Cuando uno se enamora es normal que los sentimientos que tenga hacia esa persona sean más intensos que los que suele tener con el resto de familiares, amigos o conocidos. Por eso, es probable que muchos sentimientos se vean a veces exaltados y que la persona enamorada pueda llegar a sufrir celos o a tener envidias de gente que quizás no debería tenerlos o que los motivos no son lo suficientemente infundados como para que esta envidia sea justificada.
Sea como sea, probablemente tu novio o marido tenga a muchas personas en su vida a quienes también quiere, pero de un modo diferente a ti. Así pues, hay muchas posibilidades de que tu marido o pareja tenga una buena relación con la mujer o la novia de su hermano o de tu hermano, como también podría ser posible, al igual que es probable que tú también tengas una buena relación con tus cuñados, suegros o el resto de la familia política.
Por lo tanto, deberás saber que algunos comportamientos cordiales o el tener una buena relación con los cuñados o las cuñadas y el resto de familia política es beneficioso para vuestro matrimonio o para vuestra unión, por lo que deberás discernir entre aquellos celos que son infundados y reales, entre la envidia que puedas llegar a tener de tu cuñada, que probablemente pueda llegar a dañar la relación sentimental que puedas llegar a tener con tu pareja o bien, incluso, a la relación que tengas con tus cuñadas y tus cuñados.
Descubre qué puedes hacer si tienes envidia o celos de tu cuñada, para poder dejar de sentirte de esta manera y poder disfrutar de tu relación o matrimonio, lejos de estos malos sentimientos y puedas vivir también más feliz.
MI PAREJA LE PRESTA MUCHA ATENCIÓN A SU HERMANA
En el caso de que tu cuñada sea la hermana de tu pareja, deberás comprender que la relación que tienen es muy diferente a la que tu novio o marido puede tener contigo. Si tienes buena relación con tus hermanos podrás comprender que el vínculo que existe entre ambos es muy especial, por lo que es normal que tengan bromas compartidas y que a veces puedan comunicarse con tan solo mirarse.
Por eso, no deberás intentar entrometerte en esta relación ni sentir envidia de tu cuñada. Piensa que tu marido o pareja quiere a su hermana de una manera muy diferente de la que te quiere a ti, pero sabe que su hermana estará allí siempre, por lo que no sería conveniente que le hicieses escoger entre vosotros dos, ya que la familia es, para muchos, lo más importante.
Una buena manera de dejar de tener envidia de tu cuñada, además de ser consciente de que tu pareja te ama a ti y el aprecio que tiene por su hermana es muy distinto, será intentar conocer a tu cuñada un poco mejor. Así podrás saber por qué tú marido o novio la tiene en tan gran estima y probablemente tú también llegues a sentir un gran aprecio por ella, lo que te ayudará a eliminar todo aquel sentimiento de envidia o celos que puedas llegar a sufrir.
Consejos para las parejas, como actuar en infidelidad, noviazgo y mucho amor
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domingo, 7 de enero de 2018
martes, 12 de diciembre de 2017
Si sufres celos hay forma de controlarlos
Si eres de esas personas a las que le hierve la sangre cuando tu pareja habla con alguien del sexo opuesto o cuando está desconectada por un buen rato de las redes o no manda un mensaje de buenas noches, podrías estar padeciendo de los tan comunes, pero no por eso inofensivos, celos.
“Los celos son emociones que invaden a las personas cuando perciben que algo, a lo cual están vinculadas emocionalmente, se les puede quitar o sienten que pueden ser reemplazadas”, dice el psicólogo clínico Juan José Vargas.
Estas emociones se relacionan con la manera de vincularse que tiene el ser humano con su entorno en sus diferentes roles, sea como padres, hijos, amistades, trabajadores o pareja, siendo éste el más común de todos, dice la psicóloga Tatiana Jáuregui.
“Los celos están arraigados en la intencionalidad de tener al otro; es una cuestión, si se habla en términos más biológicos, de territorialidad, de una especie de posesión del otro”, indica Jáuregui.
Pero, así como las personas no son iguales entre sí, lo mismo pasa con la intensidad de los celos, porque aunque la mayoría de los seres humanos los sienten, su percepción, y sobre todo su demostración, es diferente, explica Vargas.
Si se toma en cuenta el origen biológico y psicológico —según el especialista—, en el primero actúa el sistema límbico por ser el centro emocional. Desde el punto de vista psicológico, se puede ser celoso o celosa por una vulnerabilidad emocional; es decir, por miedo al abandono. Por otro lado, los celos son poco frecuentes en personas con elevada confianza y autoestima.
Según Jáuregui, la magnitud de los celos depende de los patrones aprendidos y de la conducta, “de aquello que el individuo haya hecho, construido y formado en su personalidad, con base en su historia de vida. Esto no quiere decir que la seguridad, la empatía y otras habilidades sociales no formen parte porque se debe tomar en cuenta que lo negativo y positivo es un compendio, un constructo que se forma en la persona e impulsa sus creencias y sus acciones.
Desde la perspectiva de ambos profesionales, la intensidad puede estar en dos extremos. En uno, están las personas que casi no sienten celos o si lo hacen es en grados menores convirtiéndose en celos episódicos. En el otro, se trata de trastornos que marcan una personalidad controladora y posesiva. Esto, a su vez, conlleva a la persecución, a los conflictos y a dañar a los demás o a sí mismo.
Sin embargo, antes de caer en los embriagantes celos y perder el control, se tiene el poder de razonar, pensar y elegir actuar o no. Nunca se deben combinar con la impulsividad, pues una vez dicho o hecho algo no hay vuelta atrás. Así que elige cómo actuar: preservándote tú, a la otra persona y su relación.
Cuando los celos atacan...
No pienses mal de cada situación:
No te imagines traiciones a cada paso ni mortifiques sin tener pruebas. Esto tampoco quiere decir que seas espía y perseguidor (a) de tu pareja.
No acuses:
No encares a tu pareja por cada cosa que dice o hace, y menos a las personas con las que se vincula. Si tienes tanta duda analiza las causas. ¿Es falta de autoconfianza o realmente tu pareja no merece tu fe?
No prohíbas:
Habla con tranquilidad y expresa claramente lo que te molesta de sus actitudes o hábitos, por ejemplo de sus salidas. Nadie puede hacer algo por obligación; ni dejar de salir ni prohibir hacerlo. Para eso están los consensos.
Reconócelos:
Sé consciente y admite que sientes celos. Busca terapia si es necesario.
Responsabilízate:
Si eres celoso o celosa es tu deber aprender a controlarlos, es tu tarea sentirte bien y eso no depende de otra persona. Así que no culpes a tu pareja diciendo que es una coqueta o un donjuán, al final tú elegiste a esa persona, tal vez para aprender algo.
“Los celos son emociones que invaden a las personas cuando perciben que algo, a lo cual están vinculadas emocionalmente, se les puede quitar o sienten que pueden ser reemplazadas”, dice el psicólogo clínico Juan José Vargas.
Estas emociones se relacionan con la manera de vincularse que tiene el ser humano con su entorno en sus diferentes roles, sea como padres, hijos, amistades, trabajadores o pareja, siendo éste el más común de todos, dice la psicóloga Tatiana Jáuregui.
“Los celos están arraigados en la intencionalidad de tener al otro; es una cuestión, si se habla en términos más biológicos, de territorialidad, de una especie de posesión del otro”, indica Jáuregui.
Pero, así como las personas no son iguales entre sí, lo mismo pasa con la intensidad de los celos, porque aunque la mayoría de los seres humanos los sienten, su percepción, y sobre todo su demostración, es diferente, explica Vargas.
Si se toma en cuenta el origen biológico y psicológico —según el especialista—, en el primero actúa el sistema límbico por ser el centro emocional. Desde el punto de vista psicológico, se puede ser celoso o celosa por una vulnerabilidad emocional; es decir, por miedo al abandono. Por otro lado, los celos son poco frecuentes en personas con elevada confianza y autoestima.
Según Jáuregui, la magnitud de los celos depende de los patrones aprendidos y de la conducta, “de aquello que el individuo haya hecho, construido y formado en su personalidad, con base en su historia de vida. Esto no quiere decir que la seguridad, la empatía y otras habilidades sociales no formen parte porque se debe tomar en cuenta que lo negativo y positivo es un compendio, un constructo que se forma en la persona e impulsa sus creencias y sus acciones.
Desde la perspectiva de ambos profesionales, la intensidad puede estar en dos extremos. En uno, están las personas que casi no sienten celos o si lo hacen es en grados menores convirtiéndose en celos episódicos. En el otro, se trata de trastornos que marcan una personalidad controladora y posesiva. Esto, a su vez, conlleva a la persecución, a los conflictos y a dañar a los demás o a sí mismo.
Sin embargo, antes de caer en los embriagantes celos y perder el control, se tiene el poder de razonar, pensar y elegir actuar o no. Nunca se deben combinar con la impulsividad, pues una vez dicho o hecho algo no hay vuelta atrás. Así que elige cómo actuar: preservándote tú, a la otra persona y su relación.
Cuando los celos atacan...
No pienses mal de cada situación:
No te imagines traiciones a cada paso ni mortifiques sin tener pruebas. Esto tampoco quiere decir que seas espía y perseguidor (a) de tu pareja.
No acuses:
No encares a tu pareja por cada cosa que dice o hace, y menos a las personas con las que se vincula. Si tienes tanta duda analiza las causas. ¿Es falta de autoconfianza o realmente tu pareja no merece tu fe?
No prohíbas:
Habla con tranquilidad y expresa claramente lo que te molesta de sus actitudes o hábitos, por ejemplo de sus salidas. Nadie puede hacer algo por obligación; ni dejar de salir ni prohibir hacerlo. Para eso están los consensos.
Reconócelos:
Sé consciente y admite que sientes celos. Busca terapia si es necesario.
Responsabilízate:
Si eres celoso o celosa es tu deber aprender a controlarlos, es tu tarea sentirte bien y eso no depende de otra persona. Así que no culpes a tu pareja diciendo que es una coqueta o un donjuán, al final tú elegiste a esa persona, tal vez para aprender algo.
viernes, 6 de octubre de 2017
¿Celosa yo?, para nada
A nadie le gusta hablar de celos, bien por la vergüenza de reconocer que uno mismo los siente, o por la presión que se padece cuando se vive bajo el mismo techo que un celoso.
Los expertos en relaciones de pareja advierten que los celos son un sentimiento humano, natural, como la tristeza, la preocupación... Siempre se han relacionado con el amor por tradición y han sido ensalzados por la labor de los poetas a lo largo de los siglos.
Los padecemos todos los seres humanos y, según la psicoanalista Susana Lorente, “no es perjudicial que las parejas tengan una ´escena´ de celos cada tres meses, pero suave, en el sentido en que uno de los dos sienta, de este modo, que le importa al otro”. Para esta psicoanalista, unos celos normales, sanos, son aquellos que surgen, por ejemplo, cuando una chica se arregla mucho y su marido le dice «qué guapa te has puesto, ¿dónde vas?», pero sin ningún tipo de malicia, ni más preguntas, ni consecuencias posteriores.
Es natural que se puedan producir algo de celos ante algún acontecimieto puntual como una fiesta a la que uno de los dos va solo, un viaje..., pero sin que dé lugar a discusiones, solo a comentarios con los que se da a entender que el amor o la atracción hacia el otro están vivos. “Pero si hay que someterse a un interrogatorio, si los comentarios están contaminados de malas intenciones, se sobre pasan ciertos límites... o se repiten estas ´escenas´ con frecuencia, lo mejor es acudir a un psicoanalista, no solo la persona celosa, sino la pareja porque no hay maltratador sin víctima. La persona que aguanta que su pareja sea celosa sufre muchísimo y se siente atrapada”, explica Teresa Rosillo, psicóloga.
Celos proyectados
Existen celos proyectados cuando la pareja pregunta constantemente ¿dónde vas?, ¿con quién?, ¿con quién hablas? ¿Quién te manda mensajes al móvil?, ¿por qué me eres infiel?..., cuando en realidad no es infiel, apunta Susana Lorente. Los celosos son personas inseguras y normalmente encubren un deseo, el de ser infiel, y por eso creen que sus parejas lo son. Por mucho que se les explique que uno no es infiel, no entran en razón.
No son pocos los casos en los que, generalmente las mujeres, se ven acosadas por innumerables preguntas ´absurdas´ que deben responder a sus parejas, dar explicaciones de lo que hacen, con quién hablan.
Responder a demandas irracionales
Según Mila Cahue, psicóloga de parejas, los celos patológicos (distintos de los celos sanos, que incluso le dan un puntito de interés a la relación) son devastadores para la pareja. Cualquier pareja que se forme se cimenta en el sentimiento de confianza recíproca. Los celos, que no tienen nada que ver con el amor (a pesar de la literatura que suele ponerlo como el ´súmmum´ del afecto) significan precisamente lo contrario. Es una desconfianza en la otra persona: con quién va, qué hace, incluso qué piensa. Estos pensamientos y sentimientos se traducen en conductas que ´exigen´del otro las demandas, la mayoría de las veces, irracionales que se le están pidiendo.
Cuando los celos patológicos aparecen en la relación para quedarse, lo más probable es que el miembro de la pareja que se intenta dominar desaparezca.
Los celos pueden llegar a ser paranoicos, delirantes,
lo que se considera una patología mental grave. Se da en aquellos casos en que las preguntas se producen en una cascada incesante y finalmente se acompañan de palizas, maltrato e, incluso, asesinato. Se da, sobre todo, en los casos en los que el sujeto considera que otra persona es de su propiedad y es más común que los padezcan los hombres que las mujeres. “Este tipo de comportamiento tiene una explicación desde el punto de vista del psicoanálisis y es que detrás de estos celos hay escondido un deseo homosexual. Se trata de un proceso inconsciente, que el sujeto no admite, pero está ahí”, señala Lorente.
Dónde está el límite
Una persona debe aguantar los celos hasta el momento en que deja de hacer algo habitual en su vida por evitar que su pareja se enfade, explica Teresa Rosillo, psicóloga.
