jueves, 30 de mayo de 2013

¿Por qué hombres y mujeres no aman igual?


A menudo las mujeres reclaman la falta de memoria de los hombres, porque, generalmente, ellos no suelen recordar cumpleaños ni aniversarios. Ante esta situación surge la pregunta ¿Por qué las mujeres creen amar más intensamente que los hombres? Las respuestas no son mágicas, sólo es cuestión de química y actividad cerebral.

Ni Cupido, ni el corazón son los responsables del amor, es la actividad cerebral que determina ese proceso de enamoramiento y la respuesta a por qué los hombres y mujeres se enamoran de forma distinta está condicionada por las diferencias neurológicas entre hombre y mujer.

Según un estudio realizado por el cirujano con postdoctorado en neurofisiología y fisiología cerebral, Eduardo Calixto, el cerebro masculino está más lateralizado en su hemisferio derecho, es decir que la amígdala cerebral es 80% mayor, lo que los hace más violentos y protectores, mientras que el femenino tiene un cuerpo calloso más grueso (30% más grande que los hombres), es decir, que su capacidad neurotransmisora entre ambos hemisferios cerebrales está conectada para comunicar información, lo que permite una mayor interacción entre el hemisferio izquierdo y derecho que da como resultado un proceso de apego más profundo y duradero.

El sistema límbico, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y está formada por centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral; dicho sistema es el responsable de controlar las emociones.

Según Calixto, el papel de la amígdala como centro de procesamiento de las emociones juega un papel muy importante en el proceso de enamoramiento, ya que funciona gracias a dos neurotransmisores: la dopamina y la GABA (ácido gamma aminobutírico). La dopamina está fuertemente asociada con mecanismos de seducción y pasión, buscando sólo comportamientos placenteros, mientras que la GABA, es un inhibidor que actúa como freno de los neurotransmisores excitatorios que provoca la dopamina.

Cuando estamos enamorados, el sólo hecho de ver a la pareja nos libera dopamina en exceso, lo que hace que todo el tiempo estemos excitados, felices y apasionados; nuestro ser se inunda de placer; sin embargo este proceso sólo durará tres años, ya que, de acuerdo con el cirujano, la GABA se encargará de controlar e inhibir los procesos excitatorios provocados por la dopamina. De tal forma que después de ese proceso de enamoramiento, dejaremos de ver a la persona perfecta e ideal que nos enamoró, y pasaremos a la fase del descubrimiento del amor verdadero que sólo se consolidará si existe: simetría en la cara, un reconocimiento social de la pareja e inteligencia práctica.

Pero también existe algo llamado “complejo mayor de histocompatibiliad” que sólo las mujeres pueden percibir, es un aroma que gracias a la neurología femenina se puede oler, permitiendo a ellas elegir al hombre con el que quieren estar; es tan fuerte la asociación que tiene la histocompatibilidad en el proceso de enamoramiento que gracias a esto se puede explicar por qué para una mujer es tan difícil aceptar que una relación se termina, mientras

que para el hombre una vez que pasan los tres años de enamoramiento se desprenden de la mujer y es muy fácil que caigan en la infidelidad gracias a que su cerebro sólo se inclina por el hemisferio derecho que los orilla a ser tremendamente visuales y cambiar de amores fácilmente. El especialista afirma que realmente la infidelidad masculina está condicionada

en su naturaleza y concluye que esas pequeñas diferencias en la anatomía cerebral son las que condicionan las diferencias sensoriales entre ambos sexos, logrando que tanto hombres como mujeres vivan la experiencia del amor de forma totalmente distinta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario