lunes, 20 de octubre de 2014

La clave del placer Sexualidad y autoestima

Construcción de autoestima

RECONOCER EL VALOR DEL CUERPO

La autoestima sexual es parte de la autoestima total del ser humano, la que brinda la posibilidad de darle un sentido integral a nuestra vida, donde los conceptos y la educación que recibimos durante nuestra infancia marcan indudablemente la forma y percepción de los factores que determinarán nuestra relación con nuestra sexualidad.

Cada uno de nosotros posee un autoconcepto sobre sí mismo. Éste se va construyendo desde la infancia, a través de nuestras relaciones con los demás, de las experiencias que vivimos, de nuestros logros y fracasos, de nuestros modelos de referencia... Todo ello contribuye a la imagen que tenemos sobre nosotros mismos, y ésta afecta prácticamente a todas las parcelas de nuestra vida, incluyendo, por supuesto, la sexualidad y la forma de relacionarlos a nivel afectivo o sentimental.

El disfrute sexual depende de múltiples factores, pero uno de los más importantes es la autoestima. La sexualidad es quizás el aspecto más íntimo de nosotros mismos, sentirnos seguros y aceptados hará que nos acerquemos a ésta sin miedo y con tranquilidad.

La mayoría de las veces nos sentimos inferiores o no dotados de cualidades como nos lo puedan llegar a decir.

La conducta se relaciona más con la forma en que fuimos educados y del reforzamiento de conductas e ideas que se mantuvieron latentes durante nuestra infancia.

Si nos sentimos cómodos con nuestro cuerpo, será más fácil para nosotros disfrutar con él.

También es más probable que si esto es así, cuando nos encontremos con una pareja sexual y estemos desnudos podamos estar tranquilos y relajados.

Al contrario, si no nos sentimos contentos con nuestro cuerpo, querremos esconderlo y nos costará mucho poder disfrutar de los encuentros eróticos en compañía de otras personas.

No podemos olvidar que la percepción que tenemos de nosotros mismos puede estar contaminada por experiencias y complejos del pasado que están todavía sin resolver y que se han mantenido latentes y pueden seguir afectando a nuestras vivencias actuales.

En el terreno sexual, y en lo referente a la autovaloración, hay diferencias en los hombres y las mujeres:

Al hombre, lo que le preocupa principalmente es su destreza sexual, su habilidad, el disfrute de su pareja, etc. Por eso suele generarle ansiedad y preocuparle si su pene está en erección, si su eyaculación es lenta o rápida… Y suelen ser estas inseguridades las que afectan a la autoestima del hombre en este campo.

A la mujer, en cambio, es más frecuente que le preocupe su físico y si éste se asemeja o no con los modelos que se imponen desde la sociedad y los medios. Duda con frecuencia de que a su pareja sexual le guste o no su cuerpo, si pensará que tiene celulitis… y todas estas inseguridades, pueden dificultar el placer y el bienestar durante el encuentro.

Para disfrutar de nuestra vida sexual, como vemos, es fundamental sentirnos a gusto con nosotros mismos. Por eso en muchas ocasiones cuando alguien tiene una dificultad sexual se suele achacar a algo físico, cuando a veces lo que hay detrás es una insatisfacción con nuestro propio concepto y eso puede ser lo que realmente la esté generando.

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