duro para quien está de luto, dice el especialista.

LA ACEPTACIÓN

“Una mejor aceptación que culmina al año de la muerte, coincide también con los ritmos psicológicos que pasan por síntomas típicos como el llanto fácil o recordar frecuentemente a la persona que nos dejó. Pero si estos síntomas u otros como la pérdida de sueño y/o apetito persisten después del año, se debe buscar ayuda”, dice Siles.

Si bien la experiencia del duelo es personal y depende en gran medida de la personalidad del viudo y del significado que éste le otorgue a la muerte, el duelo puede vivirse en cuatro etapas:

Luego del estado de shock que es cuando se recibe la noticia y los primeros días, suele presentarse la negación, una reacción natural hacia la muerte de un ser querido. Posteriormente puede presentarse la rabia por el “abandono” de nuestro ser querido, dando lugar a sentimientos de injusticia como ¿por qué me pasó a mí?

La angustia es la tercera etapa y es que a la mayoría de las personas que pierden a su pareja, atraviesan por una sensación de inseguridad y preocupaciones: ¿qué hago ahora solo?, ya sean jóvenes o adultos mayores.

Finalmente debería llegar la recuperación que viene de la mano con la resignación de la pérdida y el comienzo de proyectos personales.

Este paso es importante que sea tomado en cuenta por las personas adultas mayores, ya que aún sin el ser querido, la vida continúa.

Según Siles, una vez que se atraviesa por un duelo natural, si la persona después del año sigue en un estado de tristeza permanente ya es considerado como un duelo patológico y debe ser tratado.

LA VIUDEZ Y EL GÉNERO

Un aspecto importante en sociedades como la nuestra, es el tema de género. Pues la viudez es encarada de distinta forma por los hombres y las mujeres, sobre todo en edad adulta.

Por lo general, en sociedades como la nuestra, la pérdida de pareja se hace eventualmente más llevadera para la mujer, pues ella por lo general encuentra actividades como ayudar con los nietos, un té con las amigas, grupos de tejido, etc. En cambio el hombre se ve más limitado inclusive al momento de expresar sus sentimientos, asegura el especialista.

En un ensayo publicado en la revista The Review of General Psychology, psicólogos de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos confirmaron datos que muestran que hay una mayor incidencia de enfermedades mentales y físicas, discapacidades, muertes y suicidios entre viudos que entre viudas.

Una investigación sobre el dolor ante la pérdida de un ser querido realizada en Harvard, concluye que los viudos experimentaban la muerte de una esposa como una tragedia multifacética, una pérdida de protección, apoyo y confort. Los hombres de la investigación dependían en exceso de sus esposas para manejar sus vidas domésticas, que por supuesto va desde los quehaceres de la casa hasta la crianza de los hijos.

Por ello es importante en sociedades como la nuestra que cuando si es nuestro padre quien queda viudo, se debe ayudarlo de alguna forma a sobrellevar el duelo y lo que será su nueva vida.

CONSEJOS

Es aconsejable expresar los sentimientos y para ello no sólo puede recurrir a su familia y a sus amigos de toda la vida, sino a nuevos espacios donde hay gente con los mismos sentimientos, siempre y cuando no sea un grupo negativo que por el contrario pueda llevarlo a estar más deprimido.

Acudir a un especialista en cuanto pierde a su pareja está bien, no necesariamente debe esperar a padecer un duelo patológico para ir a un terapeuta; por el contrario, éste podría ayudarlo a enfrentar la vida de mejor forma.

Un aspecto común es que los o las viudas conservan la ropa y pertenencia de sus cónyuges, sin deshacerse de nada por tristeza y “respeto”. Según expertos en el tema, es aconsejable guardar objetos significativos y que recuerden a esa persona, pero no guardar y conservar todo intacto.

Asimismo, se debe dosificar los recuerdos y es que se puede hablar de la pareja perdida pero en su justa medida, ya que ir más allá es dañino para uno mismo y cansador para los demás.

Por último, si decide rehacer su vida, aún en la tercera edad, está bien, no debe sentir culpa ni vergüenza.

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