Al principio puede hasta resultar gracioso, incluso una prueba de amor, el dejar de ir a un sitio, no hablar con alguien o dejar de ponerse una determinada prenda de vestir… pero es solo el comienzo. La situación puede ir a más y que el celosos termine poniendo más límites y opinando sobre todo, incluso cómo se viste, se pinta, habla, gesticula, etc.
Cuando los celos sobrepasan el límite, se interponen de manera muy negativa en la pareja. Según Teresa Rosillo afectan en todos los sentidos porque la víctima de una pareja celosa sentirá que está haciendo algo mal, y si quiere seguir teniendo libertad acabará mintiendo, y si no se sentirá controlada y con poca libertad. “En la pareja aparecerán disputas por cualquier motivo y un empobrecimiento de las relaciones sociales puesto que cualquier gesto, movimiento, mirada o conversación puede ser motivo de enfado para el celoso. Los celosos acaban controlando a la pareja y apartándola de familiares y amigos”, apunta Rosillo.
Para Mila Cahue, siempre resulta difícil determinar dónde se pone el «nivel» que asegurar: “A partir de aquí, se trata de abuso psicológico”. En su opinión, depende mucho de la capacidad de aguante de cada persona, de lo que se busca en la relación, de la capacidad para salirse de una relación tóxica o incluso para vivir solos.
“En general, como con cualquier otra situación en la que intervienen personas, el límite ha de ponerse cuando se percibe un daño moral, psicológico y, a veces, físico”, puntualiza Cahue.
Nada en una relación afectiva justifica el daño que se causa al otro, pues esto es lo antagónico al amor. Cuando comienzan las culpabilidades, los reproches, el control de la vida, la confiscación de teléfonos, llamadas o correo; los insultos y las acusaciones basadas en la imaginación de quien las pronuncia, en vez de en evidencias reales, es el momento de hablar claramente con la pareja y, en la mayoría de los casos, dar por terminada la relación. Los celos patológicos tienen una curación larga y difícil, pues hay que cambiar toda una forma de percibir la realidad y de sentir sobre uno mismo y los demás, que no todos están dispuestos a afrontar”.
Los expertos en relaciones de pareja advierten que los celos son un sentimiento humano, natural, como la tristeza, la preocupación... Siempre se han relacionado con el amor por tradición y han sido ensalzados por la labor de los poetas a lo largo de los siglos.
Los padecemos todos los seres humanos y, según la psicoanalista Susana Lorente, “no es perjudicial que las parejas tengan una ´escena´ de celos cada tres meses, pero suave, en el sentido en que uno de los dos sienta, de este modo, que le importa al otro”. Para esta psicoanalista, unos celos normales, sanos, son aquellos que surgen, por ejemplo, cuando una chica se arregla mucho y su marido le dice «qué guapa te has puesto, ¿dónde vas?», pero sin ningún tipo de malicia, ni más preguntas, ni consecuencias posteriores.
Es natural que se puedan producir algo de celos ante algún acontecimieto puntual como una fiesta a la que uno de los dos va solo, un viaje..., pero sin que dé lugar a discusiones, solo a comentarios con los que se da a entender que el amor o la atracción hacia el otro están vivos. “Pero si hay que someterse a un interrogatorio, si los comentarios están contaminados de malas intenciones, se sobre pasan ciertos límites... o se repiten estas ´escenas´ con frecuencia, lo mejor es acudir a un psicoanalista, no solo la persona celosa, sino la pareja porque no hay maltratador sin víctima. La persona que aguanta que su pareja sea celosa sufre muchísimo y se siente atrapada”, explica Teresa Rosillo, psicóloga.
Celos proyectados
Existen celos proyectados cuando la pareja pregunta constantemente ¿dónde vas?, ¿con quién?, ¿con quién hablas? ¿Quién te manda mensajes al móvil?, ¿por qué me eres infiel?..., cuando en realidad no es infiel, apunta Susana Lorente. Los celosos son personas inseguras y normalmente encubren un deseo, el de ser infiel, y por eso creen que sus parejas lo son. Por mucho que se les explique que uno no es infiel, no entran en razón.
No son pocos los casos en los que, generalmente las mujeres, se ven acosadas por innumerables preguntas ´absurdas´ que deben responder a sus parejas, dar explicaciones de lo que hacen, con quién hablan.
Responder a demandas irracionales
Según Mila Cahue, psicóloga de parejas, los celos patológicos (distintos de los celos sanos, que incluso le dan un puntito de interés a la relación) son devastadores para la pareja. Cualquier pareja que se forme se cimenta en el sentimiento de confianza recíproca. Los celos, que no tienen nada que ver con el amor (a pesar de la literatura que suele ponerlo como el ´súmmum´ del afecto) significan precisamente lo contrario. Es una desconfianza en la otra persona: con quién va, qué hace, incluso qué piensa. Estos pensamientos y sentimientos se traducen en conductas que ´exigen´del otro las demandas, la mayoría de las veces, irracionales que se le están pidiendo.
Cuando los celos patológicos aparecen en la relación para quedarse, lo más probable es que el miembro de la pareja que se intenta dominar desaparezca.
Los celos pueden llegar a ser paranoicos, delirantes,
lo que se considera una patología mental grave. Se da en aquellos casos en que las preguntas se producen en una cascada incesante y finalmente se acompañan de palizas, maltrato e, incluso, asesinato. Se da, sobre todo, en los casos en los que el sujeto considera que otra persona es de su propiedad y es más común que los padezcan los hombres que las mujeres. “Este tipo de comportamiento tiene una explicación desde el punto de vista del psicoanálisis y es que detrás de estos celos hay escondido un deseo homosexual. Se trata de un proceso inconsciente, que el sujeto no admite, pero está ahí”, señala Lorente.
Dónde está el límite
Una persona debe aguantar los celos hasta el momento en que deja de hacer algo habitual en su vida por evitar que su pareja se enfade, explica Teresa Rosillo, psicóloga.
Al principio puede hasta resultar gracioso, incluso una prueba de amor, el dejar de ir a un sitio, no hablar con alguien o dejar de ponerse una determinada prenda de vestir… pero es solo el comienzo. La situación puede ir a más y que el celosos termine poniendo más límites y opinando sobre todo, incluso cómo se viste, se pinta, habla, gesticula, etc.
Cuando los celos sobrepasan el límite, se interponen de manera muy negativa en la pareja. Según Teresa Rosillo afectan en todos los sentidos porque la víctima de una pareja celosa sentirá que está haciendo algo mal, y si quiere seguir teniendo libertad acabará mintiendo, y si no se sentirá controlada y con poca libertad. “En la pareja aparecerán disputas por cualquier motivo y un empobrecimiento de las relaciones sociales puesto que cualquier gesto, movimiento, mirada o conversación puede ser motivo de enfado para el celoso. Los celosos acaban controlando a la pareja y apartándola de familiares y amigos”, apunta Rosillo.
Para Mila Cahue, siempre resulta difícil determinar dónde se pone el «nivel» que asegurar: “A partir de aquí, se trata de abuso psicológico”. En su opinión, depende mucho de la capacidad de aguante de cada persona, de lo que se busca en la relación, de la capacidad para salirse de una relación tóxica o incluso para vivir solos.
“En general, como con cualquier otra situación en la que intervienen personas, el límite ha de ponerse cuando se percibe un daño moral, psicológico y, a veces, físico”, puntualiza Cahue.
Nada en una relación afectiva justifica el daño que se causa al otro, pues esto es lo antagónico al amor. Cuando comienzan las culpabilidades, los reproches, el control de la vida, la confiscación de teléfonos, llamadas o correo; los insultos y las acusaciones basadas en la imaginación de quien las pronuncia, en vez de en evidencias reales, es el momento de hablar claramente con la pareja y, en la mayoría de los casos, dar por terminada la relación. Los celos patológicos tienen una curación larga y difícil, pues hay que cambiar toda una forma de percibir la realidad y de sentir sobre uno mismo y los demás, que no todos están dispuestos a afrontar”.
sábado, 29 de julio de 2017
Celos, dañinos para la salud del amor
Los celos son un problema por el que constantemente atraviesa una persona enamorada. Pero, es necesario diferenciar los celos enfermizos de una muestra de amor en la relación. “Hay que tomar en cuenta que los celos son violencia; esa creencia de que me cela porque me ama, me cela porque le importo hay que quitarla. Los celos son control y posesión”, explica la psicóloga Alena Alfaro.
Es importante estar consciente de que ambas personas están en una relación por voluntad propia, por lo que los celos obsesivos y extremos son una forma de agredir a la pareja. “La persona que cela frecuentemente y bajo cualquier excusa se va convirtiendo en un agresor, esto porque le está coartando la libertad al otro”, aclara Alfaro.
Los celos pueden comenzar con pequeñas alertas e ir escalando de a poco hasta terminar en un problema muy serio. Por lo que es importante preguntarse ¿qué tan peligrosos pueden ser? “Pueden derivar en agresión física, psicológica e incluso en la muerte, como hemos visto en los últimos casos en los medios”, comenta la sexóloga Anahí Navarro.
Los celos llevados al extremo son destructivos y peligrosos, pero en dosis adecuadas dan un toque a la relación. Uno de los puntos a favor de esos sentimientos es que pueden ser un indicador de que la persona está lista para formalizar el vínculo. En el caso de las parejas que llevan una larga relación, los celos ayudan a encender la llama de la pasión.
Entonces, ¿cómo se reconocen los peligrosos de los beneficiosos en una relación? Una de las primeras alertas está vinculada a sentirse coartado. Si una pareja empieza a limitar tu manera cariñosa y amigable de ser, puede comenzar un chantaje emocional. Lo dañino de esto es que al evitar conflictos, uno termina cediendo. “Cuando cedes al chantaje y a la presión de los celos, empiezas a desconectarte y a perder tu identidad”, dice la sexóloga.
En caso de que ambos miembros sean celosos es poco probable que el amor tenga éxito. “Es difícil que dos celosos construyan una relación estable porque lo que se necesita en una relación es confianza y respeto. Ambos deben dar señales para que el otro confíe, y los celos distan de ello. Además son progresivos y poco a poco pasan de preguntas inocentes como por qué saliste a reclamos de por qué miraste, por qué hablaste y a veces llegan a los insultos o a una agresión física. Entonces, en cuanto se perciban este tipo de reacciones es mejor poner un alto y no ceder”, sugiere la psicóloga Alfaro.
Por otro lado, es necesario aclarar que no es posible cambiar o ayudar a una persona celosa porque es un problema interno. “Los celos son miedos constantes de ser reemplazado o reemplazada, de no ser suficiente, de no ser la persona indicada, de no ser valiosa”, explica Navarro.
La única forma de ayudar a un celoso enfermizo es buscar apoyo profesional para que entienda que una pareja es un ser humano independiente y no una posesión.
Cómo detectar a un celoso patológico
Desconfianza
Desconfía continuamente y siente un gran odio por las y los compañeros de trabajo o amigos de su pareja.
Revisión constante
Revisa constantemente las redes sociales y los objetos personales, como la billetera y el celular.
Autoestima baja
La persona celosa tiene una autoestima baja y una gran inseguridad que denota falta de confianza en sí misma.
Imagina situaciones
Sus celos se fundan en lo que se imagina y no en una evidencia real. Sospecha sobre infidelidades que nunca ocurrieron.
Celular
No tolera que su pareja no conteste el celular en cualquier momento del día. Se imagina a su pareja con otra persona o que siempre está coqueteando.
Aroma
Revisa cuidadosamente la ropa de su pareja y la huele tratando de encontrar un perfume desconocido.
Discusiones
Durante las discusiones pone en duda el compromiso que tienes con la relación y con la pareja. Además pone en duda la integridad del otro.
Manipulación
Busca formas para hacer sentir mal a su pareja; cuestiona todos los comportamientos con terceros y la va aislando de su entorno social y laboral.
jueves, 25 de agosto de 2016
Descubre si es celópata
Uno de los motivos de discusión recurrente de muchas parejas es sin duda el tema de los celos.
Los celos son una respuesta emocional que presentamos al observar o percibir la posible pérdida de nuestra pareja. La persona presenta un sentimiento de temor, que en su justa medida puede favorecer a la relación, ya que la otra persona percibe que su pareja la desea y la quiere. Pero si estos sentimientos comienzan a ser descontrolados y con un miedo excesivo sobre la pérdida o abandono de ésta, podemos hablar de celos patológicos, donde la persona no para de buscar señales que le refuten su hipótesis sobre la presunta infidelidad en su relación.
La celopatía, delirio celotípico o también llamado síndrome de Otelo, es un trastorno delirante, característico por la preocupación excesiva, compulsiva e irracional sobre la posible infidelidad de su pareja. Es más predominante en hombres que en mujeres. Esta patología es llamada síndrome de Otelo en referencia a la famosa obra de Shakespeare “Otelo, el moro de Venecia”, debido a los pensamientos, actitudes y emociones desproporcionadas que sentía Otelo sobre la sospecha de infidelidad de su mujer Desdémona, que finalmente acabó con la vida de ésta.
Las personas celotípicas sufren celos enteramente irracionales y desmedidos, sin fundamento sustentable que lo avale, afectando a todas las áreas de su vida y causándole un alto malestar emocional.
El miembro que sufre la celopatía realiza un papel de detective en el que comienza a investigar la vida del otro, indagando, siguiendo y buscando respuestas normalmente irreales, que alimenten su convicción de sus posibles sospechas sobre un tercero, con el que posiblemente “le esté siendo infiel”, sin que existan motivos reales que puedan justificarlo.
El otro miembro se siente en un sin vivir ante la desconfianza y el control que tiene su pareja hacia él/ella, estando permanentemente justificando todo lo que hace y dice.
Este tipo de delirios causa un gran deterioro en las relaciones de pareja, convirtiéndose en muchos de los casos en relaciones insanas, tóxicas e incluso pudiendo llegar a dramáticas consecuencias como es la violencia de género.
