La confianza es algo más que creer en la otra persona. Es un sentimiento de poder contar con el otro en cualquier momento de nuestra vida, de que estará ahí para nosotros, siempre que lo necesitemos. El establecimiento de la confianza requiere de una demostración casi continua de afecto y compasión, ya que esto proporciona seguridad y nos hace sentir amados. Gottman (2011) señala que en una relación exitosa deben estar presentes ingredientes como:
- Ser conscientes de las necesidades del otro
- Estar en sintonía
- Practicar la tolerancia y el entendimiento
- Responder de una manera no defensiva
- Ser empáticos
Estos elementos contribuyen a crear lazos de amor y confianza sólidos.
La falta de confianza no se limita a un hecho de infidelidad, sino que va un poco más allá. Es también cuando no se han cumplido promesas, cuando hubo una recaída en el consumo de sustancias, cuando nuestra pareja dice mentiras y en general cuando sentimos que nos ha defraudado y que no ha llenado las expectativas que teníamos cuando iniciamos esa relación.
Estamos viviendo unos tiempos en los cuales se hace difícil confiar en los demás. La sociedad y la experiencia nos han enseñado a protegernos de la mentira y de la manipulación, y en ese sentido, vivimos sumergidos en nuestro mundo individualizado y cuando por un momento asomamos la cabeza, lo hacemos con una desconfianza tremenda. Llegamos asimismo a las relaciones de pareja, esperando que en cualquier momento podamos ser engañados.
Por ejemplo, cuando suena el teléfono celular, o llega un mensaje de texto, sin querer nos preguntamos, quién estará llamando a nuestra pareja. Se dan innumerables casos de infidelidad a través de las redes sociales y del internet, que si bien es cierto que por un lado nos han facilitado la vida, también por el otro representan un problema de celos y de desconfianza y este es un hecho que vivimos con bastante frecuencia en las parejas que vienen a consulta. Unas de las quejas más frecuentes es que uno de los miembros revisa y monitorea las llamadas y mensajes que se reciben, manteniendo así una tensión constante en la relación, ya que esta conducta los afecta a ambos y va debilitando los lazos de amor.
La confianza se puede restablecer cuando la pareja decide comenzar con pequeños pasos.
- Evitar “las mentiras blancas”
- Cumplir las promesas, sean grandes o pequeñas
- Otorgar a la otra persona esa sensación de que no será engañada, ni lastimada
- Ser asertivos para no tener que mentir en asuntos triviales.
Estas conductas deberán ser puestas en práctica por los dos. Si quiero que mi pareja confíe en mí yo también deberé hacer lo mismo. Respetar la privacidad forma parte de una demostración de que existe confianza y mantener la confidencialidad en asuntos que sólo competen a la pareja, ayudan a que poco a poco la confianza crezca, sin ningún tipo de reservas.
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