lunes, 25 de septiembre de 2017

Cómo enamorar cuando parece que no tienes ninguna posibilidad

Siguiendo la recopilación de Leil Lowndes, encargado de la investigación para dicho título, existen seis elementos que son clave para entender que se está en medio de un enamoramiento o que se tiene ventaja para enamorar a alguien.

-Aprovecharse de los subtítulos

El lenguaje corporal lo es todo. Si se miran y charlan detenidamente, procura "enganchar" tu mirada con la suya, estimula la charla, intenta no aburrir, conecta tus gestos con los suyos. El cerebro humano avanza rápidamente sobre las impresiones fugaces; no dejes que se escape su atención de lo que dices o escuchas.

-Gana terreno en el entendimiento

Una vez ya iniciada la conversación o el constante contacto, escucha y dale retroalimentación. No caigas en la adulación, pero a todos nos gusta escuchar que alguien aprecia lo que somos, así que congratula sus atributos, emociónate por sus éxitos y dale a entender que no hay nada mejor que verle ganando en la vida. Está totalmente comprobado que esos apoyos hacen que los humanos nos sintamos atraídos por una persona en específico: todo depende de cuánto soporte encontremos.

-Subasta lo que tienes

Sí, el amor es puro y enigmático, sigue su propio cauce y no tiene fórmulas. Pero definitivamente no es ciego y hay ya suficientes pruebas de que los aspectos materiales o de discurso influyen demasiado en el "flechazo". Obviamente no estamos hablando de una dote anual; sin embargo, mostrar tu capacidad intelectual, sin ser pedante; tu constante progreso laboral o académico; la consistencia en tus actos, los sueños y metas que te impones; etcétera, puede aumentar lo que esa persona está sintiendo por ti. Demuéstrale que no hay mejores ofertas en el mercado.

-Estimula la complementariedad

No se trata de convertirte en su más grande fan, pero sí conviene mostrar cuáles son tus gustos y pasatiempos para ver qué tan cercanos son el uno del otro. No intentes exagerar o inventar conexiones; mejor busca esos puntos exactos en los que pueden conectar y enséñale que nadie podría pasarla tan bien a su lado haciendo lo que más les gusta.

-Entiende las diferencias y úsalas a tu favor

Estamos seguros de que le has vigilado tan detenidamente que ya sabes de memoria sus reacciones ante el enojo y la alegría; entonces, toma ventaja de ello y muéstrale las actitudes o las circunstancias que más aprecia y huye de sus enfados. Aunque a la larga, seamos sinceros, eso no va a ser del todo viable. Por lo tanto, necesitas encontrar una forma de comunicación donde muestres total entendimiento de sus exasperaciones y como el único espíritu heroico que le comprenda en sus enfurecimientos.

-Busca el justo contacto físico

A veces una palmada, un gentil saludo matinal, una mirada lejana, una sonrisa de complicidad o una ligera caricia sobre la mano, dicen más de lo que podemos imaginar. La atracción sexual y el placer son muy distintos en cada persona, entonces encuentra qué "roces" puedes utilizar con ese alguien especial para hacer notar un poco más tu interés. El contacto físico suele atraer demasiado cuando se hace correctamente. Si ya llegaron más allá de eso y los abrazos son sólo un pretexto para sentirse más cerca, ¿por qué seguir engañándose? Es mejor que alguno tenga un poco de disposición y tú se lo digas cuanto antes.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Cómo recuperar el deseo

Las mujeres con pareja estable pierden el interés por el sexo con el paso de los años: así lo demostró un estudio psicológico canadiense que además reveló que las hormonas y la edad no son las únicas culpables de la pérdida de deseo. Te contamos un poco más de qué se trata esta afirmación.