Según los estudios, el síndrome de Otelo es una realidad cuyo origen no es solo cuestión de comportamiento, sino que su base proviene de la neurofisiología del cerebro. Algunos estudios han asociado el síndrome de Otelo a enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer. Pudiendo concluir que se trata de un problema físico y no solo una enajenación mental en un momento puntual. Además los celos también se han visto asociados a la historia de vida del sujeto tanto de hechos personales (relaciones pasadas), familiares, baja autoestima, baja seguridad en uno mismo y a posibles trastornos de personalidad asociados (paranoide, narcisista, e histriónico).
¿CÓMO RECONOCER SI TU PAREJA SUFRE CELOPATÍA?
Cuando no tiene conciencia de su problema.
Percibe e interpreta hechos cotidianos de manera errónea.
Cuando incorpora a un tercero imaginario en la relación de la pareja.
Cuando el sujeto no puede o no sabe cómo poder controlar sus celos.
Está constantemente en alerta y vigilante a todo lo que hace su pareja.
Revisa los objetos personales (móvil, ordenador, ropa, bolso…, etc.).
Está continuamente haciendo preguntas sobre ¿dónde has estado?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿con quién?…, etc.
Es incapaz de poder controlar sus impulsos, pensamientos y percepciones falsas que se autoimpone sobre su pareja.
Los celos son una respuesta emocional que presentamos al observar o percibir la posible pérdida de nuestra pareja. La persona presenta un sentimiento de temor, que en su justa medida puede favorecer a la relación, ya que la otra persona percibe que su pareja la desea y la quiere. Pero si estos sentimientos comienzan a ser descontrolados y con un miedo excesivo sobre la pérdida o abandono de ésta, podemos hablar de celos patológicos, donde la persona no para de buscar señales que le refuten su hipótesis sobre la presunta infidelidad en su relación.
La celopatía, delirio celotípico o también llamado síndrome de Otelo, es un trastorno delirante, característico por la preocupación excesiva, compulsiva e irracional sobre la posible infidelidad de su pareja. Es más predominante en hombres que en mujeres. Esta patología es llamada síndrome de Otelo en referencia a la famosa obra de Shakespeare “Otelo, el moro de Venecia”, debido a los pensamientos, actitudes y emociones desproporcionadas que sentía Otelo sobre la sospecha de infidelidad de su mujer Desdémona, que finalmente acabó con la vida de ésta.
Las personas celotípicas sufren celos enteramente irracionales y desmedidos, sin fundamento sustentable que lo avale, afectando a todas las áreas de su vida y causándole un alto malestar emocional.
El miembro que sufre la celopatía realiza un papel de detective en el que comienza a investigar la vida del otro, indagando, siguiendo y buscando respuestas normalmente irreales, que alimenten su convicción de sus posibles sospechas sobre un tercero, con el que posiblemente “le esté siendo infiel”, sin que existan motivos reales que puedan justificarlo.
El otro miembro se siente en un sin vivir ante la desconfianza y el control que tiene su pareja hacia él/ella, estando permanentemente justificando todo lo que hace y dice.
Este tipo de delirios causa un gran deterioro en las relaciones de pareja, convirtiéndose en muchos de los casos en relaciones insanas, tóxicas e incluso pudiendo llegar a dramáticas consecuencias como es la violencia de género.
Según los estudios, el síndrome de Otelo es una realidad cuyo origen no es solo cuestión de comportamiento, sino que su base proviene de la neurofisiología del cerebro. Algunos estudios han asociado el síndrome de Otelo a enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer. Pudiendo concluir que se trata de un problema físico y no solo una enajenación mental en un momento puntual. Además los celos también se han visto asociados a la historia de vida del sujeto tanto de hechos personales (relaciones pasadas), familiares, baja autoestima, baja seguridad en uno mismo y a posibles trastornos de personalidad asociados (paranoide, narcisista, e histriónico).
¿CÓMO RECONOCER SI TU PAREJA SUFRE CELOPATÍA?
Cuando no tiene conciencia de su problema.
Percibe e interpreta hechos cotidianos de manera errónea.
Cuando incorpora a un tercero imaginario en la relación de la pareja.
Cuando el sujeto no puede o no sabe cómo poder controlar sus celos.
Está constantemente en alerta y vigilante a todo lo que hace su pareja.
Revisa los objetos personales (móvil, ordenador, ropa, bolso…, etc.).
Está continuamente haciendo preguntas sobre ¿dónde has estado?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿con quién?…, etc.
Es incapaz de poder controlar sus impulsos, pensamientos y percepciones falsas que se autoimpone sobre su pareja.
sábado, 30 de julio de 2016
Celos vs. Amor
En una ocasión Jesús habló a sus discípulos acerca de la parábola del trigo y la cizaña, y les hizo notar que la cizaña siempre nace junto al trigo y que ni los propios agricultores lograban distinguir entre el trigo y la cizaña debido a su gran parecido. Por lo tanto había que dejar crecer juntos al trigo con la cizaña hasta que llegara el tiempo en que el trigo empezara a florecer para dar sus frutos, porque sólo por sus frutos se los podría reconocer y distinguir.
El trigo es un cereal cuyo grano sirve para alimentar a la población mundial, en cambio la cizaña es una yerba mala que nace al lado de aquél para perjudicar su desarrollo e incluso matarlo, para que éste no logre dar frutos a las personas que lo necesitan para alimentarse.
He tomado este ejemplo para hacer una analogía de lo que son los celos y el amor.
El amor al igual que el trigo se cultiva y los frutos de éste alimentan el corazón de las personas que lo poseen, en cambio los celos son como la cizaña, siempre nacen al lado del amor, no para ayudar, sino para confundir y destruirlo tal como lo hace la cizaña con el trigo.
En el lenguaje popular mencionamos la palabra cizaña para referirnos a esos comentarios infundados que hacen algunas personas ociosas y perversas, que no hacen otra cosa que sembrar la duda en la mente y en el corazón, de quien quieren ver destruido.
Es así que siembran el germen de la duda en nosotros y a su vez producen desconfianza que se convierte en celos.
Hay personas que suelen clasificar a los celos en dos categorías: los celos buenos y los malos, lo cual es totalmente equivocado, porque así como no hay cigarrillos buenos o uno mejor que otro, sin importar su marca, porque todos son dañinos para la salud; de igual manera los celos son todos dañinos y destructivos para la salud mental, espiritual, sentimental y física.
La gran mayoría de las personas no logran distinguir el amor de los celos, es por eso que los confunden diciendo que los celos son amores, y que si tu pareja no te cela es porque no te ama. Es como decir que la cizaña es trigo, por eso Jesús advirtió con no apresurarse a cortar la cizaña para separarla del trigo, sino hasta esperar ver el fruto del trigo, que lo distingue de la cizaña.
Es por eso que tenemos que aprender a ser pacientes y sabios a la vez. Para demostrar con el tiempo de qué estamos hechos.
Los frutos del amor son lo que distinguen a las personas sinceras de las falsas, porque el amor embellece, los celos embrutecen; el amor atrae, los celos espantan; el amor escucha, los celos gritan; el amor perdona, los celos acusan, cuestionan y condenan; el amor te abraza, los celos te rechazan; el amor es confianza, los celos lo contrario, el amor te encuentra, los celos te pierden; el amor nos produce paz, los celos intranquilidad; el amor acaricia, los celosos golpean; el amor es vida, los celos matan, y todavía podemos seguir hablando más de los efectos contrarios que producen los celos con respecto al amor. Pero si realmente queremos ser felices en la vida al lado de la persona que hemos elegido como compañero o compañera, debemos esforzarnos por mantener sana nuestra relación, con una confianza plena en la persona que amamos, pero sobre todo con una seguridad absoluta en nosotros mismos, para que nada ni nadie nos haga tambalear ni dudar de lo que tenemos.
El trigo es un cereal cuyo grano sirve para alimentar a la población mundial, en cambio la cizaña es una yerba mala que nace al lado de aquél para perjudicar su desarrollo e incluso matarlo, para que éste no logre dar frutos a las personas que lo necesitan para alimentarse.
He tomado este ejemplo para hacer una analogía de lo que son los celos y el amor.
El amor al igual que el trigo se cultiva y los frutos de éste alimentan el corazón de las personas que lo poseen, en cambio los celos son como la cizaña, siempre nacen al lado del amor, no para ayudar, sino para confundir y destruirlo tal como lo hace la cizaña con el trigo.
En el lenguaje popular mencionamos la palabra cizaña para referirnos a esos comentarios infundados que hacen algunas personas ociosas y perversas, que no hacen otra cosa que sembrar la duda en la mente y en el corazón, de quien quieren ver destruido.
Es así que siembran el germen de la duda en nosotros y a su vez producen desconfianza que se convierte en celos.
Hay personas que suelen clasificar a los celos en dos categorías: los celos buenos y los malos, lo cual es totalmente equivocado, porque así como no hay cigarrillos buenos o uno mejor que otro, sin importar su marca, porque todos son dañinos para la salud; de igual manera los celos son todos dañinos y destructivos para la salud mental, espiritual, sentimental y física.
La gran mayoría de las personas no logran distinguir el amor de los celos, es por eso que los confunden diciendo que los celos son amores, y que si tu pareja no te cela es porque no te ama. Es como decir que la cizaña es trigo, por eso Jesús advirtió con no apresurarse a cortar la cizaña para separarla del trigo, sino hasta esperar ver el fruto del trigo, que lo distingue de la cizaña.
Es por eso que tenemos que aprender a ser pacientes y sabios a la vez. Para demostrar con el tiempo de qué estamos hechos.
Los frutos del amor son lo que distinguen a las personas sinceras de las falsas, porque el amor embellece, los celos embrutecen; el amor atrae, los celos espantan; el amor escucha, los celos gritan; el amor perdona, los celos acusan, cuestionan y condenan; el amor te abraza, los celos te rechazan; el amor es confianza, los celos lo contrario, el amor te encuentra, los celos te pierden; el amor nos produce paz, los celos intranquilidad; el amor acaricia, los celosos golpean; el amor es vida, los celos matan, y todavía podemos seguir hablando más de los efectos contrarios que producen los celos con respecto al amor. Pero si realmente queremos ser felices en la vida al lado de la persona que hemos elegido como compañero o compañera, debemos esforzarnos por mantener sana nuestra relación, con una confianza plena en la persona que amamos, pero sobre todo con una seguridad absoluta en nosotros mismos, para que nada ni nadie nos haga tambalear ni dudar de lo que tenemos.
jueves, 14 de julio de 2016
¿Por qué sentimos celos?
No te lo puedo comprobar, pero sé que hay alguien más. “Los celos son una respuesta a la sensación de pérdida o desinterés del ser amado, una pareja principalmente, pero también se puede hallar entre los hermanos y amigos.
Eduardo Calixto, neurólogo, indica que los celos pasan de ser algo natural a una enfermedad cuando dedicamos más de 30% de nuestro tiempo en pensar cómo el otro nos está engañando (aproximadamente 3 horas).
¿CELAR ES PARTE DE VIVIR?
Para el experto Calixto, los celos nos permiten ser competitivos y tener la convicción de mejorar como personas. Ya que son parte de un proceso evolutivo, que en nuestras primeras etapas (la niñez) nos proporcionan la experiencia para comprender mejor las pérdidas emocionales. Los celos están relacionados con tres factores:
1. Biológicos. En el caso de los hombres esta emoción se manifiesta a través de la ira, además de que para ellos los celos se producen por la sanción de pérdida de la pareja desde un aspecto sexual. Para las mujeres este sentimiento se dirige más hacia un aspecto emocional.
Los hombres son más propensos a los celos debido a la presencia de una hormona llamada vasopresina, la cual también produce que tengan relaciones más superficiales.
2. Psicológico. Se aprende de los padres, en su trato de pareja y cómo estos se celan.
3. Sociedad. Es la influencia que tiene el entorno sobre nosotros; ejemplo, novelas y películas.
Sin embargo, los celos pueden dañar más que una relación, Calixto señala que los celos generan un aumento en la producción de cortisol y un consumo de energía que termina por cansar a la persona. Ya que es una de las sensaciones que más desgasta al cerebro, por ello se debe de mantener en control.
Eduardo Calixto, neurólogo, indica que los celos pasan de ser algo natural a una enfermedad cuando dedicamos más de 30% de nuestro tiempo en pensar cómo el otro nos está engañando (aproximadamente 3 horas).
¿CELAR ES PARTE DE VIVIR?
Para el experto Calixto, los celos nos permiten ser competitivos y tener la convicción de mejorar como personas. Ya que son parte de un proceso evolutivo, que en nuestras primeras etapas (la niñez) nos proporcionan la experiencia para comprender mejor las pérdidas emocionales. Los celos están relacionados con tres factores:
1. Biológicos. En el caso de los hombres esta emoción se manifiesta a través de la ira, además de que para ellos los celos se producen por la sanción de pérdida de la pareja desde un aspecto sexual. Para las mujeres este sentimiento se dirige más hacia un aspecto emocional.
Los hombres son más propensos a los celos debido a la presencia de una hormona llamada vasopresina, la cual también produce que tengan relaciones más superficiales.
2. Psicológico. Se aprende de los padres, en su trato de pareja y cómo estos se celan.
3. Sociedad. Es la influencia que tiene el entorno sobre nosotros; ejemplo, novelas y películas.
Sin embargo, los celos pueden dañar más que una relación, Calixto señala que los celos generan un aumento en la producción de cortisol y un consumo de energía que termina por cansar a la persona. Ya que es una de las sensaciones que más desgasta al cerebro, por ello se debe de mantener en control.
lunes, 9 de mayo de 2016
Los celos
Los celos son de los sentimientos más poderosos y destructivos del mundo, los cuales sobrepasan los límites de la racionalidad.
Para la gran mayoría de las personas, sentir celos es sinónimo de mucho amor, y es más, la idea generalizada es que casi todos creen que los celos son amores. Otros afirman que los celos son el ingrediente principal del amor, si tu pareja no te cela es porque no te ama. Yo en cambio, según mi experiencia y recogiendo la de 500 personas, opino todo lo contrario, pienso que los celos jamás deberían estar presentes en una relación amorosa, si es que realmente quieres vivir en paz y disfrutar de la felicidad al lado de la persona que amas; porque como dice en la Biblia que "el amor no se porta celoso" y tampoco se porta indecente ya que la base del amor es la confianza mutua y los celos son el fruto de la desconfianza, la inseguridad y el egoísmo.
