jueves, 16 de mayo de 2013

LA MADRE DE ÉL SERÁ PARTE DE TU VIDA… POR SIEMPRE. LA PREGUNTA ES: ¿CÓMO HACES PARA TENER UNA BUENA RELACIÓN CON “LA OTRA MUJER” DE SU VIDA?

Ella se preocupa por su hijo (tu marido) y quiere lo mejor para él; quiere que disfrute de su plato favorito (y te da la receta lanzándote indirectas para que le cocines ese plato). Cuando nació tu bebé te daba órdenes de cómo hacerlo dormir o cómo bañarlo… Sientes que se mete en tu relación y te juzga constantemente. Claro que algunas suegras son mujeres dulces; te ayudan muchísimoo y respetan tus decisiones. Sin embargo, hay suegras que te critican y socavan tus decisiones.

La relación entre suegra y nuera es una de las más difíciles, pues ambas comparten el mismo hombre de sus vidas y bueno… ambas son mujeres. El resultado de esta relación conflictiva es que 60 por ciento de las mujeres usan palabras como “tensa”, “irritante”, “terrible” para describir la relación entre ella y su suegra (claro que un buen porcentaje se lleva increíblemente bien con la mamá de su pareja).

“En el consultorio escucho... “No la aguanto más!”, “se mete en todo”, “es una desubicada, me toca el timbre sin avisar”, “siempre tiene algo para criticar”... Pero, no voy a generalizar. Cada tanto también escucho: “me ayuda mucho, no sé qué haría sin ella”, “es como una madre para mí” y demás. Y estos últimos comentarios no son una excepción, aunque, sí, son muchos menos frecuentes. Hay de todo”, explica la psicóloga Daniela Furst, en el portal EntreMujeres.

Basándose en años de investigación, la psicóloga de la Universidad de Cambridge, Terri Apter, dice que está claro que es un problema entre mujeres. En su nuevo libro, “¿Qué quieres de mí? Aprende a llevarte bien con tus suegros”, Apter dice que los problemas “con los suegros” pueden ser trazados a expectativas y suposiciones que nunca se verbalizaron.

Por ejemplo, muchas nueras asumen que no importa cuán modernas sean sus suegras, su suegra las está juzgando basándose en los estándares de “amas de casa” tradicionales: la habilidad para mantener la casa impecable, saber cocinar, criar a los hijos…

Al mismo tiempo, las suegras a menudo interpretan las decisiones de sus nueras de hacer las cosas de manera diferente como un rechazo a sus propias decisiones y elecciones.

Las nueras asumen que como mujer “compañera”, su suegra será su aliada cuando tenga un enfrentamiento o discusión con su pareja. No es así. Su rol como mamá está por encima de la “hermandad” entre mujeres.

Grandes expectativas

“La madre y el padre siempre tienen un modelo ideal -no explicitado en muchos casos- de la que sería la pareja ideal para su hijo/a. Y, como todo ideal, nunca coincide totalmente con la persona real (…) Y así como tu suegra puede esperar otra cosa de ti, tú también debes tener un ideal de suegra que no tiene por qué caberle al dedillo a la mamá de tu pareja. Por eso, se trata de un encuentro, de un vínculo que se construye desde ambos lados”, explica Furst.

Esta “decepción” que sienten ambas mujeres es lo que le da a esta relación esa “carga negativa distintiva”, asegura Apter. A esta “decepción” añade los sentimientos conflictivos de una madre (sus sentimientos de orgullo y pérdida cuando su hijo se casa) y la inseguridad de la nuera respeto a las nuevas responsabilidades de la casa (recuerda que las mujeres somos más sensibles a las críticas). Con esto tienes la fórmula perfecta al conflicto entre suegra/nuera.

La reina de la casa

En su libro, Apter dice: “Cada una es la mujer principal en su familia. Mientras cada una trata de establecer y proteger su estatus, cada una se siente amenazada por la otra”.

Y, ¿qué hace el hijo/esposo para calmar la tensión? Generalmente, no mucho, asegura Apter. Los hombres tienden a ignorar, o ni se dan cuenta, de las pequeñas cositas y criticas que pasan entre su mamá y esposa. Y claro… no quieren (y evitan) involucrarse.

“Las hijas son mejores reasegurando a sus padres que siguen siendo su hijita y que siempre será así, incluso cuando sus vidas cambian y hay nuevos límites (que las mujeres fijan). Sin embargo, los hijos no reaseguran a sus mamás que ellos continuarán siendo su hijito querido y que el rol de su madre no cambiará en sus vidas; tampoco hablan sobre los nuevos límites que deben existir entre ellos. Si no hacen eso, el conflicto negativo (inevitablemente) nace entre ambas mujeres”, dice Apter.

Estas tensiones hacen más que sólo causar fricción en las familias, sino que pueden poner en riesgo a los mejores matrimonios. Un estudio italiano, realizado por el National Statistics Institute, encontró que las posibilidades que un matrimonio dure incrementa con cada 100 yardas que las parejas ponen entre ellos y sus suegros.

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