jueves, 19 de junio de 2014

Una fantasía más allá del dolor

Si seguramente alguna vez leíste el famoso libro de “50 sobras de Grey” y te imaginaste las increíbles escenas de sadomasoquismo que le dan un toque espectacular a esa novela, pero ¿será igual de bueno si lo practicamos? ¿Dónde quedan los límites del sadomasoquismo?

Para ello, acudimos a tres portales EFE salud, OjoCientífico y UnComo. A través de estos portales sabremos sobre lo que es el sadomasoquismo, los efectos que tiene en el cerebro y todo lo que engloba.

¿Qué es el sadomasoquismo?

Un estudio científico afirma que el sadomasoquismo es básicamente el disfrute sexual al provocar o recibir dolor, parece provocar un estado alterado de conciencia similar a las experiencias del yoga o la meditación. En muchos casos, este término engloba la práctica sexual dolorosa, la dominación e incluso la humillación.

El sadomasoquismo viene de las palabras, sadismo y masoquismo. El sadismo es un término que viene del nombre de Marqués de Sade (escritor y filósofo francés) y consiste, por parte de una persona, a infligir sufrimiento al objeto de su deseo para acceder al placer. El masoquismo, al contrario, establece una relación de dominante/ dominado, en la que la puesta en práctica de violencia verbal y servicios corporales puede proporcionar satisfacción.

¿Dónde está el límite?

Según EFE hay quienes para disfrutar del sexo, sienten la necesidad de incluir estos juegos y no se ven capaces de disfrutar de una relación sexual sin practicar la dominación y sumisión. Jugar a forzar, no llega a ser sadomasoquismo como tal, sino una práctica sexual más.

Muchas personas practican el sadomasoquismo y no lo asimilan como un problema, sino lo disfrutan plenamente. Si es así y esto les ayuda a romper la rutina de una vida sexual, no llega a ser un problema si ambas partes están de acuerdo en practicarlo con normalidad.

Y es que los juegos de dominación son la fantasía secreta de muchas parejas.

El sadomasoquismo remite al sometimiento y al castigo,“pero su variante light no implica dolor real ni humillación: se trata de un juego que enriquece la intimidad”, asegura el sexólogo clínico Walter Ghedin, en su libro Sexo y sexualidad.

El problema llega cuando, el que tiene la actitud masoquista, busca satisfacer la necesidad sádica fuera de su relación de pareja. Ahí llega la ayuda en terapia o la ruptura de pareja.

¿Soy sadomasoquista?

Un Como nos presenta una lista de algunas características de los sadomasoquistas:



1. Duración: Si durante un periodo de seis meses hemos tenido deseos de tener relaciones sexuales fuertes o comportamientos que impliquen el acto de ser humillados, golpeados o de padecer algún tipo de dolor físico en consentimiento nuestro, puede ser un indicio de que empecemos a desarrollar conductas masoquistas.

2. Fantasías e impulsos sexuales: En el caso de que éstas hayan generado inconvenientes en la vida cotidiana, generando un deterioro en diferentes ámbitos como el laboral, social, familiar, etc., puede ser un problema.

3. Humillación extrema: Las fantasías de un sadomasoquista engloban la humillación y maltrato, sin posibilidad de escapar de esta situación. Estas pueden ser realizadas por otras personas, o por ellos mismos, de un modo que pueden auto lastimarse.

4. Formas de ser humillado: Esto no solo se limita a agresiones físicas, sino también se resume en la agresión psicológica. En muchas ocasiones los participantes son obligados a utilizar prendas del sexo opuesto, ser insultados y degradados.

5. Contexto: El sadomasoquismo se lleva a cabo dentro de un contexto en el cuál los roles de cada uno de los participantes (sádico y masoquista) están previamente estipulados, existiendo un mutuo consentimiento acerca de este hecho.

6. Hipoxfilia: En algunos casos, la excitación sexual se alcanza a través de la privación de oxígeno, ya sea con bolsas en la cabeza, nudos en el cuello, entre otras. Esta es una de las prácticas más peligrosas, ya que la mala realización de esta práctica puede provocar la muerte.

En síntesis, no se puede hablar de un perfil sadomasoquista, lo cierto es que la sexualidad, en este tipo de conductas extravagantes, cumple una función de compensación. EFE asegura que cuando una persona tiene que tomar decisiones en su día a día y llevar las riendas, pasa a ser sumiso en el terreno sexual. De esta forma, descargan la responsabilidad, no son juzgados y se dejan llevar.

Al otro lado, está el que no tiene un cargo dominante en su vida cotidiana y a través de la sexualidad quiere hacerlo. Estas personas se muestran débiles en el trabajo, pero en el ámbito sexual pueden ser lo amos y eso les resulta placentero.

Además, cualquier persona puede ser sadomasoquista en algún momento de su vida, pues la dominación y sumisión siempre pueden estar presentes, sin llegar a ser un trastorno.

¿Es controlable?

Cuando se trata de una patología, se puede tratar y reorientar el deseo; es casi siempre la solución que los expertos proponen a sus pacientes. Sin embargo, muchas veces es difícil solo con el tratamiento psicológico, y en otras ocasiones se debe hacer uso de fármacos.

En muchos casos se utilizan antidepresivos porque tienen una función de aumentar los niveles de dopamina. Esto hace que los comportamientos compulsivos se frenen. Principalmente, el sadomasoquista debe dar el primer paso y reconocer que la fuerza de su adicción a estas prácticas está dominando su vida. Una vez que el paciente quiere y está convencido de hacerlo, la ayuda está servida en la consulta.

QUICKIE

En ocasiones, las mujeres disfrutan más leyendo libros o viendo escenas eróticas que practicando el sexo real.

Antes de probar un juego asi, decidan una “palabra segura” que usarán para indicar si las cosas se están saliendo de control. “Rojo” y “verde” puede indicar si quieres seguir o parar.

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