Los celos son un sentimiento de pertenencia absoluta de la pareja, típico de las personas egocéntricas que sólo piensan en sus propios intereses y todo gira en torno a ellas, pues para una persona así sólo existe el yo y no así las demás conjugaciones verbales.
Cuando las personas están unidas por el vínculo del amor todos sus pensamientos son buenos y crean sentimientos agradables, lo cual redunda en felicidad entre las personas que se aman y quienes lo hacen jamás se van a sentir celosos el uno del otro, y permanecerán juntos por el resto de sus vidas, puesto que el amor une a las personas, las ennoblece y las enaltece; en cambio los celos nunca han hecho feliz a nadie, ni al celoso ni a la persona celada, son tan dañinos y destructivos que en vez de unir separan por completo.
Por los celos de alguien se convierte en toxica una relación agradable, estos causan problema dolor, llanto, sufrimiento, maltrato tanto físico como sicológico e incluso hasta crímenes se cometen sólo por este maligno sentimiento llamado celos. Es por todo esto que los celos no pueden considerarse amores sino los asesinos del amor.
Contrario a la creencia popular de que si tu pareja no te cela es porque no te ama, yo digo que si tu pareja te cela es porque no te ama, ya que no confía en ti y si no confía es porque te considera un don Juan o una mujerzuela que cualquiera puede tenerla el rato que quiere, o dicho de otra manera como a una persona sin dignidad.
Los celosos deberían estar como los directores de Hollywood, produciendo películas de ciencia ficción, porque ellos se crean las imágenes y las escenas y le dan vida en su imaginación, para luego cuestionar tu vida y amargártela cada día.
Lo cierto de esto es que no son los enamorados quienes sienten celos, sino los que no se sienten amados, esto les produce una sensación de rechazo, desconfianza e inseguridad, no es su amor por la persona que los hace sentir celos, es su temor a ser sustituidos por otro u otra que los lleva a reaccionar de esta manera posesiva, mezquina y agresiva, incapaces controlar sus impulsos emocionales y de conquistar el corazón de su pareja con sentimientos nobles y agradables, cargados con mucho amor y respeto para hacerse querer.
Los celos matan el amor, por eso, si quieres ser feliz, aléjate de la persona celosa para vivir al lado de una persona amorosa.
domingo, 10 de enero de 2016
La raíz de los celos: ¿Miedo a perder?
RELACIÓN DE PAREJA SENTIMIENTO NOCIVO
Si tiene celos es porque te quiere”, “soy celoso/a porque te amo”, “preocúpate cuando deje de tener celos, porque quiere decir que ya no estoy más enamorado/a de ti”… son frases que seguramente hemos escuchado o dicho.
Sin embargo, los celos no demuestran amor como nos han hecho creer. En realidad, son una respuesta emocional al miedo de perder algo que estamos convencidos que nos pertenece y le
tenemos un gran afecto.
Los celos son una señal de alarma
que nos informan de la existencia de un peligro, perder el cariño de nuestro ser querido por la presencia de otra persona. Suelen ir acompañados de las sensaciones de abandono y exclusión,
viviendo la situación como muy dolorosa. Pero esta señal, si aprendemos
a procesarla y comprenderla puede ser muy enriquecedora.
Se pueden sentir celos por muchas cosas, pero sobre todo están relacionados con aquellas áreas en las que la persona se siente más insegura… por eso, se piensa que la otra persona, le brindará a mi pareja todo aquello que yo quisiera tener y no tengo. Pero el rival no es por lo tanto, alguien de “carne y hueso”, sino la imagen de lo se quiere llegar a ser.
Los celos se dan no sólo con la pareja (aunque sea el caso más típico), sino también entre hermanos, primos, amigos, familiares, colegas del trabajo, etc. Es por ello que este sentimiento, presente en todas las culturas desde hace miles de años, forma parte de canciones, mitos, leyendas, libros y por supuesto, investigaciones científicas.
Celos: partiendo de la idea errónea de que alguien nos pertenece Si dejáramos de lado la percepción de que el otro es nuestro patrimonio, los celos no existirían. Así de sencillo. El ser humano por naturaleza se ha criado en un ámbito donde se apropia de todo lo que tiene alrededor. Nos quedamos con algo porque nos gusta, nos hace bien, lo disfrutamos y queremos que esté a nuestra merced cuando nos apetece.
En el caso puntual de la pareja, donde hay más casos de celos, deberían importar los sentimientos y opiniones de ambos. Esto significa que es preciso tener un equilibrio. No podemos pretender que el otro sea un objeto que hace lo que queremos, cuándo, cómo, dónde y las veces que lo deseamos.
Según las palabras de V. de Miguel:
“A veces una excesiva preocupación por la pareja implica la necesidad de controlarlo y esto está más relacionado a la posesión que al amor”.
Preguntarle a cada rato dónde está, si ya llegó al trabajo, qué está haciendo y “sobreprotegerlo” puede ser una manera inconsciente de aferrarlo a nuestro lado.
Si no creemos que nuestra pareja nos pertenece, no quiere decir que la queremos menos, sino todo lo contrario.
La pareja necesita autonomía de cada uno de sus miembros, que cada uno tenga una parte satisfactoria de vida propia y que a la par, ambos crezcan en el vínculo.
¿Crees que existe alguna demostración de amor mayor que la persona que tenemos al lado sea feliz y tenga
libre albedrío para hacer lo que quiere?
Claro, en este punto es cuando pensamos: Si lo/a “dejo” hacer lo que quiere seguro que me engaña o se porta como no debe. No necesariamente…
La razón o causa más importante de los celos es el sentimiento de autodesvalorización y cómo éste es recibido. Y eso depende de cada uno de no-sotros.
El miedo excesivo de perder a la persona que amamos indica que no somos felices con nosotros mismos y que consideramos que necesitamos a alguien más para ser dichosos. Y, ¿qué hacer para curar los celos?
Lo importante es dirigirse directamente a la raíz que los genera, al autorrechazo destructivo. Porque es normal que todos tengamos partes nuestras que no nos gusten o quisiéramos mejorar, el problema está cuando rechazamos estas partes de manera destructiva, y en lugar de transformarlas las lesionamos más con nuestros pensamientos y acciones.
No te creas esa historia de que te cela porque te quiere
Si tu pareja está controlando cada uno de tus movimientos, si critica cómo te vistes o te indica de qué manera tienes que ir a cada lugar, si te pide pasar más tiempo a solas, cuando esto es lo que realmente hacen, si te espía mientras escribes un mensaje de texto o un correo, si se siente intraquila cuando vas al trabajo y busca excusas para que te quedes en casa, o si cuando regresas de cada lugar, tienes que soportar una especie de interrogatorio, tal vez sea momento de analizar qué grado de celos tiene y cómo están las cosas entre ustedes.
Se dice que un celoso enfermizo es imposible de recuperar, pero lo que sí se puede hacer es prevenir que la cosa pase a mayores. ¿Cómo? Hablando al respecto, haciéndole entender que tiene un problema (aunque no se haya percatado de ello) y ayudándola a entender que la confianza es muy importante en una relación. Si entre los dos trabajan para mejorarlo, sin duda lo podrán lograr.
Aceptar los sentimientos que experimentamos, intentar comprenderlos
y hablarlos con nuestra pareja es una buena solución.
Si tiene celos es porque te quiere”, “soy celoso/a porque te amo”, “preocúpate cuando deje de tener celos, porque quiere decir que ya no estoy más enamorado/a de ti”… son frases que seguramente hemos escuchado o dicho.
Sin embargo, los celos no demuestran amor como nos han hecho creer. En realidad, son una respuesta emocional al miedo de perder algo que estamos convencidos que nos pertenece y le
tenemos un gran afecto.
Los celos son una señal de alarma
que nos informan de la existencia de un peligro, perder el cariño de nuestro ser querido por la presencia de otra persona. Suelen ir acompañados de las sensaciones de abandono y exclusión,
viviendo la situación como muy dolorosa. Pero esta señal, si aprendemos
a procesarla y comprenderla puede ser muy enriquecedora.
Se pueden sentir celos por muchas cosas, pero sobre todo están relacionados con aquellas áreas en las que la persona se siente más insegura… por eso, se piensa que la otra persona, le brindará a mi pareja todo aquello que yo quisiera tener y no tengo. Pero el rival no es por lo tanto, alguien de “carne y hueso”, sino la imagen de lo se quiere llegar a ser.
Los celos se dan no sólo con la pareja (aunque sea el caso más típico), sino también entre hermanos, primos, amigos, familiares, colegas del trabajo, etc. Es por ello que este sentimiento, presente en todas las culturas desde hace miles de años, forma parte de canciones, mitos, leyendas, libros y por supuesto, investigaciones científicas.
Celos: partiendo de la idea errónea de que alguien nos pertenece Si dejáramos de lado la percepción de que el otro es nuestro patrimonio, los celos no existirían. Así de sencillo. El ser humano por naturaleza se ha criado en un ámbito donde se apropia de todo lo que tiene alrededor. Nos quedamos con algo porque nos gusta, nos hace bien, lo disfrutamos y queremos que esté a nuestra merced cuando nos apetece.
En el caso puntual de la pareja, donde hay más casos de celos, deberían importar los sentimientos y opiniones de ambos. Esto significa que es preciso tener un equilibrio. No podemos pretender que el otro sea un objeto que hace lo que queremos, cuándo, cómo, dónde y las veces que lo deseamos.
Según las palabras de V. de Miguel:
“A veces una excesiva preocupación por la pareja implica la necesidad de controlarlo y esto está más relacionado a la posesión que al amor”.
Preguntarle a cada rato dónde está, si ya llegó al trabajo, qué está haciendo y “sobreprotegerlo” puede ser una manera inconsciente de aferrarlo a nuestro lado.
Si no creemos que nuestra pareja nos pertenece, no quiere decir que la queremos menos, sino todo lo contrario.
La pareja necesita autonomía de cada uno de sus miembros, que cada uno tenga una parte satisfactoria de vida propia y que a la par, ambos crezcan en el vínculo.
¿Crees que existe alguna demostración de amor mayor que la persona que tenemos al lado sea feliz y tenga
libre albedrío para hacer lo que quiere?
Claro, en este punto es cuando pensamos: Si lo/a “dejo” hacer lo que quiere seguro que me engaña o se porta como no debe. No necesariamente…
La razón o causa más importante de los celos es el sentimiento de autodesvalorización y cómo éste es recibido. Y eso depende de cada uno de no-sotros.
El miedo excesivo de perder a la persona que amamos indica que no somos felices con nosotros mismos y que consideramos que necesitamos a alguien más para ser dichosos. Y, ¿qué hacer para curar los celos?
Lo importante es dirigirse directamente a la raíz que los genera, al autorrechazo destructivo. Porque es normal que todos tengamos partes nuestras que no nos gusten o quisiéramos mejorar, el problema está cuando rechazamos estas partes de manera destructiva, y en lugar de transformarlas las lesionamos más con nuestros pensamientos y acciones.
No te creas esa historia de que te cela porque te quiere
Si tu pareja está controlando cada uno de tus movimientos, si critica cómo te vistes o te indica de qué manera tienes que ir a cada lugar, si te pide pasar más tiempo a solas, cuando esto es lo que realmente hacen, si te espía mientras escribes un mensaje de texto o un correo, si se siente intraquila cuando vas al trabajo y busca excusas para que te quedes en casa, o si cuando regresas de cada lugar, tienes que soportar una especie de interrogatorio, tal vez sea momento de analizar qué grado de celos tiene y cómo están las cosas entre ustedes.
Se dice que un celoso enfermizo es imposible de recuperar, pero lo que sí se puede hacer es prevenir que la cosa pase a mayores. ¿Cómo? Hablando al respecto, haciéndole entender que tiene un problema (aunque no se haya percatado de ello) y ayudándola a entender que la confianza es muy importante en una relación. Si entre los dos trabajan para mejorarlo, sin duda lo podrán lograr.
Aceptar los sentimientos que experimentamos, intentar comprenderlos
y hablarlos con nuestra pareja es una buena solución.
martes, 20 de octubre de 2015
Los dañinos celos y sus tres tipos
En las relaciones amorosas, los celos se definen como un sentimiento doloroso asociado con el temor de ser reemplazado y engañado por la persona amada. Se diferencian de la envidia, la cual se caracteriza por la necesidad de obtener algo deseado, mientras que los celos consisten en el miedo de perder lo que se posee. Los celos son una emoción universal del ser humano, pero suelen envenenar la relación cuando son irracionales.
Según Sigmund Freud, médico y psicoanalista austriaco, se pueden distinguir tres tipos de celos. En primer lugar, están los normales, los cuales corresponden al instinto de propiedad que una persona suele sentir hacia su pareja. Luego, se observan los celos proyectados cuando uno de los cónyuges copia sus propios deseos de infidelidad en el otro. Finalmente, los delirantes se caracterizan por ser paranoicos, es decir que la persona celosa no logra seguir con su vida y está obsesionada con la idea de que su pareja le engaña. En este último caso, pueden aparecer complicaciones en ambos cónyuges como depresión, trastornos mentales severos, violencia, entre otras. Por eso, es necesario aprender a controlar los celos. Si no logras hacerlo, debes acudir a un profesional (psicólogo o psiquiatra) para recibir ayuda.
Trucos Para dejar de ser celoso
Reconocer
El primer paso esencial para lidiar con los celos y superarlos consiste en reconocer que tienes un problema. Es la única manera que existe para que dejes de ser celoso. Debes observar tus reacciones cuando no estás cerca de tu pareja y ver si tiendes a controlarla. Si esta reflexión te concientiza de que eres celoso, tienes que tomar medidas para vencer los celos.
Frenar
Muchas personas tienen celos cuando se involucran en una relación amorosa. Sin embargo, es importante tratar de frenarlos. Asimismo, intenta que constituyan una parte muy pequeña de los sentimientos que tienes hacia tu pareja. No olvides que las peleas conyugales resultan muy agotadoras y disminuyen las posibilidades de tener una relación duradera.
