miércoles, 4 de noviembre de 2015

Erotismo femenino ¿Con qué fantasean las mujeres?

DESEOS OCULTOS

Episodios conscientes

Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales, pero han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Hasta hace unos años, el contenido de esas "escenas" era más bien romántico y poco trasgresor. Pero algunas cosas están cambiando. La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez analiza el tema para Entremujeres.

Las fantasías, según Sigmund Freud, son, ante todo, sueños diurnos, escenas, episodios, novelas, ficciones que las personas forjan y se narran a sí mismas en estado de vigilia (despiertas).

Son imágenes mentales que pueden contener una escena completa o solo recortes o imágenes aisladas, y en general desarrollan y visualizan deseos no siempre insatisfechos. Y/o recrean situaciones estimulantes y placenteras que la persona no desearía realizar en la realidad: son fantasías y allí concentran todo su "poder".

Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, varones- nes del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.

El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza.

La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.

Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual.

Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.

Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual.

Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.

No hay que asustarse: son solo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía.

ALGUNAS FANTASÍAS:

- Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.

- Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.

- Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.

- Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.

- Fantasía de violación sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falocéntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa.

En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.

- El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.

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