Dos sexólogos de la Universidad de Guelph en Canadá evaluaron el deseo y satisfacción sexual en una población de 170 universitarios de ambos géneros con experiencia en relaciones de un mes a nueve años de duración. Así, Sarah Murray y Robin Milhausen, responsables de la investigación concluyeron que, en general, los estudiantes se encontraban satisfechos con su vida sexual y de pareja. Sin embargo, el deseo de las mujeres descendía en un 0,02% en cada medición mensual, mientras que el de los hombres se mantenía siempre estable. ¿A qué respondían estas diferencias? ¿Por qué las mujeres perdían interés a pesar de sentirse felices con sus relaciones sexuales?

Ya es sabido que en las mujeres los niveles de testosterona (responsables de la libido) van descendiendo a medida que pasan los años. Pero este cambio hormonal no es la única causa ni mucho menos la determinante de la disminución del deseo sexual femenino. Tanto Murray y Milhausen, como una gran cantidad de expertos en sexología, aseguran que en la mujer la sexualidad no se reduce a un mero mecanismo biológico. En ellas los factores psicológicos y ambientales son una base importante donde se sustenta la respuesta sexual y, por lo tanto, se encuentran intrínsecamente relacionados con la disminución del deseo.

¿POR QUÉ NOS PASA?

Se cristalizan preocupaciones externas a la pareja: ansiedad, estrés laboral, inseguridad en cuanto al propio atractivo como amante (“¿ya no lo excito lo suficiente?”) y tantos otros motivos. No es ninguna ciencia; los conflictos emocionales crean tensiones y eso genera efectos adversos para la sexualidad. Y en la medida en que esas tensiones y desacuerdos persistan, el aspecto sexual no va a mejorar por sí solo.

Nuestro deseo sexual es más selectivo que el de los hombres: el deseo sexual masculino se presenta de manera más constante y generalmente aparece “en piloto automático”. En las mujeres, en cambio, es mucho más variable y selectivo. Para nosotras, lo interpersonal -o sea, todo lo que pasa fuera de la cama- tiene mucha importancia y puede hacer fracasar o deslucir cualquier escena sexual. Por eso, se tiende a culpabilizar a la mujer, porque la sexualidad masculina parece más simple, porque en general se muestran más deseosos y llegan casi siempre al orgasmo, a diferencia de nosotras. Pero no hay que olvidarse de que la sexualidad se ejerce CON el otro y es con él con quien tenemos que resolverlo.

Los “momentos vitales” de cada uno son distintos: cada miembro de la pareja puede estar pasando algún momento personal que influya -positiva o negativamente- en el interés sexual. Esto es algo que no todos los compañeros entienden. Hay momentos en los que la pareja puede estar “desfasada” y que ambos no sean los amantes perfectos para cada uno.

¿QUÉ HACER PARA RECUPERAR EL DESEO?

La clave principal pasa por asumir la responsabilidad de a dos. Esto los va a ayudar a pensar soluciones y crear el clima de confianza necesario para enfrentarlo. Porque, cada tanto lo repito: la causa de aburrimiento sexual es la pérdida del romanticismo y la comunicación en la pareja. El siguiente paso es desterrar culpas -propias o del otro- y rever la situación pensando que se trata de un encuentro entre dos personas en el que ambos aportan lo que saben y también lo que no saben. Entonces, no está mal hacer un nuevo reconocimiento de nuestro cuerpo, tratando de volver a detectar aquellos lugares que nos excitan, para poder comunicárselo a nuestra pareja. Profundizar en la intimidad de la relación, aprendiendo a dar y a recibir placer, es importante para seguir juntos.

Otro aprendizaje es tener conciencia de que cada pareja tiene un estilo sexual propio centrado en la comodidad, el placer y la intimidad de ambos. Se trata de un estilo que va creciendo, expandiéndose y variando, en función de los movimientos -no solo físicos, sino también vitales- que cada uno de los integrantes de la pareja realice. Por eso, esperar que cada encuentro sexual sea espléndido e inolvidable connota expectativas poco realistas. No siempre ambos disfrutan en la misma medida. A veces, es uno de los integrantes el que obtiene más placer y el otro simplemente disfruta de la experiencia de brindárselo.