Racionalismo
Los celos provienen de la percepción de una amenaza para la relación. Por lo tanto, debes averiguar si existe realmente algo que fomente tu sospecha. Sin embargo, no debes olvidar que la mente celosa siempre magnifica las dudas y suele ocasionar respuestas desproporcionadas. Se recomienda ser racional en tu manera de reaccionar, ya que si acusas a tu pareja erróneamente, podrías perderla.
Autoestima
Los celos suelen estar relacionados con sentimientos de ansiedad y autoestima baja. Muchos profesionales recomiendan tomar ciertas medidas para incrementar la estima y protegerse de los celos. Entre éstas, encontramos destacar tus cualidades, pasar tiempo con amigos que te hagan sentir bien y evitar tener pensamientos negativos.
Confianza
La clave para dejar de ser celoso consiste en poder confiar en el cónyuge. Por lo tanto, deben hablar y aumentar progresivamente este sentimiento. No olvides que si algún acto tuyo ocasiona celos en tu pareja, debes intentar evitar efectuar esta acción a futuro para preservar la relación.
Tiempo
Es fundamental destacar que eliminar los celos es un proceso que requiere tiempo, ya que corresponden a una característica de la personalidad de una persona. Por lo tanto, es un trabajo que necesita autorreflexión, paciencia y persistencia. Generalmente, se observan mejores resultados cuando el cónyuge acompaña a su pareja durante el proceso. Asimismo, no deben sentirse avergonzados de pedir la ayuda de un profesional si los celos resultan ser irrazonables y delirantes.
PRINCIPALES SÍNTOMAS
Control
La persona celosa controla la agenda, bolsillos y celular de su pareja para encontrar una prueba de su infidelidad. También suele oler su ropa en búsqueda de un perfume ajeno.
PREGUNTAS
Cuando los celos son irracionales o delirantes, el cónyuge celoso realiza preguntas insistentes a su pareja acerca de sus ocupaciones.
INHIBICIÓN
Generalmente, los celos delirantes impiden que la persona realice sus actividades sin estar con su pareja para poder controlarla.
PENSAMIENTOS
Cada duda que tiene la persona celosa se convierte en una evidencia de infidelidad e incrementa sus celos. Por lo tanto, no para de tener pensamientos negativos.
Según Sigmund Freud, médico y psicoanalista austriaco, se pueden distinguir tres tipos de celos. En primer lugar, están los normales, los cuales corresponden al instinto de propiedad que una persona suele sentir hacia su pareja. Luego, se observan los celos proyectados cuando uno de los cónyuges copia sus propios deseos de infidelidad en el otro. Finalmente, los delirantes se caracterizan por ser paranoicos, es decir que la persona celosa no logra seguir con su vida y está obsesionada con la idea de que su pareja le engaña. En este último caso, pueden aparecer complicaciones en ambos cónyuges como depresión, trastornos mentales severos, violencia, entre otras. Por eso, es necesario aprender a controlar los celos. Si no logras hacerlo, debes acudir a un profesional (psicólogo o psiquiatra) para recibir ayuda.
Trucos Para dejar de ser celoso
Reconocer
El primer paso esencial para lidiar con los celos y superarlos consiste en reconocer que tienes un problema. Es la única manera que existe para que dejes de ser celoso. Debes observar tus reacciones cuando no estás cerca de tu pareja y ver si tiendes a controlarla. Si esta reflexión te concientiza de que eres celoso, tienes que tomar medidas para vencer los celos.
Frenar
Muchas personas tienen celos cuando se involucran en una relación amorosa. Sin embargo, es importante tratar de frenarlos. Asimismo, intenta que constituyan una parte muy pequeña de los sentimientos que tienes hacia tu pareja. No olvides que las peleas conyugales resultan muy agotadoras y disminuyen las posibilidades de tener una relación duradera.
Racionalismo
Los celos provienen de la percepción de una amenaza para la relación. Por lo tanto, debes averiguar si existe realmente algo que fomente tu sospecha. Sin embargo, no debes olvidar que la mente celosa siempre magnifica las dudas y suele ocasionar respuestas desproporcionadas. Se recomienda ser racional en tu manera de reaccionar, ya que si acusas a tu pareja erróneamente, podrías perderla.
Autoestima
Los celos suelen estar relacionados con sentimientos de ansiedad y autoestima baja. Muchos profesionales recomiendan tomar ciertas medidas para incrementar la estima y protegerse de los celos. Entre éstas, encontramos destacar tus cualidades, pasar tiempo con amigos que te hagan sentir bien y evitar tener pensamientos negativos.
Confianza
La clave para dejar de ser celoso consiste en poder confiar en el cónyuge. Por lo tanto, deben hablar y aumentar progresivamente este sentimiento. No olvides que si algún acto tuyo ocasiona celos en tu pareja, debes intentar evitar efectuar esta acción a futuro para preservar la relación.
Tiempo
Es fundamental destacar que eliminar los celos es un proceso que requiere tiempo, ya que corresponden a una característica de la personalidad de una persona. Por lo tanto, es un trabajo que necesita autorreflexión, paciencia y persistencia. Generalmente, se observan mejores resultados cuando el cónyuge acompaña a su pareja durante el proceso. Asimismo, no deben sentirse avergonzados de pedir la ayuda de un profesional si los celos resultan ser irrazonables y delirantes.
PRINCIPALES SÍNTOMAS
Control
La persona celosa controla la agenda, bolsillos y celular de su pareja para encontrar una prueba de su infidelidad. También suele oler su ropa en búsqueda de un perfume ajeno.
PREGUNTAS
Cuando los celos son irracionales o delirantes, el cónyuge celoso realiza preguntas insistentes a su pareja acerca de sus ocupaciones.
INHIBICIÓN
Generalmente, los celos delirantes impiden que la persona realice sus actividades sin estar con su pareja para poder controlarla.
PENSAMIENTOS
Cada duda que tiene la persona celosa se convierte en una evidencia de infidelidad e incrementa sus celos. Por lo tanto, no para de tener pensamientos negativos.
lunes, 19 de octubre de 2015
Qué actitudes despiertan los celos en ellas
Hay mujeres que se declaran muy celosas, otras dicen no celar a su pareja y que tienen celos "normales". Sin embargo, existen actitudes masculinas que desatan los celos en ellas.
Situaciones. Cuando él no le cuenta algo que sí le contó a otra persona. Coquetea con otra mujer ¡Y lo hace delante suyo creyendo que no lo ha visto! Son cuestiones que encienden el enfado cuando le dice "son cosas tuyas", "viste cualquier cosa". También cuando le envía mensajes de texto a una compañera de trabajo un tanto tiernos, su afición se vuelve una rutina excluyente, comenta lo linda que es la nueva compañera de trabajo o justo sale a comer con esa amiga que no le simpatiza a usted.
Situaciones. Cuando él no le cuenta algo que sí le contó a otra persona. Coquetea con otra mujer ¡Y lo hace delante suyo creyendo que no lo ha visto! Son cuestiones que encienden el enfado cuando le dice "son cosas tuyas", "viste cualquier cosa". También cuando le envía mensajes de texto a una compañera de trabajo un tanto tiernos, su afición se vuelve una rutina excluyente, comenta lo linda que es la nueva compañera de trabajo o justo sale a comer con esa amiga que no le simpatiza a usted.
domingo, 15 de marzo de 2015
¿Existen los celos buenos en el amor?
E n realidad los celos no son parte del amor y no tienen nada que ver con él. El amor es aceptar, legitimar y liberar a la persona que se ama. Se le da la libertad de ser como realmente es, y se le deja crecer como realmente quiere crecer; por lo tanto, el amor es generoso, liberador y confiado.
Los celos, por su parte, están relacionados con el poder, con el control, con la posesión y con el miedo a perder algo que creemos nos pertenece; en este punto, los celos no liberan sino persiguen. Los celos no aceptan a la persona como es.
No la legitiman al pedirle que cambie en nombre de su amor o en beneficio de la pareja. "Si dejas de vestirte así ya no habrá problemas entre nosotros”, "si dejas de trabajar ya no me sentiré celoso”. Con estas palabras, el celoso trata de hacer sentir culpable al otro por los celos que son netamente responsabilidad de él mismo, pero éste es tan convincente y manipulador que la víctima cree que si realmente cambia, los celos del otro se irán y podrán ser felices.
Esto contradice al amor, porque el amor para ser verdadero debe aceptar al otro como es, con sus sueños de realización, con su forma de ser, vestirse y con sus aspiraciones de crecer.
Por otro lado, la persona que cela es por naturaleza segura a nivel cognitivo e insegura a nivel emocional. Lo cognitivo le da la certeza de que es engañada; por lo tanto, tiene miedo y empieza a perseguir y a celar, asi no existan motivos para ello. La víctima entra en un estado de ansiedad al encontrarse frente a un dilema de tal magnitud: si le niega a su pareja el engaño, será castigada con su incredulidad; si lo acepta, igualmente será castigada por su conducta, porque nada de lo que haga ésta le satisfacerá al otro que está seguro de que su pareja le es infiel.
La inseguridad emocional deviene de la infancia, cuando el niño no es aceptado o no es querido lo suficiente; por lo tanto, cuando crece, le cuesta amar porque no entiende bien lo que es el amor y lo confunde con la posesión o la retención. Tiene miedo a perder aquello que ha logrado porque piensa que no podrá volver a conseguir una pareja así, y en su afán de retenerla termina ahuyentándola. Estos celos son considerados infantiles porque su base está sembrada en el miedo a ser abandonado continuamente.
También existen los celos patológicos, que son considerados los más destructivos porque pueden celar desde el pasado, cuando acusan a la pareja de haber estado con tal o cual persona. O cuando la critican por un comportamiento de hace años, incluso cuando todavía no estaban juntos. Son patológicos también cuando se los justifica en una situación de abuso psicológico o físico: "Ella tiene la culpa de que la golpee porque coquetea a los hombres, los provoca”.
En este sentido, los celos son violencia y pueden originar situaciones violentas, en las que la víctima entra en un círculo vicioso de culpabilidad y miedo, el cual puede terminar en maltrato físico o en muerte.
No existen, por lo tanto, celos buenos en el amor. No hay dos términos más alejados que esos dos. Los celos no permiten la construcción de una relación, porque ésta está ahuyentada por el ego de la persona celosa que sólo busca su bienestar y su satisfacción; es decir, en tanto su pareja le haga caso o no la deje, todo estará bien. En cambio, el amor debe ser el vehículo para construir una relación de dos seres independientes que transitan un solo camino sin dejar de ser dos.
Los celos, por su parte, están relacionados con el poder, con el control, con la posesión y con el miedo a perder algo que creemos nos pertenece; en este punto, los celos no liberan sino persiguen. Los celos no aceptan a la persona como es.
No la legitiman al pedirle que cambie en nombre de su amor o en beneficio de la pareja. "Si dejas de vestirte así ya no habrá problemas entre nosotros”, "si dejas de trabajar ya no me sentiré celoso”. Con estas palabras, el celoso trata de hacer sentir culpable al otro por los celos que son netamente responsabilidad de él mismo, pero éste es tan convincente y manipulador que la víctima cree que si realmente cambia, los celos del otro se irán y podrán ser felices.
Esto contradice al amor, porque el amor para ser verdadero debe aceptar al otro como es, con sus sueños de realización, con su forma de ser, vestirse y con sus aspiraciones de crecer.
Por otro lado, la persona que cela es por naturaleza segura a nivel cognitivo e insegura a nivel emocional. Lo cognitivo le da la certeza de que es engañada; por lo tanto, tiene miedo y empieza a perseguir y a celar, asi no existan motivos para ello. La víctima entra en un estado de ansiedad al encontrarse frente a un dilema de tal magnitud: si le niega a su pareja el engaño, será castigada con su incredulidad; si lo acepta, igualmente será castigada por su conducta, porque nada de lo que haga ésta le satisfacerá al otro que está seguro de que su pareja le es infiel.
La inseguridad emocional deviene de la infancia, cuando el niño no es aceptado o no es querido lo suficiente; por lo tanto, cuando crece, le cuesta amar porque no entiende bien lo que es el amor y lo confunde con la posesión o la retención. Tiene miedo a perder aquello que ha logrado porque piensa que no podrá volver a conseguir una pareja así, y en su afán de retenerla termina ahuyentándola. Estos celos son considerados infantiles porque su base está sembrada en el miedo a ser abandonado continuamente.
También existen los celos patológicos, que son considerados los más destructivos porque pueden celar desde el pasado, cuando acusan a la pareja de haber estado con tal o cual persona. O cuando la critican por un comportamiento de hace años, incluso cuando todavía no estaban juntos. Son patológicos también cuando se los justifica en una situación de abuso psicológico o físico: "Ella tiene la culpa de que la golpee porque coquetea a los hombres, los provoca”.
En este sentido, los celos son violencia y pueden originar situaciones violentas, en las que la víctima entra en un círculo vicioso de culpabilidad y miedo, el cual puede terminar en maltrato físico o en muerte.
No existen, por lo tanto, celos buenos en el amor. No hay dos términos más alejados que esos dos. Los celos no permiten la construcción de una relación, porque ésta está ahuyentada por el ego de la persona celosa que sólo busca su bienestar y su satisfacción; es decir, en tanto su pareja le haga caso o no la deje, todo estará bien. En cambio, el amor debe ser el vehículo para construir una relación de dos seres independientes que transitan un solo camino sin dejar de ser dos.
lunes, 24 de noviembre de 2014
jueves, 20 de noviembre de 2014
El síndrome de Otelo
Los celos son inseguridad, nadie puede negar que alguna vez haya tenido este sentimiento. Aunque para algunas parejas signifique una demostración de que sí les importa, para otras puede resultar hasta la causa de una separación. En medio de ese dilema está el famoso Síndrome de Otelo.
¿Qué es? Es un trastorno delirante caracterizado por una preocupación excesiva e irracional sobre la infidelidad de la pareja. Está estrechamente relacionado con la celopatía, que es un trastorno de celos extremos y enfermizos. "Toma el nombre de Otelo en la obra de Shakespeare", explicó la psicóloga y sexóloga, Liliana Zabala Lobo.
