miércoles, 24 de abril de 2013

Sexo y discapacidad no son incompatibles

Gran parte de la sociedad sigue confundiendo sexualidad con relaciones sexuales y relaciones sexuales con coitos. Hecho, por tanto, que se agrava con personas con discapacidad en las que en muchas ocasiones su cuerpo se aleja del ideal de belleza, y que puede que no tengan ni pareja ni coitos. Por ello, "en ocasiones la sociedad lo acaba viendo como una sexualidad de segunda categoría, o bien que no puede ser plena. Indudablemente, se equivoca", asegura tajante Carlos de la Cruz, responsable de la Asesoría de Sexualidad y Discapacidad del Ayuntamiento de Leganés, (la única de estas características en toda España) y vicepresidente de la Asociación Sexualidad y Discapacidad. "El sexo a su vida les aporta lo mismo que a la mía", asegura De la Cruz; es decir, el sexo contribuye a mejorar su calidad de vida en todos los aspectos y en todas sus dimensiones: bienestar emocional, relaciones interpersonales, desarrollo personal, etc. Además, De la Cruz mantiene que hay dos errores claves en todo este andamiaje: uno, es no ver (no querer ver) la sexualidad de las personas con discapacidad y otro es verla como si todas las discapacidades fuesen iguales./

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