Y como última clave, siempre cabe recordar una vez más que el orgasmo no es la única medida de satisfacción.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Amor colegial


La palabra amor se define como el sentimiento de cariño y unión no solo material, sino también espiritual que te compromete con otra persona, el sentimiento que te da la seguridad de que puedes contar con esa persona sin importar lo que pase. Amor es el sentimiento más difícil de explicar de todos, debido a la cantidad de sensaciones que produce este.

Pero el amor colegial está un poco lejos de esta definición. El amor colegial es más bien un amor caprichoso y de travesuras, que surge generalmente en la etapa de la adolescencia. Un amor a escondidas que inicia con el primer día de clases, cuando llegas al aula y te encuentras de repente con esa persona que te roba toda tu atención y la enfoca hacia ella hasta llegar al punto en que todos tus amigos se burlan de ti porque simplemente no logras concentrarte, se te olvidan las tareas, vives haciendo dibujitos y garabatos en tus cuadernos, no prestas atención a los profesores, etc.

Casi todos los jóvenes viven la experiencia de tener un amor colegial, a pesar de que no siempre es así (en muchos ocurre antes y en otros después), durante su etapa de adolescentes. En esta etapa surge una transformación física que modifica el cuerpo de manera repentina y que genera cambios hormonales que crean ciertos conflictos emocionales e impulsos que muchas veces se les hace muy difícil poder controlarlos.

En la etapa del amor colegial es en donde los adolescentes empiezan a experimentar el sentimiento de la atracción física, a descubrir su cuerpo y entonces es cuando empiezan a surgir esas sensaciones nuevas que despiertan la curiosidad en sus cuerpos. Es por esto que empiezan a hacer travesuras a escondidas, siempre con el miedo a ser descubiertos.

La diferencia entre el amor colegial y el verdadero amor es que este último no es simplemente una atracción física, sino que va más allá de eso. El verdadero amor supone la necesidad de sentir a tu lado a esa persona especial, es extrañar su forma de ser, de hablar, de caminar, de pensar, de actuar, etc., es apreciar cada cosa que dice, como también su capacidad para escucharte, entenderte y aceptarte tal y como eres. Si sientes esto, entonces permíteme felicitarte porque realmente estás enamorado(a).

jueves, 14 de septiembre de 2017

¿Cuán bueno es en la intimidad?

Las relaciones íntimas en la pareja son una parte importante de las relaciones de amor, pues ayudan a mantener la llama de la pasión viva.

Aunque la atracción es algo muy personal, y como afirma el dicho popular “para gustos colores” (la elección de la pareja depende de las necesidades), cuando alguien nos atrae, lo primero que se nos viene a la cabeza es poder compartir esos momentos íntimos con esa persona: hacer el amor con él es algo que nos hace inmensamente felices.

¿SERÁ BUENO EN LA CAMA O NO?, ES UNA PREGUNTA QUE PODEMOS PLANTEARNOS CUANDO NOS EMBARCAMOS EN UNA NUEVA RELACIÓN.

¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LAS RELACIONES SEXUALES EN LA PAREJA?

La importancia de las relaciones íntimas en la pareja varía de persona a persona. Mientras algunas mujeres valoran otros atributos en la relación, otras prestan mucha atención a este aspecto como si lo fuese todo o prácticamente todo. Buscan en su pareja una auténtica máquina sexual. Está claro que tener una vida íntima activa es importante para la felicidad y la estabilidad de la pareja, pero no se trata de estar todo el día “dale que te pego”. Al menos eso es lo que encontró una investigación reciente.

Esta investigación intentó determinar cuál debe ser la frecuencia de las relaciones íntimas. Según las conclusiones de los investigadores, el aumento de la frecuencia sexual en pareja tiene efecto positivo... pero hasta un límite. Entonces hay que dar la dosis justa y necesaria.