Piensa que su pareja es infiel. Zabala mencionó que este síndrome consiste en un delirio y quien lo sufre está firmemente convencido de que su pareja le es infiel. La persona está obsesionada con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren. Por ejemplo, revisando la computadora o mirando el celular de su pareja, "están husmeando todo el tiempo, tiene conductas inquisidoras".
Actitud. Zabala enfatizó que la persona también puede mostrarse violenta o humillar a la pareja. En casos extremos el individuo puede llegar a matar al objeto de sus celos. Asimismo sostuvo que cuando llegan al homicidio, quiere decir que existe otro tipo de personalidad patológica, como la paranoia o un delirio celotípico. (Un delirio es una idea irreversible con una serie de respuestas a esas ideas que son realmente graves).
¿A quiénes afecta? El psicólogo Johonny Ledezma indicó que los celos existen tanto en el hombre como en la mujer. Pero las últimas manejan mejor los celos. "En el hombre se marca la cultura machista, por ello él se encierra en su ideas, fantasías y no le comenta nada a su pareja, debido a esto están susceptibles y reaccionan, llegando a herir a su pareja, en muchos casos llega al feminicidio o al suicidio", remarcó Ledezma.
¿Qué es? Es un trastorno delirante caracterizado por una preocupación excesiva e irracional sobre la infidelidad de la pareja. Está estrechamente relacionado con la celopatía, que es un trastorno de celos extremos y enfermizos. "Toma el nombre de Otelo en la obra de Shakespeare", explicó la psicóloga y sexóloga, Liliana Zabala Lobo.
Piensa que su pareja es infiel. Zabala mencionó que este síndrome consiste en un delirio y quien lo sufre está firmemente convencido de que su pareja le es infiel. La persona está obsesionada con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren. Por ejemplo, revisando la computadora o mirando el celular de su pareja, "están husmeando todo el tiempo, tiene conductas inquisidoras".
Actitud. Zabala enfatizó que la persona también puede mostrarse violenta o humillar a la pareja. En casos extremos el individuo puede llegar a matar al objeto de sus celos. Asimismo sostuvo que cuando llegan al homicidio, quiere decir que existe otro tipo de personalidad patológica, como la paranoia o un delirio celotípico. (Un delirio es una idea irreversible con una serie de respuestas a esas ideas que son realmente graves).
¿A quiénes afecta? El psicólogo Johonny Ledezma indicó que los celos existen tanto en el hombre como en la mujer. Pero las últimas manejan mejor los celos. "En el hombre se marca la cultura machista, por ello él se encierra en su ideas, fantasías y no le comenta nada a su pareja, debido a esto están susceptibles y reaccionan, llegando a herir a su pareja, en muchos casos llega al feminicidio o al suicidio", remarcó Ledezma.
jueves, 5 de junio de 2014
Celos ¿Naturales o enfermizos?
Los celos dentro de cada relación de pareja pueden significar cosas diferentes. Los celos normales son aquellos en los que cada miembro de la pareja considera que el otro es atractivo para sí y para otro posible rival. Son los celos que mantienen la tensión sexual y establecen la necesidad de un código cerrado de fidelidad dentro de una relación.
LOS CELOS NATURALES
Son los celos que causa el simple hecho de amar. Cuando uno ama, tiene miedo de perder el amor del otro. Es una condición natural. Lo importante es que estos celos sean controlados, apenas una pincelada de color en el cuadro de una pareja.
Hasta ahí los celos naturales. ¿Qué pasa cuando los celos se descontrolan?
LOS CELOS ENFERMIZOS
A veces, una excesiva preocupación suele implicar una necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un pensamiento obsesivo y continuo.
El celado siente que la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado. Generalmente las actitudes cariñosas del celoso se van volviendo agresivas y el amor del celado se convierte en temor y hastío.
Lo más paradójico es que los temores del celoso patológico suelen ser infundados. Ve rivales y situaciones equívocas donde no las hay. Acusa al amado de mentiroso o desleal, incluso de infiel cuando esto no es así.
SEÑALES EN QUE LOS CELOS SON UN GRAVE PROBLEMA EN LA PAREJA
Una de las señales de alarma sucede cuando las escenas o los planteos desmedidos de una de las dos partes se vuelven cotidianos sin depender de un hecho puntual.
Tu pareja empieza a controlar tus movimientos con llamados telefónicos reiterados para saber dónde estás y cuándo llegas. Incluso si ya has explicado con anticipación dónde estarás.
Hay cada vez más planteos acerca de tu relación con tus amigos y familiares. Tu pareja quiere que compartas menos tiempo con ellos para estar los dos solos.
Tu pareja comenta y critica tu manera de vestir y tus gustos. Especialmente aquellos que son diferentes de los suyos.
Si dejas la computadora abierta o el teléfono móvil sin guardar, tu pareja encuentra cualquier pretexto para revisar o mirar de cerca.
Tu pareja tiene celos de tus compañeros de trabajo, jefes y sospecha de cualquier reunión laboral que tengas.
La relación se ha resentido en los últimos tiempos, porque resulta intolerable el nivel de celos en la pareja. Los celos son el tema principal de cada conversación y rato juntos.
El amor y la relación de pareja se basan, principalmente, en el respeto y admiración mutuos. Cuando el celoso entra en esta espiral de celos patológicos, estas dos premisas se resienten. El celoso se siente traicionado e irrespetado. El celado también siente que le faltan el respeto y lo acusan en falso, se siente injuriado.
QUÉ HACER FRENTE A UN PROBLEMA DE CELOS RECURRENTE
Lo primero que habría que hacer es detenerse y enfrentar el problema como adultos. Resolver este tema juntos o con un terapeuta es una excelente manera de fortalecer la relación y crecer como pareja. Es fundamental enriquecer la seguridad y autonomía de cada miembro de la pareja en relación al otro y, al mismo tiempo, entender que la confianza mutua no será traicionada porque el amor es un acto voluntario, no obligatorio. Es decir “Si está a mi lado es porque me ama”.
TIPS PARA SUPERAR LOS CELOS
Tu pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna vez no es así, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no se posee.
Todos somos celosos en un punto, pero no debes permitir que se descontrolen y te dominen. Los celos son un 90% de fantasía y temor.
No dejes de vivir las cosas que te gustan por los celos de tu pareja. Siéntate y enfrenta el problema. Su derecho termina donde empieza el tuyo.
Los celos enturbian la percepción y proporción real de las cosas.
No generalices y catalogues a los demás. Tampoco a tu pareja. Cada persona es un universo diferente y no sigue las mismas pautas de comportamiento.
Nunca conviertas la presunción en certeza. Todos tenemos intuiciones al conocer a otro. El tiempo y el compromiso mutuo permiten desestimarlas o confirmarlas.
Confía en tu instinto cuando estás CON tu pareja. La distancia física a veces hace aparecer fantasmas que no existen. Mira dentro de sus ojos y siente.
Evita pensamientos que te generen celos. Nunca pienses de dónde viene la experiencia sexual del otro. Todos tenemos un pasado. Lo importante es el AHORA y cómo sirve esa experiencia para gozar juntos.
Acepta que tu pareja tiene su mundo propio, tal y como tú tienes el tuyo. Lo maravilloso es la intersección de ambos universos. Del Yo+Yo al Nosotros.
Mírate en el espejo. Busca esas cosas que tu pareja dice que ama de ti, hasta los pequeños detalles como ese lunar o la forma de tu cintura. Cuando veas el ser que tu pareja ama, aceptarás que eres amado y entenderás que tu relación no está en riesgo por un tercero.
LOS CELOS NATURALES
Son los celos que causa el simple hecho de amar. Cuando uno ama, tiene miedo de perder el amor del otro. Es una condición natural. Lo importante es que estos celos sean controlados, apenas una pincelada de color en el cuadro de una pareja.
Hasta ahí los celos naturales. ¿Qué pasa cuando los celos se descontrolan?
LOS CELOS ENFERMIZOS
A veces, una excesiva preocupación suele implicar una necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un pensamiento obsesivo y continuo.
El celado siente que la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado. Generalmente las actitudes cariñosas del celoso se van volviendo agresivas y el amor del celado se convierte en temor y hastío.
Lo más paradójico es que los temores del celoso patológico suelen ser infundados. Ve rivales y situaciones equívocas donde no las hay. Acusa al amado de mentiroso o desleal, incluso de infiel cuando esto no es así.
SEÑALES EN QUE LOS CELOS SON UN GRAVE PROBLEMA EN LA PAREJA
Una de las señales de alarma sucede cuando las escenas o los planteos desmedidos de una de las dos partes se vuelven cotidianos sin depender de un hecho puntual.
Tu pareja empieza a controlar tus movimientos con llamados telefónicos reiterados para saber dónde estás y cuándo llegas. Incluso si ya has explicado con anticipación dónde estarás.
Hay cada vez más planteos acerca de tu relación con tus amigos y familiares. Tu pareja quiere que compartas menos tiempo con ellos para estar los dos solos.
Tu pareja comenta y critica tu manera de vestir y tus gustos. Especialmente aquellos que son diferentes de los suyos.
Si dejas la computadora abierta o el teléfono móvil sin guardar, tu pareja encuentra cualquier pretexto para revisar o mirar de cerca.
Tu pareja tiene celos de tus compañeros de trabajo, jefes y sospecha de cualquier reunión laboral que tengas.
La relación se ha resentido en los últimos tiempos, porque resulta intolerable el nivel de celos en la pareja. Los celos son el tema principal de cada conversación y rato juntos.
El amor y la relación de pareja se basan, principalmente, en el respeto y admiración mutuos. Cuando el celoso entra en esta espiral de celos patológicos, estas dos premisas se resienten. El celoso se siente traicionado e irrespetado. El celado también siente que le faltan el respeto y lo acusan en falso, se siente injuriado.
QUÉ HACER FRENTE A UN PROBLEMA DE CELOS RECURRENTE
Lo primero que habría que hacer es detenerse y enfrentar el problema como adultos. Resolver este tema juntos o con un terapeuta es una excelente manera de fortalecer la relación y crecer como pareja. Es fundamental enriquecer la seguridad y autonomía de cada miembro de la pareja en relación al otro y, al mismo tiempo, entender que la confianza mutua no será traicionada porque el amor es un acto voluntario, no obligatorio. Es decir “Si está a mi lado es porque me ama”.
TIPS PARA SUPERAR LOS CELOS
Tu pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna vez no es así, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no se posee.
Todos somos celosos en un punto, pero no debes permitir que se descontrolen y te dominen. Los celos son un 90% de fantasía y temor.
No dejes de vivir las cosas que te gustan por los celos de tu pareja. Siéntate y enfrenta el problema. Su derecho termina donde empieza el tuyo.
Los celos enturbian la percepción y proporción real de las cosas.
No generalices y catalogues a los demás. Tampoco a tu pareja. Cada persona es un universo diferente y no sigue las mismas pautas de comportamiento.
Nunca conviertas la presunción en certeza. Todos tenemos intuiciones al conocer a otro. El tiempo y el compromiso mutuo permiten desestimarlas o confirmarlas.
Confía en tu instinto cuando estás CON tu pareja. La distancia física a veces hace aparecer fantasmas que no existen. Mira dentro de sus ojos y siente.
Evita pensamientos que te generen celos. Nunca pienses de dónde viene la experiencia sexual del otro. Todos tenemos un pasado. Lo importante es el AHORA y cómo sirve esa experiencia para gozar juntos.
Acepta que tu pareja tiene su mundo propio, tal y como tú tienes el tuyo. Lo maravilloso es la intersección de ambos universos. Del Yo+Yo al Nosotros.
Mírate en el espejo. Busca esas cosas que tu pareja dice que ama de ti, hasta los pequeños detalles como ese lunar o la forma de tu cintura. Cuando veas el ser que tu pareja ama, aceptarás que eres amado y entenderás que tu relación no está en riesgo por un tercero.
miércoles, 12 de marzo de 2014
Científicos afirman que las mujeres inteligentes son más celosas
Un estudio de la Universidad de Roanoke College de Virginia (EEUU) reveló que las mujeres con mayor rendimiento intelectual son más celosas con sus parejas.
Esta extraña situación se debe a que estas féminas son más perfeccionistas y cuando sospechan que sus parejas podrían estar siéndoles infieles, se desesperan, sienten que dicho perfeccionismo se les escapa de las manos y pierden el control respecto a sus emociones.
Los investigadores seleccionaron a distintas personas con diferentes niveles de desarrollo cognitivo y les pidieron imaginar casos hipotéticos de conversaciones de sus novios con exparejas, señala La Tercera.
jueves, 11 de julio de 2013
Celos ¿De mis amigas?
Seguramente alguna vez te ha pasado que presentaste a dos de tus mejores amigas y, de repente, una de ellas siente que la echas a un lado por estar con la tercera, o tal vez tu sientes que entre ellas hay una mejor afinidad que contigo. ¡Sencillo!, son celos.... pues sí, así es y si no actúas de la forma correcta podrías estar arriesgándote a perder la amistad de alguna de ellas o, incluso, de ambas.
Del mismo modo que puede pasarte con una pareja, también puedes toparte con una amiga posesiva o viceversa, tu puedes llegar a ser esa persona celosa que según describe la psicóloga, Ruth Herrera suele caracterizarse por generar culpa en el otro cuando no consiguen ser el centro de la atención.
Mal entendido. Para Yohonny Ledezma, psicólogo de la clínica Ucebol, la situación ocurre a partir de todo lo que implica la amistad y su características como la confianza, confidencialidad, apoyo, respeto, etc, mismas que se depositan en esa persona que se ha elegido como la mejor amig@, entonces, sucede que de pronto se da esta comunicación en una relación de tres personas, y es ahí donde resaltan los celos. "La persona cree que todo lo que se ha depositado en esa amiga se estaría desviando y corre el riesgo de perderse".
