sábado, 5 de agosto de 2017

Cuando el amor hiere

Era una relación difícil, por decir lo menos respecto a la turbulenta unión que Julia había tenido durante tres años con Luis. Muchos reencuentros y distanciamientos se habían suscitado en ese lapso, el más mínimo desacuerdo daba lugar a violentas disputas; que generalmente, luego de una corta ruptura, acababan en reconciliación. En tres oportunidades él le había regalado un anillo de compromiso….y en tres oportunidades ella lo había devuelto, solo para regresar con él al poco tiempo.

Tanto Julia como Luis, poseían una sólida carrera profesional en una institución de salud, ambos eran conocidos en su entorno social por su idoneidad y dedicación. Sin embargo, su errático comportamiento amoroso se hacía cada vez más ostensible, tanto que en algún momento ella había solicitado apoyo psicológico.

Luego de un encuentro de profesionales en su área donde se había consumido alcohol, una chispa incendió una nueva pelea, esta vez, con matices casi fatales, pues Luis llevó a Julia a su domicilio; fuera de sí y en estado etílico, procedió a golpearla hasta el cansancio.

Después de la duda y el miedo a la presión social, Julia tuvo la valentía de denunciar a su atacante para defender sus derechos y reclamar justicia. "Hoy la ley defiende a la mujer ", le dijeron.

Las imágenes desgarradoras presentadas por Julia al médico forense, relatan sobre un hombre que marcó con múltiples golpes su rostro, el edema y las laceraciones presentes lo habían distorsionado hasta hacerlo una masa amorfa, irreconocible; una oscura línea en su garganta delataba que habían intentado ahorcarla, el agresor era el hombre que un día afirmaba amar a la víctima.

Han transcurrido tres meses desde el atentado; la honorabilidad y decencia de la fémina han sido puestas en entredicho, día a día su esperanza se diluye en una torre de papeles. El lento y doloroso proceso bajo la sombra de antidepresivos ha sido un solitario calvario, donde la sociedad señala y calumnia a una mujer, cuyo único error fue confiar en el hombre que ella amaba. Lejos, debido a la lentitud del sistema, está el sosiego de sancionar el delito. En medio del escándalo y la revictimización en un entorno absolutamente machista y patriarcal que cubre con lodo a una víctima, prospera un juicio incierto donde veremos hasta donde se protege realmente a las mujeres en Bolivia.

Lo único certero es que la indiferencia ante estos hechos, no es una posibilidad; al contrario, debemos luchar desde todas las trincheras de nuestra sociedad para que estos delitos se sancionen con acciones determinantes y ejemplificadoras.


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