Señales que indican si un hombre es bueno en la cama

Se suele hablar mucho de qué detalles son característicos de los hombres que son buenos amantes y son buenos en la cama. Por ejemplo:

¿QUÉ SEÑALES ENVÍAN? O ¿CÓMO SE COMPORTAN?

Si estás conociendo a un hombre y te acabas de hacer esta pregunta, en las siguientes líneas encontrarás las respuestas.

BAILA BIEN

A muchas mujeres les encanta el baile y éste puede ser un gran afrodisiaco para ponernos a tono y acabar cuerpo con cuerpo en la habitación con ese hombre. Esto no solo incluye un buen “striptease”, sino que algunos bailes despiertan nuestros instintos más íntimos y apasionados.

El psicólogo, Peter Lovatt, realizó una investigación en la que grabó 15 formas de bailar masculinas para que después las visualizarán un grupo de 55 mujeres de diferentes edades. Los resultados mostraron que los movimientos a lo John Travolta en “Fiebre del sábado noche” son los más estimulantes para para las féminas.

Además, muchas mujeres aseguran que los bailarines son buenos en la cama. Esto es lo que concluyó un estudio de la compañía británica Phones 4U, pues más del 80% de mujeres encuestadas aseguraron que existía asociación entre un buen bailarin y los buenos movimientos en la cama. Es más, hasta el 50% de las mujeres afirmó que comprueba los movimientos de un hombre antes de acostarse con él. Será por eso que muchas mujeres piensan que los bailes latinos son realmente excitantes.

ES AVENTURERO

Los hombres aventureros también parecen ser buenos amantes y buenos en la cama. Porque son personas que disfrutan de nuevos retos y buscan momentos y aventuras excitantes en su vida. Esto también puede ser un gran afrodisíaco, pues este tipo de personas desean probar experiencias nuevas y poco convencionales. Algo que a la larga puede mantener viva la llama de la pasión en la relación.

BESA BIEN

Si ya te has besado con él y has notado que besa como los ángeles, probablemente te hará pasar un buen rato en la cama. Si besa bien y sabe que besa bien es porque seguramente tenga mucha experiencia y sea una persona que se deja llevar por la situación. Es espontáneo y no se deja guiar por convencionalidades. Lógicamente, esto no es 100% infalible, pero si esa persona te besa con pasión es que le gustas y le excita tu físico (y posiblemente tu mente).

TIENE UNA CONFIANZA ALTA EN SÍ MISMO

En las relaciones íntimas, la confianza en uno mismo es la clave. Un hombre que confía en su desempeño sexual y sabe que es bueno en la cama, te hará pasar momentos increíbles. En cambio, una persona tímida en este entorno seguramente no será capaz de dejarse llevar y de disfrutar de la sexualidad con tanta plenitud.

TE HACE SENTIR UNA PERSONA ATRACTIVA

Cuando encuentras a alguien que te hace sentir como una persona espectacular e increíble, el grado de intimidad entre ambos aumenta. Algunas mujeres se sienten inseguras y, para disfrutar plenamente, necesitan que la otra persona les haga sentir especial. Para conseguir esto las palabras no bastan.

SE PREOCUPA POR TI

Las relaciones íntimas son más placenteras cuando hay algo mágico que las envuelve. Es el sentimiento de amor mutuo, que puede ser muy fuerte. Cuando notas que la otra persona está por ti, es detallista, piensa en tus necesidades… existe una mayor confianza y respeto entre los dos, algo que también se plasma en los momentos más íntimos.

TIENE UNA ACTITUD PROACTIVA Y AMBICIOSA

Las personas ambiciosas y proactivas están siempre en movimiento y suelen gozar de una mejor salud general. Piénsalo. ¿Será mejor en la cama alguien que se pasa el día entero jugando a los videojuegos o alguien que se preocupa por no pasar mucho tiempo sentado, sale con los amigos y hace deporte de forma periódica? Las personas que tienen una vida activa, generalmente gozan de mayor salud. Es por eso que rinden mejor en prácticamente cualquier actividad física.