Detrás de los celos. Los expertos coinciden que este sentimiento demuestra inseguridad o lleva oculto los temores de la persona celosa, los mismos pueden manifestarse con el aislamiento para que la amiga se dé cuenta y vaya en busca de ella, asimismo, puede darse una cercanía más de lo habitual para no darle el espacio a la otra amiga o también se pueden buscar mecanismos de defensa erradas; es decir, la persona celosa busca características negativas de la otra para hacerle quedar mal con su amiga.
¿qué hacer?. Lo mejor es hablarlo, dice Ledezma, pues una vez lo hagas, comenzarás a sentirte mejor y ellas podrían hasta ayudarte. "Al fin y al cabo tú tienes ese vínculo especial con esa persona y por más que hayan miles con las mismas características si la amistad es sólida nadie la va a reemplazar". A su vez, Herrera enfatiza en el trabajo de los temores para vencer los celos, "Haz una lista de las cosas que te han afectado con tus amigas a causa de tus celos y notarás por qué no es saludable actuar así".//
Puntos para
Lograr equilibrio en tu amistad
¡Es sencillo!
- Libertad total
El sentido de propiedad no debe existir entre dos amigas, cada una es libre de salir con otra gente sin que por ello la relación se vea resentida. No se querrá menos por compartir otros momentos con otras personas diferentes. ¿No crees tú?//
- Claves
Trata de no demostrar que estás celosa delante de tus amigas. Podrías decir cosas que las lastimen. Recuerda que en una amistad siempre debe haber empatía para considerar lo que la otra persona siente, confidencialidad en cosas constructivas para ambas, apoyo, además de respeto //
Pasos
Controla tus celos
Los expertos definen a los celos como un estado emocional ansioso que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se tiene y lleva muchas veces a sentir que el otro elige siempre a otro, puede darse en una relación de pareja, amigos o familiar. ¿La clave para controlarlos? Descubrí en estos cinco pasos.
Reconocer
Admitir que somos celosas es un gran paso para gestionar dicha emoción. Hazte las preguntas adecuadas y analiza bien la situación, recuerda que esta tarea requiere valor, así que no dudes en pedirle apoyo a tu amiga, si la amistad es sólida ella estará ahí para eso.
Presta atención
En el caso que tu seas la afectada de estos celos, evalúa si es verdad que te haz alejado de tu amiga, en caso de ser así reconoce tus errores y dedícale su tiempo. Una persona celosa por dentro está gritando que necesita atención y amor.
Emociones
Si te sientes celosa porque esa amiga está en otro ambiente sin ti, lo mejor es canalizar esa emoción: dibuja, sal con otros amigos. Tampoco sientas temor si esa persona conoce gente nueva... ¡a lo mejor se convierte en un integrante más del grupo!
Sin exclusividad
Para tener buenas relaciones sociales es mejor evitar el sentimiento de exclusividad o de pertenencia. Alégrate de las cosas buenas que le pasan a tus amigos y también, de que tengan un círculo social amplio. Disfruta de lo que tienes tú y de aquello que posee tu entorno.
Actividades
Planea actividades en las que puedan estar las tres amigas, como, por ejemplo: ir de compras, al cine o salir a comer. También puedes planear salidas individuales con cada una de ellas. Así podrás seguir compartiendo lo que tienes en común con cada una.
Del mismo modo que puede pasarte con una pareja, también puedes toparte con una amiga posesiva o viceversa, tu puedes llegar a ser esa persona celosa que según describe la psicóloga, Ruth Herrera suele caracterizarse por generar culpa en el otro cuando no consiguen ser el centro de la atención.
Mal entendido. Para Yohonny Ledezma, psicólogo de la clínica Ucebol, la situación ocurre a partir de todo lo que implica la amistad y su características como la confianza, confidencialidad, apoyo, respeto, etc, mismas que se depositan en esa persona que se ha elegido como la mejor amig@, entonces, sucede que de pronto se da esta comunicación en una relación de tres personas, y es ahí donde resaltan los celos. "La persona cree que todo lo que se ha depositado en esa amiga se estaría desviando y corre el riesgo de perderse".
Detrás de los celos. Los expertos coinciden que este sentimiento demuestra inseguridad o lleva oculto los temores de la persona celosa, los mismos pueden manifestarse con el aislamiento para que la amiga se dé cuenta y vaya en busca de ella, asimismo, puede darse una cercanía más de lo habitual para no darle el espacio a la otra amiga o también se pueden buscar mecanismos de defensa erradas; es decir, la persona celosa busca características negativas de la otra para hacerle quedar mal con su amiga.
¿qué hacer?. Lo mejor es hablarlo, dice Ledezma, pues una vez lo hagas, comenzarás a sentirte mejor y ellas podrían hasta ayudarte. "Al fin y al cabo tú tienes ese vínculo especial con esa persona y por más que hayan miles con las mismas características si la amistad es sólida nadie la va a reemplazar". A su vez, Herrera enfatiza en el trabajo de los temores para vencer los celos, "Haz una lista de las cosas que te han afectado con tus amigas a causa de tus celos y notarás por qué no es saludable actuar así".//
Puntos para
Lograr equilibrio en tu amistad
¡Es sencillo!
- Libertad total
El sentido de propiedad no debe existir entre dos amigas, cada una es libre de salir con otra gente sin que por ello la relación se vea resentida. No se querrá menos por compartir otros momentos con otras personas diferentes. ¿No crees tú?//
- Claves
Trata de no demostrar que estás celosa delante de tus amigas. Podrías decir cosas que las lastimen. Recuerda que en una amistad siempre debe haber empatía para considerar lo que la otra persona siente, confidencialidad en cosas constructivas para ambas, apoyo, además de respeto //
Pasos
Controla tus celos
Los expertos definen a los celos como un estado emocional ansioso que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se tiene y lleva muchas veces a sentir que el otro elige siempre a otro, puede darse en una relación de pareja, amigos o familiar. ¿La clave para controlarlos? Descubrí en estos cinco pasos.
Reconocer
Admitir que somos celosas es un gran paso para gestionar dicha emoción. Hazte las preguntas adecuadas y analiza bien la situación, recuerda que esta tarea requiere valor, así que no dudes en pedirle apoyo a tu amiga, si la amistad es sólida ella estará ahí para eso.
Presta atención
En el caso que tu seas la afectada de estos celos, evalúa si es verdad que te haz alejado de tu amiga, en caso de ser así reconoce tus errores y dedícale su tiempo. Una persona celosa por dentro está gritando que necesita atención y amor.
Emociones
Si te sientes celosa porque esa amiga está en otro ambiente sin ti, lo mejor es canalizar esa emoción: dibuja, sal con otros amigos. Tampoco sientas temor si esa persona conoce gente nueva... ¡a lo mejor se convierte en un integrante más del grupo!
Sin exclusividad
Para tener buenas relaciones sociales es mejor evitar el sentimiento de exclusividad o de pertenencia. Alégrate de las cosas buenas que le pasan a tus amigos y también, de que tengan un círculo social amplio. Disfruta de lo que tienes tú y de aquello que posee tu entorno.
Actividades
Planea actividades en las que puedan estar las tres amigas, como, por ejemplo: ir de compras, al cine o salir a comer. También puedes planear salidas individuales con cada una de ellas. Así podrás seguir compartiendo lo que tienes en común con cada una.
jueves, 4 de julio de 2013
Celos: detonante del feminicidio
L a historia y la literatura son ricas en ejemplos sobre los celos, que son expresión inequívoca de la inseguridad de la posesión: Otelo con la obsesión del Moro tiende a aborrecer el amor, su falta de sentido crítico le induce a prestar atención a las sutiles y premeditadas insinuaciones de Yago y su imaginación le crea una jaula en la que va a quedar prisionero como un implacable felino en su fiereza.
Gabrielle D Annuncio en el “Inocente” describe magistralmente la pasión de Tulio Hermill, que estremece al lector por el crimen que comete por su mucho amor.
El celoso de imaginación duda sin pruebas temiendo el engaño que zahiere su amor propio y dignidad; el celoso de los sentidos que supone o sabe, duda de la exclusiva posesión en el futuro y sufre de no poder olvidar lo que ha perdido, y más intensos son los celos del corazón que perdonan y siguen amando, decantando la conclusión que a cada temperamento le corresponde un tipo distinto de celos.
Los celos difieren en cada individuo, pues el temperamento y la experiencia nunca se equiparan. El que ama como Werther, la excepcional creación de Goethe, no puede tener celos análogos a los que aman como Don Juan; el inteligente, el tonto, el soberbio y vanidoso, el digno, el joven, el viejo celan de distinta manera, así cada celoso tiene los celos según su forma de amar.
Los celos del amante y del cónyuge son diferentes en profundidad, pues son muy distintos los egoísmos exaltados en celos por la seguridad de posesión. En el amante obra el amor propio, mientras que en el cónyuge prima el sentimiento de propiedad. La infidelidad revela al amante la desilusión de otro amor y le humilla admitir la desilusión amorosa del ser que aun sigue siendo el objeto de su propia ilusión; por el contrario, para el cónjuge la infidelidad representa un hurto en perjuicio de la posesión exclusiva y perenne pactada contractualmente en el matrimonio.
Ilustrativo para el lector es distinguir los celos de otras pasiones que le son parecidas; suele denominarse amor a varios sentimientos que tienen raíces instintivas diversas y no presentan un homogéneo contenido afectivo. Con la misma imprecisión se denominan celos a varias formas de egoísmo o de envidia; los niños, se dice, celan a sus hermanos cuando los suponen preferidos, los padres se celan entre sí cuando se concede a otros la confianza que cada uno ansiaría le estuviesen reservadas en exclusividad.
En el amor entre personas de distinto sexo los celos expresan pasión desequilibrada y casi siempre dramática y conmovedora.
La imaginación estructura los celos más trágicos; el celoso imaginativo construye absurdas quimeras que lo obsesionan, no teme lo que sabe, sino lo que ignora.
Cuando nacen los celos de imaginación sobre temperamentos perversos se convierten en un insaciable afán de hacer sufrir, en un verdadero sadismo sentimental. Los celos del que ama con los sentidos sufre la pasión de los celos bajo otra forma ya que objetiva las imágenes físicas de la infidelidad. En esta clase de celos tiene parte mayoritaria el sentimiento de propiedad que el amor propio.
El daño causado irrita más que el temor de la pérdida de reputación y, si no puede perdonar, debe dejar de amar pues seguirá atormentando a la persona que pretende seguir amando.
Cuando sólo se ama a sí mismo no puede seguir llamando amor a su vanidad, a su odio; el mal ajeno nunca fue remedio al dolor propio, pues se extraña la dignidad en los celos que no perdonan ni olvidan.
Por ello, la moral cristiana no es obsecuente cuando pregona que debe preferirse al celoso que sufre y perdona, al celoso que odia y mata. Hoy convivimos con horror el incremento espeluznante de casos de feminicidio en Bolivia, teniendo como causa o fundamento a los celosos imaginativos, cuyos celos son odio que ciega, vanidad que los convierte en verdugos y en víctimas.
Lo razonable a este inextricable tema seria que todo hombre sea digno y renuncie al amor de la persona cuya ilusión sentimental no ha podido preservar, por su acendrado machismo no superado y su afán de posesión, de lo contrario, está latente su potencialidad a la comisión de feminicidio.
Es un imperativo que la felicidad de los amantes se emancipe de los prejuicios egoístas que envenenan toda experiencia sentimental, obteniendo como corolario importantísimo que se debe respetar profundamente a la mujer y con convicción, al ser más importante de la creación, y ese respeto implica no agredirla ni con un pétalo de rosa… expresado coloquialmente.
miércoles, 19 de junio de 2013
Amar y celar no es lo mismo ¡contr0late!
Marcar límites, defender el territorio, reafirmar poder o demostrar amor. ¿Esas frases te dicen algo? ¿Podrían ser sinónimo de una palabra de cinco letras que te puede sonar familiar: celos? Sí, esa palabra que tiene connotaciones de dolor, angustia, ira y desaliento, entre otros sentimientos a veces destructivos, es la que hoy concita nuestra atención con la intención de ayudarte. Seguí leyendo.
Los sicólogos afirman que sentir celos es normal, lo que no es normal es que estos dominen tus acciones y destruyan la vida de pareja. En eso coincide la sicóloga Ana María Vega cuando afirma: “Los celos son una manifestación del ser humano ante una amenaza real o imaginaria de perder lo que ama, y eso no es malo, lo peligroso es la forma de manifestarlo”.
Lo que ocurre normalmente es que los celos se han asociado a cuestiones negativas, por eso nadie quiere aceptar que los siente o que los está experimentando. En realidad no hay nada de malo en sentirlos, hasta podría tener un resultado positivo transitar por esta emoción y reconocerla propia, como un ejercicio de autoconocimiento.
Tenés que entender que las relaciones de pareja no son igual a los cuentos de hadas, él no es tu “media naranja” ni tu “otra mitad”, sos una persona completa, individual, que decide compartir con alguien más; no vales más si alguien permanece a tu lado o vales menos si se aleja.
Si te celan, ¿te aman? O, si celas más, ¿amas más? No. Los celos, en formas distintas, se expresan con enojo, violencia o agresión; entonces, no son directamente proporcionales a cuánto amas o a cuánto te aman. Podés amar a alguien intensamente y no es necesario que los celos aparezcan.
Se pueden controlar
Si se evidencia que los celos te generan conflicto, angustia, ansiedad personal, además que es motivo de continuas discusiones, peleas, distanciamiento con la pareja, la familia o en el trabajo y con ello se deterioran las relaciones, es necesario buscar la ayuda profesional para identificar los motivos y el trasfondo de estos sentimientos, que a veces se remonta a la historia personal, una vida de invalidación, falta de afecto, inseguridad, inestabilidad emocional, desestructuración o violencia intrafamiliar, afirma la sicóloga Fanny Parrado.
Cuando se trabaja a nivel sicoterapéutico se enfatiza en fortalecer la autoestima del celoso, su seguridad, que reconozca sus capacidades, sus talentos, se valide, se estime, esa nueva actitud genera otro tipo de ver la relación con el o los otros.
