Los ritmoS naturales. Las sustancias químicas corporales de los adolescentes funcionan de un modo que induce a querer acostarse a dormir alrededor de la medianoche o después y a levantarse tarde en las mañanas, dice el estudio. Los horarios escolares tempranos interfieren en estos ritmos corporales naturales. Y las presiones impuestas en el tiempo de un adolescente después de clases le impiden acostarse temprano para compensar.
¿Y LAS CONSECUENCIAS?. El resultado a causa del trastorno suele ser un adolescente con falta de sueño, actitudes negativas como la falta de energía, irritabilidad, tristeza y baja autoestima, explica la psicopedagoga, Mariela Moreno haciendo referencia al estudio, "Los adolescentes que no duermen lo suficiente tienen dificultades para concentrarse en clase y a menudo sacan menores notas de las que pueden".
ACTITUDES CLAVES. La experta aconseja a los padres estar pendientes de señales como: sueño durante el día, dificultades de concentración o memoria, irritabilidad, necesidad de dormir siesta después del colegio, malas calificaciones y dificultades para descansar (problemas para conciliar el sueño o mantenerse dormido).
LIDIAR CON LA SITUACIÓN. Los padres pueden ayudar a sus hijos adolescentes tratando de establecer una rutina para la hora de acostarse.
También ayúdele a evitar desvelarse mirando Tv, leyendo un libro, etc. Haga que su adolescente se levante a la misma hora todas las mañanas y desaconséjele que duerma los fines de semana para “recuperar el sueño perdido”; esto causa más daños que beneficios porque alteran los ritmos del sueño .
lA MAYOría de los adolescentes necesitan
Entre ocho horas y media de sueño cada noche, menos tiempo trae problemas.
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