Respuesta diferente. El ser humano es un ser sexuado los 365 días del año, comenta la terapeuta familiar Fanny Parrado, aunque la respuesta sexual en hombres y mujeres es diferente por las características particulares y fisiológicas, como el sexo femenino y masculino determinado por las hormonas, por lo tanto indistintamente surgirá la predisposición al encuentro sexual.
Si se trata de factores fisiológicos. Sin embargo, aclara que por las mañanas es posible que el varón genere mayor predisposición para tener intimidad sexual porque durante la noche se producen mayores niveles de testosterona, pero de similar forma podría tener la misma receptividad durante el día o la noche. “Si el día fue muy agotador, estresante, conflictivo, el varón bajo presión y tensión tiende a disminuir su deseo sexual”.
Es cuestión de gustos. En cuanto a las mujeres, la terapeuta sexual Liliana Zabala Lobo explica que al atardecer, las hormonas sexuales femeninas aumentan gradualmente muy lentamente. Aunque considera que las mujeres prefieren tener intimidad por la noche más que todo por temor a no ser vistas desnudas, pero también, cuando la jornada laboriosa terminó y hay mayor sensación de relajación y menor preocupación de comenzar las tareas que demanda el día.
Llegar a un consenso. Personalmente, Liliana considera que no deberían existir horarios para disfrutar el sexo, más aún cuando dos personas se aman. El factor tiempo puede complicar esto y por ello queda la noche para disfrutar asegura. “Cuando alguno de los dos no tiene la predisposición de hacer el amor hay que ver por qué no desea y respetar este momento”, expresa.
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