domingo, 7 de enero de 2018

Extraño la soltería

Este no es un tema simple de analizar, principalmente porque tiene muchas aristas. Por un lado, es verdad que hay veces que la vida en pareja se transforma en una rutina monótona, en la cual todo nos empieza a parecer que siempre es lo mismo.

Hasta acá no dijimos ninguna novedad, pero es importante aclararlo para poder diferenciar que no todas las parejas reaccionan igual frente a esta situación, dado que hay relaciones que rápidamente se ocupan de no caer en el aburrimiento, mientras que hay otras que dejan que llegue a su punto máximo. Por otro lado, si ante la rutina empezamos a añorar la libertad de la soltería, es importante también analizar qué es lo que realmente extrañamos de la misma, porque no es lo mismo querer ser libre de horarios y no rendirle cuentas a nadie, a extrañar la posibilidad de estar con otras personas.

A todo esto nos referíamos cuando mencionábamos la gran cantidad de aristas que tiene este tema, por lo cual se hace sumamente difícil igualar todas las situaciones, pero lo que si es cierto y es fundamental resaltar que cuando empezamos a extrañar nuestra vida de solteros, es una señal clave de que la dinámica que estamos llevando adelante como pareja ya no nos está llenando.

SI EXTRAÑAS LA SOLTERÍA

Puede pasarnos de vez en cuando extrañar aspectos de nuestra soltería, pero el conflicto aparece cuando empezamos a percibir a la vida de pareja como una rutina difícil de sobrellevar. Si consideramos que seriamos más felices estando solos que en pareja, y no hacemos nada al respecto, se empieza a crear una tensión, que tarde o temprano, va atentar contra la relación que intentamos sostener. Por lo tanto, si bien sabemos que se trata de un tema de pareja, también es sumamente personal, porque nadie más que nosotras se puede ocupar de saber lo que nos hace felices. Cuando nos genera un esfuerzo mantener una relación de pareja va en contra de su sentido esencial, porque elegir estar al lado de alguien nunca debe ser un sacrificio, sino una elección en pos de nuestro bienestar.

Cuando el peso de extrañar la soltería empieza a repercutir en nuestro vínculo con el otro, es importante:

- No ignorar lo que nos pasa. Trabajar lo que sentimos, para saber qué es lo que realmente queremos. Esto va a ser un disparador para poder elaborar y tomar decisiones. Si la idea de estar solteros nos hace más felices que estar en pareja, todo tipo de rutina de a dos va a ser difícil de llevar adelante. Intentar sostener lo insostenible, genera más estrés que elaborar cambios.

- Distinguir qué cambiaríamos en nuestra dinámica de pareja para sentirnos a gusto. Si ambos estamos enamorados, y sentimos que lo que a veces nos ahoga es la rutina, juntos debemos pensar con qué recursos contamos para poder reactivarla. A veces no es la soltería en si lo que extrañamos, sino la sensación de hacer algo distinto.

- Reflexionar si queremos apostar a la relación de pareja que tenemos. Poder pensar si extrañamos la soltería, no porque se nos hace difícil la vida de a dos, sino porque la persona que tenemos al lado ya no es con la que queremos compartir todo lo que implica esa elección.

- Hacer hincapié en nuestra idea de libertad. Estar en pareja no nos debe hacer sentir menos libres, al contrario es importante sentir que tenemos toda la libertad del mundo para elegirnos mutuamente todas las veces que sea necesario. Un vínculo que no nos haga sentir libres nunca nos va lograr unir, sino que simplemente nos va a atar.

¿ESTAR EN PAREJA O ESTAR SOLTERA?

Estar en pareja es elegir construir un proyecto de a dos, si esa decisión se convierte en un peso, la tensión que se empieza a gestar se transforma en un conflicto latente. Si lo que extrañamos de la soltería son aspectos que podemos modificar en nuestra relación de pareja, juntos debemos elaborarlos para crear una nueva dinámica que nos salve de la rutina, pero cuando lo que añoramos es estar solos para poder estar con otras personas, es en vano prolongar una situación que ya no nos hace sentir plenos. Tener en claro esto es fundamental para poder ser felices con nuestras decisiones y lograr estar en concordancia con las emociones que tenemos.

Cuando se trata de lo que deseamos para nuestra vida, la respuesta no puede venir nunca desde afuera, sino de lo que nosotros sentimos, porque como se suele decir: si nuestra propia felicidad no la encontramos en nosotros mismos, difícilmente la hallemos en otro lugar.


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