ES CREATIVO

La creatividad puede ser un buen indicador de que esa persona te hará sentir cosas extraordinarias. Si tiene una vida activa y está sano, se preocupa por ti, utiliza diferentes modos de hacerte sentir alguien que desprende atracción, tiene confianza en sí mismo y encima es creativo, probablemente este hombre tiene algo que te puede gustar. El motivo es que al no tener que dedicar tiempo y esfuerzo a seguir un “guión” todo ocurre de un modo mucho más fluido y espontáneo.

lunes, 11 de septiembre de 2017

De pareja a espía: privacidad vs. confianza



Amor, ¿me das tu clave, tu contraseña y tu pin?”... Para algunas personas ese intercambio de información es una muestra de confianza. Pero, en realidad es lo que la vulnera, además que transgrede el derecho a la privacidad. Es incluso, una manera de espiar. “Generalmente quienes exigen las contraseñas y claves actúan por celos y desconfianza, actitudes que nacen de la inseguridad propia o a partir de alguna actitud percibida y sospechosa del otro, sea cierta o falsa”, explica el psicólogo Juan José Vargas.

Como fuera, denota desconfianza y es precisamente el espiar lo que la devela. “Si esto es recurrente en una relación, hay que ver qué pasa con la comunicación”, indica la psicóloga Tatiana Jáuregui.

Si bien la curiosidad por conocer cosas del otro es normal y hasta muestra interés, Jáuregui resalta que no justifica el escudriñar el espacio ajeno, ya que se puede llegar a lo delictivo por infringir la privacidad.

Ese espacio personal, un derecho y una necesidad, parece estar cada vez más reducido por el efecto de las redes sociales. Según Jáuregui, se han abierto en demasía las áreas de intimidad personal. “Esto hace que los parámetros de confianza y respeto se debiliten”.

En cambio, para Vargas las redes sociales poco o nada tienen que ver con la pérdida de confianza en la pareja, porque “el que quiere engañar u ocultar algo lo hará con o sin redes”, dice. Sin embargo, el terapeuta sí cree que son un canal para espiar a las personas por la cantidad de información privada que contienen”.

Tentador, más si la información de tu amor está a un clic. Sin embargo, en una relación amorosa, ambos son responsables de cuidar además de su espacio personal, el de la pareja.

En ese ámbito, se supone que saben qué les molesta y qué no; tienen códigos, formas de conducta pactadas y conocen sus personalidades. Ambos integrantes de la relación también saben si hay problemas o si el otro, o uno mismo, ejerce algún control. “Todo depende de la personalidad, de las experiencias anteriores, de las expectativas, de la compatibilidad y de las reglas que tienen explícitas o implícitas”.

Antes que compartir las claves de acceso a la información personal, deben edificar la relación en dos pilares, recomiendan los especialistas. El primero es la confianza: Uno debe otorgarla, porque se supone que ha elegido a una persona afín como pareja. El otro, debe dar las señales adecuadas para ser digno de esa confianza. El segundo pilar es el respeto, y ambos deben honrar los acuerdos y limitar ese espacio de dos en la red.

Si se rompe la confianza y se vulnera el respeto, los problemas serán evidentes y las redes sociales podrán ser una herramienta mal usada.

Entonces, de ser pareja se convierten en espías; en seguidores de cada paso que el otro da. “Esa desconfianza es una afrenta a la autoestima y a la confianza depositada en el otro”, dice Vargas, quien recalca que no son los indicios que se busca los que hacen daño, sino la interpretación de esas señales, que pueden ser ciertas o no.

Tener acceso a las redes sociales de la pareja, mirar cada ‘like’ que pone, en sí, perseguir a la pareja no evitará que tenga otros amigos o sea infiel, si ese el miedo. En ese caso el afectado o afectada debe evaluar la relación y hablar claramente.

En vez de tener una clave y volverse un investigador en línea, es mejor trabajar la autoestima, para ser una persona confiable y confiar en el otro.

