lunes, 24 de junio de 2013

Enamorar con éxito ¿Qué hacer y qué no?

A la hora de la conquista hay que tener confianza y perseverancia.

Al momento de acercarnos a una posible pareja siempre nos asalta una duda. Por lo general, nos atacan los nervios, hay temor de hacer el ridículo.

En ocasiones es mejor mantener un perfil bajo, algo que no siempre es buena opción, pero puede parecer aburrido, y otras veces se recurre al alcohol para relajarnos y a veces hace incurrir en más errores y decir cosas de las que luego nos arrepentiremos.

Por desgracia, no existe un manual para salir bien parado de una cita, pero los psicólogos han tratado de profundizar en el asunto, y han acumulado una serie de consejos más o menos universales que puede tomar en cuenta.
No te fíes siempre de tus amigos

Los amigos pueden ayudarte a encontrar pareja, pero en ocasiones tratan de protegernos para que no caigamos en lo que ellos consideran una relación inadecuada, pero su actitud, en ocasiones, nos hace desechar demasiado pronto a candidatos que podrían ser interesantes.

Para la psicóloga especialista en relaciones maritales, Kate Campbell, lo mejor es buscar un equilibrio entre los consejos que nos dan nuestros amigos y nuestra propia intuición sobre la persona en cuestión. Sólo tú sabes bien cuáles son tus necesidades, y sólo tú debes decidir si merece la pena una u otra persona.
No restrinjas tus frentes

Según la doctora Jamie Long, psicóloga clínica y redactora de Pshycology Today, para tener éxito a la hora de buscar pareja es importante convencerse de que no sólo puede interesarte un tipo de persona. En su opinión, es saludable que estés dispuesto a conocer a gente distinta, pues puedes enamorarte de personas que, a priori, no encajarían en tus preferencias.
Esto no es siempre difícil

Cuando se cae en una espiral de fracasos amorosos solemos castigarnos con la idea de que no gustamos lo suficiente o no hay demasiados solteros en el ambiente en que nos movemos. En opinión de la psicóloga Kristina Fecik esto le pasa tarde o temprano a todo el mundo. Tenemos que tener claro que enamorar no es fácil para nadie, pero si nos colgamos la etiqueta de “fracasado”, será aún más difícil que logremos atraer a alguien.
Respeta las reglas románticas

Hay una serie de reglas universales que debes respetar, al menos en una primera fase del cortejo. En opinión de Long, hay muchas que han resistido el paso del tiempo, y ser caballeroso es siempre una buena opción: “Sí, vivimos en un mundo moderno en el que las mujeres pueden pagar lo que quieran y saben abrir la puerta. Pero, pese a esto, valoran que el hombre pague la cuenta después de una cita”.
Sé auténtico

A la hora de ligar mucha gente aborda a sus posibles pretendientes fingiendo ser otra persona, que encaje en lo que, piensan. Se trata de una estrategia muy común, pero que sólo conduce a malentendidos.

Tal como explica la psicóloga Rebekah Doweyco, “cuando cambiamos lo que somos y trasmitimos valores que no son los nuestros, atraemos personas a las que no deberíamos a atraer, por lo tanto, la relación está condenada al fracaso antes de que comience”.
No monopolices la conversación

En ocasiones, cuando alguien nos atrae, tratamos de vendernos de la mejor forma posible: y hablamos demasiado.

Si en una cita monopolizas la conversación, explica la doctora Gina Marchando, la idea que trasmitirás es que no te importa nada conocer a la otra persona, y nadie quiere acabar saliendo con un narcisista.
Ten paciencia

En ocasiones, cuando conocemos a alguien que nos gusta, perdemos la mesura y vamos demasiado deprisa. Un solo “te quiero” dicho antes de tiempo puede dar al traste con nuestro prematuro ligue.

Long sostiene que es importante evitar cualquier tipo de presión innecesaria sobre nuestra pareja. “Hay que ir poco apoco, revelando gradualmente nuestros pensamientos y sentimientos”.
Trata de guardar tu espacio

En los primeros meses se suele dejar a un lado el intereses personal para contentar a la nueva pareja. Pero, según la doctora Corinne Scholtz, se trata de una idea equivocada. Porque se corre el riesgo de aburrirse.

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