lunes, 19 de enero de 2015

Tres reglas básicas para las parejas

ACTITUDES PARA ESTAR BIEN

AMOR Y COMPRENSIÓN

La relación entre dos personas involucra dar y recibir amor, siempre buscando la felicidad propia y la de nuestra pareja.

Con una buena base de pareja, lo que construyamos será sólido y si es necesario hacer modificaciones en el futuro, podremos realizarlas sin que tiemblen los cimientos de nuestra afectividad.

Pero para ello, tal y como explica la psicóloga Mila Cahue en su último y flamante libro, “Amor del bueno”, es necesario tener muy claras tres pautas básicas para entender la afectividad. “Son muy obvias, pero demasiado a menudo nos encontramos en consulta con personas que las obvian. Una pasa por entender que el propio bienestar y/o felicidad dependen de uno mismo, no de segundos, ni terceros, o cuartos. Otra, que el objetivo de estar en pareja es el bienestar afectivo de los dos, no sólo de la otra persona, y tercero y último, que el amor no tiene nada que ver con el sufrimiento y el dolor. Pero nada, de nada”, resalta con énfasis esta especialista en parejas.

LA FELICIDAD DEPENDE DE UNO

Esta regla permite romper con la lacra de la dependencia emocional, según la cual, explica Cahue, sólo se puede ser feliz en función de que alguien nos ame. “Uno de los errores que todavía colean del amor romántico es la idea, muy arraigada, de que uno no puede vivir sin el otro. Películas, novelas, canciones, etcétera, nos inoculan a diario esta actitud inmadura condimentada con unas gotas de masoquismo. Hoy en día todavía muchas personas lo denominan amor verdadero, cuando en realidad se trata de una conducta que se encuentra a punto de superar el límite de lo patológico o que incluso ya lo ha rebasado”.

Para acabar con este pensamiento erróneo, es necesario no dejar en manos de otra persona la decisión de lo que a uno le hace feliz, dejar de cargar con la responsabilidad de tener que decidir sobre la felicidad de otro y por último, pensar en que la felicidad propia también será una influencia para la felicidad del otro y por ende, de la pareja.

BIENESTAR DE AMBOS

“¿Demasiado evidente verdad?”, pregunta Cahue. “Podría serlo, pero hay que profundizar en ello porque otra de las señales que nos encontramos los psicólogos es que la mayoría de la gente que inicia una relación en pareja tiene el objetivo prioritario, probablemente inconsciente, de irse a vivir juntos”.

“A veces parece la consecuencia de una improvisación sobre la base de "primero nos vamos a vivir juntos y luego... ya veremos", que de un proyecto analizado, planificado, y consensuado entre los dos”, explica.

“La gente debe saber que vivir juntos no es indicativo de estabilidad emocional ni de calidad en la relación. La convivencia no necesita de urgencia, sino de intimidad psicológica y compatibilidad”.

Por todo esto, antes de tomar una decisión es conveniente darse tiempo para conocerse más a fondo, saber si la pareja es compatible en la convivencia, así como saber cuál es la relación que tiene la pareja con la familia y los amigos. Las metas y proyectos comunes también son esenciales al momento de tomar una decisión.

Sin embargo, existe un punto importante para tomar en cuenta. Cuando la pareja tiene hijos o está pensando en tener uno para salvar una relación deteriorada, es importante cuestionarse lo siguiente: ¿Qué contexto estamos preparando para todos los hijos, el de la separación o el de la gélida convivencia?

Por ello, debe existir una intimidad afectiva de calidad debe haber un espacio de bienestar en el que cada uno se encargue de su propia felicidad.

Ambos miembros de la pareja deben pronunciar experiencias felices mutuamente y los objetivos en el terreno fértil que pretendan alcanzar.

AMOR VS. SUFRIMIENTO

El amor no tiene nada que ver con el sufrimiento ni el dolor. «Esto lo tenemos que borrar de nuestro cerebro. No juguemos con fuego. No hay que confundir el dolor sano producido por la introducción de cambios saludables en nuestras vidas, con el dolor provocado por un daño inesperado, intencionado, y destructivo que es, precisamente, lo antagónico de lo que debe producir una relación amorosa», indica Cahue.

La aparición del dolor nos está indicando que es el momento de hacer cambios. Éstos pueden ser de lugar, persona o pensamiento. No estar atentos a esta señal y continuar haciendo lo mismo de igual manera trae consigo el sufrimiento y la aparición de heridas profundas.

Para vivir felices y en armonía con la pareja, es importante focalizarse en estar bien con uno mismo, así como pensar en la felicidad de la pareja.

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