sábado, 31 de agosto de 2013

¿Es posible detener el paso del tiempo?

Durante siglos, hemos buscado el elixir capaz de mantenernos eternamente jóvenes. Pues bien, aunque no se ha encontrado aún esa fórmula, le ciencia ha logrado avances muy notorios a través de la Terapia Orthomolecular.

Estudios científicos han demostrado que el cuerpo humano necesita 40 sustancias que no las produce ni tampoco las ingiere en la alimentación. Este déficit provoca que el organismo extraiga estas sustancias de las reservas de los huesos, sistema nervioso y órganos en general, ocasionando la degeneración celular que lleva al envejecimiento prematuro.

La Medicina Orthomolecular debe considerarse revolucionaria ya que al incorporar los nutrientes correctos al organismo, las enfermedades, malestares y trastornos del envejecimiento pueden ser erradicados rápidamente. Detener el paso del tiempo y el envejecimiento es el objetivo de la Medicina Orthomolecular.

El aumento de las sustancias oxidantes en el organismo comienza a partir de los 30 años de edad, esto lleva indefectiblemente a una serie de trastornos inflamatorios y degenerativos como por ejemplo: artrosis, artritis, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, arteriosclerosis, trastornos mentales, depresiones, angustias y envejecimiento patológico.

La Terapia Orthomecular está indicada no sólo en pacientes con enfermedades ya establecidas sino también en aquellas personas que, por malos hábitos alimentarios, sueño insuficiente, estrés o antecedentes hereditarios, se consideren de alto riesgo de contraerlas. Por ello, la Medicina Orthomolecular es un excelente método en aquellas personas que quieran gozar de una mejor calidad de vida y sin envejecer prontamente.

En el caso del envejecimiento de la piel la medicina estética utiliza la Terapia Orthomolecular con tratamientos mediante bioestimulación celular por factores de crecimiento o plasma rico en plaquetas que aporta mejor calidad de la piel, tersura, alisando las arrugas pequeñas y moderadas, difuminando el surco nasogeniano y aclarando la pigmentación marrón y roja (manchas). Esta bioestimulación debe ser realizada por médicos estéticos que extraen una pequeña cantidad de sangre, aíslan los factores de crecimiento -presentes en las plaquetas-, para después volver a inyectarlos en las zonas del rostro, cuello, escote y manos o donde más se necesitan.

Estos factores tienen la propiedad de estimular la producción natural de colágeno, elastina y reticulina, es decir, tejido nuevo que aporta un aspecto más rejuvenecido a la piel donde se la aplique. Al inyectarnos nuestra propia sangre, el rechazo es, además, imposible.

Beneficios: Mejora el cutis rápidamente, incrementa la hidratación cutánea, disminuye las arrugas, produce disminución manchas rojas y marrones, produce la reactivación del sistema inmunológico, disminuye la celulitis; evita caída del cabello y mejora la vitalidad del mismo; útil en la calvicie o alopecia.

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