martes, 1 de julio de 2014

Disfunción eréctil hay solución



María y Juan comienzan a besarse, a acariciarse y a excitarse. Sus cuerpos reaccionan fisiológicamente a los estímulos; sin embargo, él, un hombre de 40 años, no consigue tener una buena erección y luego de mucha estimulación y con ciertos problemas, finalmente concluye el acto sexual.

Juan permanece como si nada hubiese pasado y lejos está de su mente pensar en la insatisfacción de su esposa, mientras que ella queda con una sensación de frustración que, a la larga, los está llevando a tener algunos problemas en su relación de pareja.

Para Liliana Zabala, terapeuta sexual, el efecto del trastorno de erección (así se denomina actualmente) en el hombre es fatal porque él quiere satisfacer sexualmente a su mujer y se encuentra con que tiene una disfunción, mientras que la esposa insatisfecha se culpa y también responsabiliza a su cónyuge, generándose un clima hostil y de peleas entre ellos.

“Muchas de ellas buscan como salida inmediata un amante, ocasional o permanente, mientras que algunas callan y reprimen su sexualidad pero por un tiempo, otras se masturban compulsivamente o tienen sueños eróticos donde descargan toda la pulsión sexual en el proceso onírico”, explica la sexóloga.

Aunque no se crea, prosigue, en algunas ocasiones las mujeres son responsables de acrecentar aún más el trastorno de erección en sus parejas. Por ello, considera que las terapias deben realizarse con ambos cónyuges, ya que es imposible avanzar sin uno de ellos.

El urólogo René Heredia manifiesta que las consecuencias en la pareja son funestas, porque la interrelación de pareja es a base de las relaciones sexuales y si no hay ese afecto, la armonía se va alejando, llevando al divorcio de forma prematura.

Explica que las disfunciones eréctiles de orden sicológico e infeccioso generalmente son pasajeras, mientras que las que son orgánicas no se corrigen mientras no se solucione la raíz del problema.

¿Atentado a la hombría?
En criterio de la sicóloga Claudia Tórrez, culturalmente el hombre cifra gran parte de su hombría en su desempeño sexual y en su capacidad de erección, de ahí que incluso algunos casos eventuales de pérdida de la erección son agravados por un deterioro en la autopercepción y la autoestima.

Por ello es que aparecen entonces sentimientos de incredulidad, miedo y vergüenza. Estos cambios son difícilmente aceptados. Por ello, muchas veces, el hombre con este problema evita situaciones de intimidad, privacidad o demasiada cercanía con su pareja en las que se pueda sentir bajo presión para tener relaciones sexuales.
Es frecuente, añade, que los hombres tiendan a volverse muy sensibles con el tema, evitan hablar sobre lo que pasa y asuman las preguntas y la preocupación de la pareja como un ataque hacia ellos y por ende, se aíslan más.

Para la sexóloga Carolina Rivero, lastimosamente esta disfunción es causa de divorcio en muchos casos, en especial si no se busca ayuda.

“Si el hombre siente que ‘ya no puede’, que su virilidad se acabó y que nunca más va a poder tener relaciones sexuales, es como si el mundo se le viniera encima y si la mujer piensa que ya no lo excita y que ya no la quiere, entonces están dadas las condiciones para una separación dolorosa, porque la sensación de fracaso, aunque no lo reconozcan, la llevan ambos”, apunta.

Son varias las causas
Rivero explica que la disfunción eréctil es un problema combinado. Si se analiza cómo ocurre fisiológicamente una erección se puede determinar que existen varios sistemas que intervienen en su ejecución: sistema nervioso en buen estado, sistema vascular saludable, hormonas en cantidad adecuada y un estado sicológico saludable. “No es solo lo genital lo que debe estar funcionando bien, sino es todo el cuerpo y la mente”, resalta.
Además, existen factores de riesgo físicos como la hipertensión, la diabetes y el colesterol elevado que dañan las arterias de los cuerpos cavernosos del pene, que son similares a las coronarias del corazón.

Explica que por lo general cuando ocurre alguna falla, esperable entre los 45 y 55 años, los hombres se asustan y la ansiedad hace que un problema que podría pasar como algo transitorio, se convierta en algo más serio. En otras palabras, la mente juega una mala pasada y empeora la situación.

“Existe un cuadro clínico llamado Síndrome metabólico, que cada vez tiene más asociación con la disfunción eréctil. Este mal consiste en obesidad abdominal, hipertensión, triglicéridos elevados y azúcar alta. Se cree que el descenso en los niveles de testosterona sería lo que lo vincula con este problema. “Son todos factores que se pueden evitar y no son cuestiones con las que se nace, sino que depende de nosotros evitar estas enfermedades”, subraya.
Asimismo, la sexóloga Mónica Rivero manifiesta que en la función eréctil intervienen diversos factores físicos y sicológicos, por lo cual la alteración de uno o más factores puede llevar a disfunción sexual.

Detalla que la disfunción eréctil se clasifica en tres grupos, que son: orgánica, puede ser secundaria a lesiones vasculares; la sicógena, que se debe a una disfunción del mecanismo eréctil sin lesiones físicas (traumas en la niñez, deficiente educación sexual o trastornos siquiátricos) y la mixta, debida a la combinación de factores orgánicos y síquicos.

Datos estadísticos
Mónica Rivero remarca que es un problema de salud de alta frecuencia entre los varones mayores de 40 años, teniendo una fuerte repercusión en la calidad de vida del hombre afectado, así como en la de su pareja. Según estudios realizados en Estados Unidos, el 52% entre la población de 40 y 70 años sufre del síndrome de la erección.

Zabala coincide con los datos de Rivero. Sin embargo, detalla que el 52% de los hombres en edades entre 49 y 65 años tiene algún tipo de disfunción eréctil, mientras que la cifra aumenta al 75% en los varones de 65 años en adelante.

“A medida que aumenta la edad, el trastorno es más frecuente. En tanto que un 50% de los hombres diabéticos experimentan el trastorno y hay casos en que un 30% de los varones menores de 40 años padecen el problema”, refiere.

Por su parte, Carolina Rivero expresa que en Bolivia no existen datos estadísticos, porque al hombre le cuesta horrores reconocer que tiene algún problema de erección y no busca ayuda, sino que simplemente se limita a recurrir a la pastillita azul (viagra), cuando no es la verdadera solución, sin atacar el problema de fondo.

La terapia de pareja
Las sexólogas coinciden en que la mejor solución para la disfunción sexual es la terapia de pareja.

Carolina Rivero indica que si no hay un problema orgánico serio y si la pareja tiene interés genuino en recuperar su vida sexual, el éxito está asegurado. “Las terapias son cortas, los ejercicios placenteros y los resultados muy satisfactorios”, dice.

En criterio del René Heredia, hay muchísimos tratamientos para la disfunción eréctil, pero lo primordial es buscar ayuda profesional para someter al paciente a una evaluación para determinar si la causa del problema es orgánico, infeccioso, neurológico, endócrino o sicológico, después ya puede iniciarse tratamiento que puede ser quirúrgico o simplemente con ansiolíticos, vitaminas, vasodilatadores orales, inyecciones intracavernosas o prótesis peniales

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