Clave maestra

La sospecha te pone en alerta ante probables acciones desleales. Comunícale a tu pareja tus dudas.

Los celos dañan la relación. No te conviertas en un detective tratando de buscar las pruebas que incriminan a tu pareja.

Por cada acción de revisar te estás perdiendo algo de tu propia vida.

Los acuerdos ‘yo le doy el celular para que lo revise’ no sirven. La confianza no se recupera cediendo derechos.

Las acciones que resultan de celos afectan más la propia estima que el sentirte traicionada o traicionado. Cuando violas la intimidad del otro, devalúas tu valoración propia.

Fuentes: Juan José Vargas (psicólogo / jota2psycho@gmail,com), Tatiana Jáuregui (psicóloga / tatjaur@hotmail.com)

Fotos: kn3.net, nuevamujer.com


viernes, 8 de septiembre de 2017

8 señales definitivas de que tu relación no funciona

Mucho hemos hablado hasta ahora de las claves para que una relación de pareja dure muchos años, de cuál podría ser el motor de tu relación e incluso de las pistas que pueden hacerte averiguar si tu relación es perfecta. ¿Pero qué ocurre cuando creemos que no funciona? Cuando lo hemos estirado tanto que está a punto de romperse en cualquier momento.

Porque hay veces que nos aferramos con todas nuestras fuerzas a una persona e intentamos que la relación funcione. Porque aún creemos en un futuro juntos, por costumbre, por amor o porque nos negamos a dejarla marchar incluso sabiendo que ya no es lo mismo.

Si te encuentras en este punto de incertidumbre, puede que las siguientes señales te ayuden a darte cuenta de que tu relación tiene fecha de caducidad. Si has aplicado todos los consejos que te recordamos a continuación, si lo has intentado todo y, aun así, no sabes muy bien por qué no encaja como antes, atentos a estas siete señales.

1. El sexo no te satisface como antes

Párate a pensar: ¿tienes relaciones con la misma frecuencia de antes? Aunque creas lo contrario, la atracción física y el sexo son una parte fundamental en cualquier relación. Si notas que apenas mantienes relaciones o que cuando las tienes no terminas satisfecho o satisfecha (o al contrario), hay un problema.

2. No hay ilusión a la hora de hacer planes

Antes el solo hecho de ver a esa persona y saber que ibas a pasar un rato junto a ella podía ser lo mejor que te podría ocurrir en el día. Ahora no tienen tantos planes. No es la misma ilusión, los "nervios" previos antes de veros el uno al otro han desaparecido.

3. Silencios incómodos

Tu pareja probablemente sea la persona con la que más confianza tienes en el mundo y hasta hace poco podías pasarte horas hablando de cualquier cosa sin parar, pero ahora es diferente.

4. Discuten la mayor parte del tiempo

Y probablemente se deba a que existe una falta de comunicación importante. Ya no están de acuerdo en nada, les cuesta ver el punto de vista del otro, no se escuchan. Si pesan más las discusiones que las buenas palabras, entonces algo va mal.

5. Desconfías

En el momento en que surge la desconfianza por parte de cualquiera de los dos o sabes que te está mintiendo (o viceversa) respecto a algún tema, no puedes hacer la vista gorda.

6. Se dieron varios "tiempos"

Si ya han roto varias veces a lo largo de los años o se dieron periodos de "vamos a darnos un tiempo", lo más probable es no tengan un futuro juntos.

7. No muestran interés el uno por el otro

Apenas hablan si no es en persona y solo uno de los dos (o ninguno) muestra el mismo interés que antes.

8. El futuro es incierto

Tienes cierto reparo a la hora de hablar de tu pareja. Atrás se ha quedado la ilusión con la que imaginabas su futuro, comienzas a replantearte si de verdad es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida o bien se convierte todo en un tema tabú.

Quizá haya llegado la hora de echar el freno, ser realista y analizar tu relación de pareja... ¿Notas algunas de estas señales?