domingo, 9 de noviembre de 2014

Una increíble historia de amor

A los 42 años, Aminah Hart tomó una decisión que cambió su vida de una manera que nunca podría haber imaginado, llevándola a conocer y enamorarse del extraño cuyo esperma fue usado para concebir a su hija.

En ese momento, la mujer de Melbourne, Australia, quería tener un hijo, pero ya había sufrido la trágica pérdida de dos debido a un desorden genético llamado miopatía miotubular de enlace X, una condición que afecta a los músculos utilizados para el movimiento y se produce casi exclusivamente en los varones.

Su primer hijo Marlon, concebido con su exmarido, murió a los cuatro meses, mientras que ella estaba viviendo en Inglaterra, y en 2010, cuando Aminah estaba viviendo de nuevo en Australia, Louis -engendrado por un exnovio- murió a los 14 meses.

“Realmente no se puede poner esto en palabras. Tuve dos relaciones y dos hijos, pero no fue hasta la segunda que me dieron el diagnóstico de la enfermedad genética", contó Aminah al Daily Mail Australia.

Ella siempre había querido tener hijos, pero no fue hasta sus 30 que comenzó a pensar seriamente en ello.

A los 42, Aminah sentía que el tiempo se agotaba, pero también enfrentaba este trastorno genético que tiene una probabilidad de 1 en 4 de ocurrir en cada embarazo.

Pensó largo y tendido acerca de sus opciones y decidió utilizar un donante de esperma para concebir.

La clínica de fertilidad le dio tres papeles con las estadísticas vitales de tres hombres anónimos, uno de los cuales se convirtió no sólo en el padre de su hija, sino además en su futuro novio.

Cuando se decidió por un donante de esperma, ella buscó un hombre que tuviera las cualidades clave que quería para su hijo. "No te dan una foto, es, literalmente, solo un perfil (menos que el de LinkedIn), con estadísticas vitales, la edad, la constitución corporal, el color del pelo, los intereses como niño, y trabajo", explicó Aminah Hart.

El donante que se destacó de los tres era un hombre que se describía a sí mismo como ’feliz y tranquilo’ y con una fuerte ética de trabajo.

"Él también tenía un fondo genético muy limpio y no había nada que acechara en su familia en términos de discapacidad. Yo miraba la salud mental también porque mi propia capacidad de recuperación había sido lo que me ayudó a pasar el trauma que experimenté y yo quería un niño igualmente resistente", dijo Aminah.

El esperma de Scott Andersen había estado en "cuarentena" desde 2010, cuando Aminah lo eligió en 2011, por lo que el banco tuvo tiempo para descartar enfermedades.

Su donante elegido también ya tenía cuatro hijos felices y saludables, lo que hizo sentir segura a Aminah.

Scott puso en su perfil que sería feliz de conocer a cualquier niño que fuera concebido gracias a él.

Cuando la bebé Leila nació el 14 de agosto de 2012, siendo saludable, Aminah se sentía aliviada.

"Seis meses más tarde, mi madre empezó a husmear en Google. Ella sabía que Scott había dicho que era un criador de ganado y que había sido un entrenador de fútbol aficionado", contó Aminah.

A pesar de pensar que no era una buena idea al principio, cuando su madre se convenció de que había encontrado al padre de Leila, Aminah decidió ponerse en contacto con la agencia y ofrecer sus datos en caso de que él quisiera contactarse o ver una foto de su hija.

Scott respondió y la pareja comenzó el intercambio de correos electrónicos.

Aminah le envió fotos de Leila y al momento en que su hija tenía un año de edad, decidieron que era hora de conocer en persona.

El 18 de agosto de 2013, Amina y Leila fueron a la casa de Scott cerca de Phillip Island, a unos 140 km de Melbourne, donde se reunieron no solo con él, sino también con dos de sus hijos.

"Era mucho más fácil de lo que había previsto. Yo estaba nerviosa... estaba camino a conocer a un completo desconocido y con su hija genética en mis brazos", señaló Aminah.

Hubo una conexión inmediata entre la pareja, y sus hijos jugaron juntos.

La reunión fue tan bien que Aminah y Leila comenzaron a ver a Scott cada pocas semanas. Leila acababa de empezar a caminar y cuando ella se tambaleó hasta Scott y se sentó con él, Aminah pensó que era una "cosa preciosa".

Los tres empezaron a verse cada vez más seguido, hasta que decidieron pasar la última Navidad juntos como familia.

"Nos enamoramos. Fue surrealista, pero una experiencia increíble", confesó la mujer.

Ya han pasado diez meses y la relación va viento en popa. Aminah ve su relación como un "un hermoso capítulo" de su vida llena de "felicidad y alegría".


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