jueves, 26 de febrero de 2015

Cómo abordar los problemas emocionales en pareja

En nuestra vida diaria existen diferentes problemáticas tanto individuales como colectivas, algunas pueden afectarnos en nuestro estado de ánimo en todo sentido como: en el trabajo, en nuestras relaciones interpersonales, con nuestros hijos y con la familia, por lo tanto es importante entender y, sobre todo, aprender a sobrellevarlos, aquí les presentamos algunos consejos.

Muchas veces una de las parejas se encuentra enfadada, es importante conocer las causas y hacernos la pregunta del ¿Por qué está enfadada? Intenta responder a dicha pregunta y descarta la primera respuesta, puede que lo que te haya enfurecido no sea el objeto de la discusión que se mantiene, sino otra razón más profunda o quizá un problema muy concreto que aún no se ha resuelto.

En otros casos, ni siquiera tu pareja tendrá la culpa de tu enfado, sino que éste puede haberse ocasionado en otro ámbito (trabajo, familia) y es con tu pareja con quien te estás desquitando. Entonces es importante tratar de controlarse antes de reaccionar, pero no se trata únicamente de contar hasta diez, sino también en dejar que la otra persona explique y presente su versión de los hechos ante tus acusaciones.

Quizá ello evite un aumento de tensión que te lleve a un punto crítico y se solucione el problema sin necesidad de elevar el tono de voz o sacar a colación otros temas. La mente funciona más rápido que nuestra lengua, y a veces una simple conversación sin gritar sirve para convertir la sombra en luz.

Revisa tus argumentos: Muchas personas comienzan a discutir con una idea clara en su cabeza, sobre lo que van de decir, especialmente si son ellas las que comienzan la confrontación. Muchas veces tenemos muy sabida la lección, que quizá convenga revisar nuestra argumentación antes de pronunciarla en voz alta y de esa manera comprobar si lo que sugerimos es cierto o si sólo es una estrategia para hacer sentir mal a nuestra pareja. Si es así, quizá sea preferible no conversar.

Hazlo en el momento indicado: Respecto a conversar apropiadamente sobre algo que nos molesta, también hay que saber cuándo hacerlo. El peor momento es, desde luego, cuando la tensión está a punto de explotar o en mitad de un cruce de acusaciones interminables. Pero quizá tampoco sea muy apropiado aprovechar el buen rollo romántico para sacar a relucir aquel pequeño problema que ocurrió hace un mes y que hasta entonces no nos habíamos atrevido a comentar. Todo extremo es malo tampoco es el de callar, trata de saber cómo y cuándo.

No pidas lo que no puedes dar: La estabilidad de una relación de pareja debe forjarse en el equilibrio más o menos simétrico entre ambos miembros; antes de acusar a la otra persona quizá convenga que nos paremos a pensar si estamos en disposición de exigir algo así a la otra persona o si es preferible, por el bien de ambos, pasar por alto pequeños detalles. En una discusión no se puede ganar, o empatar también uno debe aprender a perder.

¿Cuál es el fin de toda discusión de pareja?: ¿Intercambiar diferencias hasta que uno de los dos se dé por vencido y convencido, o pida perdón a su pareja y acepte que ésta tiene toda la razón y nada más que la razón? ¿O simplemente hacerle comprender que uno de sus comportamientos nos ha molestado y que en lo consecutivo es preferible que se lo piense dos veces antes de volver a hacer algo semejante?

Recordemos que muchas personas ganan discusiones, pero a cambio, pierden a sus parejas. Lo importante no es discutir o callar lo que uno siente o piensa, sino saber expresarlo, éste es un factor esencial de la comunicación asertiva.

Los sentimientos no se discuten: Es vital recordar que podemos tener algún desencuentro, sobre los planes futuros o pasados, pero juzgar o anticipar sus sentimientos no nos hará más que realizar presunciones equivocadas.

Ser empáticos: Es importante ponerse en la situación de la otra persona. La empatía con la otra persona es uno de los consejos más habituales cada vez que surge una discusión, pero raramente se lleva a la práctica de manera estricta.

Problemas o conflictos, ciertas diferencias, o malos entendidos de pareja siempre existirán de una u otra forma, pero debemos tener presente que si deseamos un cambio en nuestra pareja debemos comenzar por uno mismo, recordemos que nadie es perfecto y a veces deseamos o exigimos lo que no podemos dar, así que esforcémonos por ser mejores personas y si de alguna forma no ves cambios en tu pareja o no puedes comunicarte, existen profesionales psicólogos, terapeutas de parejas donde puedes recurrir para ser orientado, es bueno ver todas las alternativas y herramientas posibles para mejorar tu relación de pareja, porque además de lastimarte y no ser feliz, lastimas a tu familia, sobre todo a tus hijos.

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