jueves, 6 de junio de 2013

La sobreprotección perjudica el desarrollo infantil

Se tiene conocimiento que todo en exceso es malo inclusive el cariño. Existen padres que por su excesiva demostración de cariño hacia sus hijos llegan a sobreprotegerlos y esto les causa daño.

Los padres sobreprotectores son aquellos que se pasan horas preocupándose de sus hijos, en el sentido en que le prestan gran atención a los mismos (más de lo normal). No es necesariamente mimar a los hijos, sino es una implicación emocional intensa y excesiva que, además conlleva la necesidad de controlar al hijo.

Un niño que ha crecido en un ambiente de excesiva atención, una preocupación asfixiante o con los deseos de los padres convertidos en obligaciones y expectativas demasiado altas para la capacidad del hijo, puede traer grandes problemas en su edad adulta, ya que no podrán solucionar los problemas solos y siempre buscarán dependencia de alguna persona.

En este sentido será necesario que los padres acepten a su hijo tal y como es, sea cual fuere su personalidad, forma de ser, sus virtudes, etc. No hay que obsesionarse con el niño, más al contrario hay que enseñarle las cosas que no sabe y no hacerlas por ellos, aunque lo hagan mal o tarden mucho tiempo; evitar el miedo asfixiante hacia los hijos, desgraciadamente lo que les tenga que suceder les sucederá.

Otro aspecto importante es no imponerle los sueños que los padres tuvieron de niños y que no fueron cumplidos o mediante actitudes como: “no quiero que mi hijo sufra como yo he sufrido, por eso lo cuido”, hay que tener en cuenta que ellos tienen sus propias ideas y hay que aceptarlas aunque no coincidan con las de sus padres. Para lograr esto será indispensable lograr la independencia del niño para tener la certeza que en el futuro capaz de lo realizar lo que se proponga, por esa razón es importante alentarlo en sus intentos y no crear o tener miedo al fracaso.

Una herramienta que bien puede ser utilizada es la creación de una comunicación diaria entre padres e hijos, escucharlos, comprenderlos y ponerse en su lugar, aunque sus ideas o convicciones sorprendan o no se piense igual; es importante que los padres se alegren por sus virtudes y logros de sus niños y puedan reconocer y aceptar sus fallos; fomentar su independencia hasta lograr su autonomía; animarlos a demostrar sus sentimientos, sin miedo alguno, sean de alegría o tristeza; mostrar interés en el día a día de la vida del hijo, pero no querer controlarla.

Cuando los hijos que son sobreprotegidos llegan a la edad adulta no harán nada sin la opinión de los padres y serán personas demasiado inseguras, incapaces de tomar decisiones por sí mismos, en la etapa infantil serán niños caprichosos, al llegar a la etapa adolescente se vuelven grandes maestros de la manipulación, las primeras y principales víctimas, desde luego, son los padres a quienes constantemente les mentirán.

CONSECUENCIAS

Los niños sobreprotegidos no asumen responsabilidades, ni desarrollan sus capacidades porque no les dejan los mismos padres.

Uno de las características que permite identificar la sobreprotección de un niño, es que el mismo presenta dificultad para resolver problemas propios de su edad.

Una de las consecuencias de la sobreprotección en los niños es que generan sentimientos de inutilidad y dependencia, siempre dicen: “no puedo” no presentan iniciativa propia, se observa en ellos falta de creatividad, tienen inseguridad y baja autoestima; además que tienen poco interés por conocer sus talentos y habilidades, siempre están con pensamientos negativos, sienten insatisfacción de sus propios logros, conductas poco sanas para conseguir sus deseos personales, de ahí que nace la manipulación de los hijos hacia los padres.

Entendamos que la manipulación del niño hacia sus padres nace desde que es un bebé, los pequeños en edad de asistir a la guardería o al pre-kinder también manipulan; al contrario de lo que muchos adultos creen, incluso llegan a modificar o influir en las decisiones de los adultos. Existen varias señales que nos pueden hacer notar una situación de manipulación, entre esas señales encontramos las frases: “tengo sueño o siento mucho miedo” para que los padres no los dejen solos.

Será trascendental que los padres de familia fomenten la confianza y seguridad, para que los hijos puedan solucionar sus problemas por sí solos. Es importante dejar que realicen sus actividades de trabajo solos, ya que algunos padres resuelven todo por sus hijos, logrando que los niños se vuelvan dependientes de los padres. La idea es generar una actitud que impulse la autonomía y autosuficiencia de los niños. El brindarles y demostrarles amor, dejar que desarrollen sus formas de pensar e ideas, respetando las mismas. El desarrollo emocional del niño es importante ya que a partir de ello se fortalecerán todas las destrezas, habilidades y capacidades que pueda generar y construir en el futuro.

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