Es mejor buscar ayuda profesional si te es difícil controlar tus celos, porque todo extremo es negativo. “Cuando ya es una conducta celotípica se convierte en una patología, acompañada de ansiedad, sentimientos de inseguridad, posesividad, miedo al abandono, ideas exageradas creadas por uno mismo, es muy difícil controlar un ataque de celos porque viene con mucha
sobrecarga emocional. Sería muy importante aprender a discriminar entre la mágica fantasía y la realidad, y tener mayor autocontrol emocional”, recomienda la sicóloga.
¿Cómo evitar los celos?
Hay otra cuestión que es tan o más importante que el romper la relación de forma directa y es que los celos pueden romper la relación de forma indirecta y llevar a tu pareja a la infelicidad y convertir lo que era una bonita relación a una de tensión basada en el rencor.
Pensá en las consecuencias. Una cosa es cómo evitar los celos y la otra cómo no tenerlos. Es normal que alguna vez puedas sentir celos, lo grave es cuando se vuelven enfermizos e incomodás a tu pareja. Podés incomodarte cuando sale con sus amigos pero no debe pasar de ahí. Tu inteligencia debe anteponerse a tu actitud primaria de recluir a tu pareja.
Confiá en tu par. ¿Se te había ocurrido? Es que algunas personas actúan como si su pareja les hubiera tocado en la lotería o en una rifa. ¿Acaso no la conoces? ¿Y si no te fiás de tu enamorado o esposo, por qué entonces estás con él?
CLAVES
Para controlar esos celos que te matan
1. Organiza. Haz una lista de los momentos en que sientes celos. Esto te permitirá detectar qué los origina y observar las situaciones de forma objetiva
2. Cambia de papeles. Cada vez que sientas celos, ponte en sus zapatos. Pregúntate si él tendría motivos para ponerse celoso si fueras tú la que estuviera viviendo la situación
3. Habla con él. No tengas miedo de compartir tus sentimientos con tu pareja. Decile las situaciones en las que te pones celosa, y que te hace sentir incómoda cuando se fija en el escote de tu amiga. Tal vez no deje de hacerlo, pero probablemente sea más discreto para evitar tu enojo
4. Realizá actividades sola. Salir con tus amigas te ayudará a despejar tu mente de sentimientos negativos. Hazlo cuando él salga con sus amigos y luego hablen de ello
5. Trabajá en tu autoestima. Cuando los celos se salen de control de maneras irracionales, el origen está en la autoestima. Sí, es verdad que los hombres tienden a ser infieles. Pero su infidelidad no tiene nada que ver con vos
Los sicólogos afirman que sentir celos es normal, lo que no es normal es que estos dominen tus acciones y destruyan la vida de pareja. En eso coincide la sicóloga Ana María Vega cuando afirma: “Los celos son una manifestación del ser humano ante una amenaza real o imaginaria de perder lo que ama, y eso no es malo, lo peligroso es la forma de manifestarlo”.
Lo que ocurre normalmente es que los celos se han asociado a cuestiones negativas, por eso nadie quiere aceptar que los siente o que los está experimentando. En realidad no hay nada de malo en sentirlos, hasta podría tener un resultado positivo transitar por esta emoción y reconocerla propia, como un ejercicio de autoconocimiento.
Tenés que entender que las relaciones de pareja no son igual a los cuentos de hadas, él no es tu “media naranja” ni tu “otra mitad”, sos una persona completa, individual, que decide compartir con alguien más; no vales más si alguien permanece a tu lado o vales menos si se aleja.
Si te celan, ¿te aman? O, si celas más, ¿amas más? No. Los celos, en formas distintas, se expresan con enojo, violencia o agresión; entonces, no son directamente proporcionales a cuánto amas o a cuánto te aman. Podés amar a alguien intensamente y no es necesario que los celos aparezcan.
Se pueden controlar
Si se evidencia que los celos te generan conflicto, angustia, ansiedad personal, además que es motivo de continuas discusiones, peleas, distanciamiento con la pareja, la familia o en el trabajo y con ello se deterioran las relaciones, es necesario buscar la ayuda profesional para identificar los motivos y el trasfondo de estos sentimientos, que a veces se remonta a la historia personal, una vida de invalidación, falta de afecto, inseguridad, inestabilidad emocional, desestructuración o violencia intrafamiliar, afirma la sicóloga Fanny Parrado.
Cuando se trabaja a nivel sicoterapéutico se enfatiza en fortalecer la autoestima del celoso, su seguridad, que reconozca sus capacidades, sus talentos, se valide, se estime, esa nueva actitud genera otro tipo de ver la relación con el o los otros.
Es mejor buscar ayuda profesional si te es difícil controlar tus celos, porque todo extremo es negativo. “Cuando ya es una conducta celotípica se convierte en una patología, acompañada de ansiedad, sentimientos de inseguridad, posesividad, miedo al abandono, ideas exageradas creadas por uno mismo, es muy difícil controlar un ataque de celos porque viene con mucha
sobrecarga emocional. Sería muy importante aprender a discriminar entre la mágica fantasía y la realidad, y tener mayor autocontrol emocional”, recomienda la sicóloga.
¿Cómo evitar los celos?
Hay otra cuestión que es tan o más importante que el romper la relación de forma directa y es que los celos pueden romper la relación de forma indirecta y llevar a tu pareja a la infelicidad y convertir lo que era una bonita relación a una de tensión basada en el rencor.
Pensá en las consecuencias. Una cosa es cómo evitar los celos y la otra cómo no tenerlos. Es normal que alguna vez puedas sentir celos, lo grave es cuando se vuelven enfermizos e incomodás a tu pareja. Podés incomodarte cuando sale con sus amigos pero no debe pasar de ahí. Tu inteligencia debe anteponerse a tu actitud primaria de recluir a tu pareja.
Confiá en tu par. ¿Se te había ocurrido? Es que algunas personas actúan como si su pareja les hubiera tocado en la lotería o en una rifa. ¿Acaso no la conoces? ¿Y si no te fiás de tu enamorado o esposo, por qué entonces estás con él?
CLAVES
Para controlar esos celos que te matan
1. Organiza. Haz una lista de los momentos en que sientes celos. Esto te permitirá detectar qué los origina y observar las situaciones de forma objetiva
2. Cambia de papeles. Cada vez que sientas celos, ponte en sus zapatos. Pregúntate si él tendría motivos para ponerse celoso si fueras tú la que estuviera viviendo la situación
3. Habla con él. No tengas miedo de compartir tus sentimientos con tu pareja. Decile las situaciones en las que te pones celosa, y que te hace sentir incómoda cuando se fija en el escote de tu amiga. Tal vez no deje de hacerlo, pero probablemente sea más discreto para evitar tu enojo
4. Realizá actividades sola. Salir con tus amigas te ayudará a despejar tu mente de sentimientos negativos. Hazlo cuando él salga con sus amigos y luego hablen de ello
5. Trabajá en tu autoestima. Cuando los celos se salen de control de maneras irracionales, el origen está en la autoestima. Sí, es verdad que los hombres tienden a ser infieles. Pero su infidelidad no tiene nada que ver con vos
viernes, 31 de mayo de 2013
Tarijeños que llegan a extraños niveles motivados por los celos
En Tarija se atribuye el comportamiento celoso a las mujeres más que a los hombres, según testimonios de algunos entrevistados, sin embargo los hombres también son víctimas de éste tan adverso sentimiento y ambos géneros muchas veces llevan su comportamiento a niveles irracionales justificando con los celos procederes de lo más extraños.
Ramiro es un brillante profesional con un cargo administrativo interesante en una institución pública de Tarija, él y su esposa llevan casados algo más de 13 años. Ramiro se considera una persona tranquila más pendiente de su trabajo que de la vida social, sin embargo su esposa es más “dicharachera”, ella disfruta de salir con las amigas y esto despierta sus celos, no sólo porque ella podría tener un galán más entretenido sino que además, aún cuando no lo admite, admira y envidia el carisma de su mujer.
Por mucho tiempo se quejó con la suegra sobre la conducta de su esposa pero la anciana se mortificaba demasiado por lo que sus cuñadas le pidieron que evitara sus rumores. Alejado de su única fuente de desahogo, Ramiro recurrió a una curiosa estrategia, cuando su esposa llegó a casa después de una fiesta y quedando profundamente dormida le cortó un muy reducido flequillo para que ésta dejara de salir tan seguido al menos hasta que le crezca nuevamente el cabello.
Poseer y no perder
La psicóloga Alma Luz Forte, explica que los celos tiene que ver con la necesidad que tiene el ser humano de poseer y del temor a perder, es decir que se expresa en situaciones de que la persona identifica que tiene la posibilidad de perder algo que es querido.
Estos surgen sobre todo en las relaciones de pareja aunque también reconoce que existen otros ámbitos, donde los celos podrían interpretarse como un estímulo positivo como cuando éste mantiene la expectativa haciéndonos reaccionar para mejorar el lugar y situación que ocupamos en un ámbito laboral, por ejemplo.
En este sentido los celos no siempre son negativos siempre y cuando mantenga a la persona alerta ante esta situación de pérdida y a que el individuo elabore una respuesta o estrategia que demande la atención de la otra persona o que le permita tener más cuidado en su lugar de trabajo, este sentimiento podría ser positivo, afirmó la experta.
Ellas y ellos celan distinto
Un estudio realizado sobre los celos y las manifestaciones que tiene entre hombres y mujeres, precisa que aquello que aviva los celos cambia según el género ya que a las mujeres las atormentan más las características físicas del rival y a los hombres lo vinculado al poder y al estatus social, además esta emoción que algunos consideran negativa para otros es el condimento esencial de una gran pasión.
No obstante para la psicóloga, Alma Luz Forte, los celos son una emoción universal que supera a la cuestión de género, sin embargo todo el aspecto cultural que rodea a la persona, en esas construcciones de ser mujer o de ser hombre, socialmente se atribuye que la mujer es celosa pero el hombre también sufre los celos.
“Mucho depende la persona y no del género, la capacidad de manejarlos, interpretarlos y utilizarlos de manera positiva, o incluso de forma negativa, para lograr un desarrollo personal y para la estabilidad del vínculo o la relación que se tiene es cuestión de cada uno”, dijo.
Dramatismo
Sin embargo los celos manifestados con dramatismo pueden pasar la línea de lo que sería un comportamiento normal. Así le sucedió a Norma, de 23 años de edad, que el pasado fin de semana, noche de luna llena en Tarija, salió con algunas amigas a una discoteca donde vio a su ex pareja, de la que está separada poco más de 2 años, bailando alegremente con una amiga y acompañado de un grupo de amigos suyos que ella misma había presentado a su antigua pareja.
La situación la trastornó totalmente, no sólo su ex se la estaba pasando bien sino que su amiga lo acompañaba y sus amigos que eran “sólo de ella” compartían la velada con su ex pareja. “Sólo pude pensar que era una traición”, dijo. En un arrebato irracional se abrió paso en la pista de baile y apartó a su ex ordenándole que saliera por delante de ella, sus propias amigas y el grupo presente se quedaron mudos sin poder tranquilizarla.
¡Estoy bien, no bebí nada, traición, traición! repetía Norma, mientras propinaba golpes a diestra y siniestra. Pasado el hecho no pudo más que reconocer que se había extralimitado, pidió las disculpas del caso y asegura que estará en recogimiento hasta dilucidar sus pensamientos.
Reconocemos que somos celosos y también pensamos que no lo podemos controlar o lo justificamos-aclaró la psicóloga, “soy así, soy celosa y listo” afirmamos y en el tiempo podemos sostener una relación dolorosa basada en peleas donde se termina y se vuelve. La manera de darte cuenta y salir saludablemente de eso es analizarte en esos aspectos del comportamiento y pensamientos celosos, tiene mucho que ver con la autoestima de cada individuo y en que se valore a sí mismo, dijo.
¿Cómo superarlo?
Debemos tener en claro que los celos son absolutamente normales sin embargo si los celos son dañinos y si esto no se supera siempre estará afectando negativamente la relación que fuera, explicó la experta.
“Generalmente en el individuo sucede, si no es dentro de un proceso terapéutico que podría ser lo ideal, que se aprende la lección y la experiencia cuando se perdió una relación importante y con el tiempo uno se da cuenta que fueron los celos, las acciones y pensamientos lo que nos llevó a la ruptura”, aclaró.
Recomendó hacer una introspección para tratar de entender el comportamiento ya que esta emoción está muy ligada a un pensamiento o una acción. “Si me reconozco como una persona celosa analizarme y mirar que la expresión de esos celos no dañen mis relaciones vinculares en la amistad, en la relación de pareja y en la relación laboral porque cuando mis celos están entorpeciendo mi vida cotidiana y los vínculos que tengo entonces es necesario prestarles atención”, dijo.
Violencia por celos
Muchos de los casos de denuncia referidos a la violencia contra la mujer son a causa de los celos según informes de la dirección de Género Generacional de la Alcaldía Municipal, más aún cuando el excesivo consumo del alcohol torna este sentimiento en una manifestación violenta.
Éste es el caso de Celia Ortega de 52 años de edad, víctima de maltrato físico por parte de su esposo, Carmelo Avendaño de 62 años de edad, un hombre que justifica su accionar violento por los celos, mismos que transfiere incluso a los policías, que ante el disturbio, acuden a ayudar a su mujer, el hombre perturbado por los celos considera que con alguno de éstos su esposa mantendría alguna relación amorosa.
El pasado miércoles 29 de mayo, un ex coronel jubilado de la policía boliviana, de aproximadamente 78 años de edad, enceguecido por los celos amenazaba de muerte a su pareja de 38 años de edad, persiguiéndola con una pistola en plena vía pública del barrio Méndez Arco.
La psicóloga, Alma Luz Forte, asegura que los celos llevados a extremos causan una pérdida del sentido de lo que es correcto o incorrecto y pueden inducir a hacer daño.
“Los celos no dejan de ser una emoción y la emoción supera la razón, en este sentido cuando el sujeto se comporta de manera emocional no tiene objetividad en lo que hace y pierde la conciencia sobre las consecuencias de sus acciones, llegando a casos dramáticos o fuertes dónde las consecuencias son terribles y pueden llevar a ocasionar mucho daño a la otra persona, incluso la muerte”, dijo.
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