jueves, 18 de diciembre de 2014

‘Me intimida en la alcoba'

Hace un mes que Karina sale con un hombre. Aunque él asegura que ella le gusta mucho, percibe un problema: ella siempre toma la iniciativa en el sexo. Él le dijo que se siente intimidado ante esta situación.

“Cuando la mujer tiene mayor desempeño en su sexualidad, el varón puede no asimilarlo bien por una cuestión de roles de género y machismo”, explica el psicólogo Óscar Urzagasti. En los temas de cama hay roles asignados fruto de los estereotipos. “Muchos están avocados más al varón que a la mujer, pues se cree que éste es el que debe dominar”. Cuando se quiebran estos conceptos preestablecidos surgen los problemas, como que él no se sienta cómodo.

“Se cree que el hombre es el que debe tomar la iniciativa. Si la mujer adopta estas conductas, el hombre equivocadamente, en su pensamiento machista, se siente invadido, intimidado y en muchos de los casos incluso se aleja de ella sin haber llegado a conocerla y disfrutado de sus cualidades”, indica el sexólogo Winston Uzín.

La idea es aprender a conocer la propia sexualidad y estar en igualdad de condiciones. “Hay mujeres que deciden no fingir, se exploran y empoderan; lo que hace que ellos puedan sentirse intimidados por prejuicios como que ella tiene más experiencia sexual. Hay hombres a los que les da vergüenza hablar de sexualidad”, acota la psicóloga Anahí Navarro.

La presión

Los hombres suelen creer que ellos tienen la responsabilidad completa sobre la sexualidad y su desarrollo, en el que la mujer tiene un rol pasivo. “Deben conquistarla, llevarla a la cama y al orgasmo. Tienen una presión tremenda que crece cuando ven a una mujer empoderada con su cuerpo porque ellos sienten miedo de que ella sepa más y de que ellos no la puedan satisfacer”, expone la terapeuta.

Urzagasti coincide y explica que “el hombre es el que guía los pasos de la mujer y en teoría ella debería seguirlos, pero muchas veces se podrían invertir los papeles”.

En sexualidad no hay reglas fijas y según la personalidad de cada individuo pueden surgir combinaciones interesantes. “El sexo es como una sinfonía. Hay personalidades dominantes que se encuentran y pueden disfrutar mucho o al revés, hombres que disfrutan de que ella tenga el poder”, dice Urzagasti.

La terapeuta Marlene Gómez señala que un hombre puede sentirse intimidado cuando ve que el placer de la mujer no depende plenamente de él. “Es como un síndrome espejo, cuando ven a una mujer que es responsable de su placer o toma la iniciativa, ellos temen ser usados como usaron alguna vez”, agrega.

Hay otros aspectos que pesan, como la educación de las personas durante su infancia, cree Navarro. “Una persona que se reprime o tiene vergüenza durante el sexo es por cómo la han criado. Quizá durante su educación le han hecho creer que el sexo es algo malo o sucio y ése es un problema grande que repercute en su adultez. Una mujer que se siente segura en el sexo es porque en su crianza no hubo estos problemas y es posible que vaya a intimidar a un varón que haya crecido con otras creencias”.

Las inseguridades hacen también que un hombre se sienta cohibido. “Una mujer muy guapa, exitosa o independiente puede espantar a los varones porque no les permite jugar el rol de protector al no mostrarse sumisa o dependiente. La mayoría busca sentirse protector”, argumenta Urzagasti. También la educación religiosa puede pesar en la autovaloración masculina. “El pudor o recato son más frecuentes en las mujeres, pero muchos hombres se apegan a este concepto para mantener el poder en la cama”, asegura Gómez.

La terapeuta aclara que “el concepto mal entendido o manipulado del pudor puede llevar a las personas a generar una fobia sexual y rechazo a sus cuerpos. Sería un error decir que los hombres no experimentan problemas de rechazo a su cuerpo. Durante el sexo muchos son convencionales, incluso pueden sentir cierta vergüenza. Si una mujer es más atractiva que ellos, también pueden sentirse inseguros”.

El erotismo

La construcción de lo erótico sexual depende de cada uno. “Todo está en la mente. Las normas sociales, culturales y religiosas son las que han actuado sobre cómo pensamos y actuamos”, asegura Gómez.

Para resolver el problema, el diálogo y la valoración personal son muy importantes. “Hay hombres que prefieren tener sexo con la luz apagada, no probar nuevas cosas o no mirar a los ojos por miedos internos que pueden estar ligados a no querer que se vean sus imperfecciones”, señala Gómez, quien aconseja que para bajar la tensión y disfrutar del sexo “cuando un hombre se encuentra con una dama dominante, el manej

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