Probablemente tu cita en persona real no sea lo mismo que te imaginaste cuando el contacto era virtual, pero tal vez sea mucho mejor de lo que esperabas. Acá unos consejos de una experta terapeuta de pareja para que encares bien predispuesta el momento de la verdad.
Se conocieron por Tinder (una aplicación para encontrar pareja). Hubo chats hasta altas horas de la madrugada y llegó el momento de que la virtualidad le dé paso a la realidad. Está por tocar el timbre y todo tiene otra fuerza ahora que lo estás por conocer en vivo: el cuerpo al galope, la ansiedad incontrolable, no sabes qué ponerte ni cómo actuar.
¿Qué hacer frente a la expectativa de los primeros encuentros? La expectativa es ansiosa por definición. El pensamiento de anticipación nos abre siempre un abanico de posibilidades que están fuera de nuestro control, por lo tanto, nuestro cerebro imagina escenarios y eso genera ansiedad. Por eso, lo ideal es que puedas manejar el nivel de expectativas, para que esas locas ganas de estar con alguien no terminen jugando en tu contra:
LA ILUSIÓN MÁGICA
Dominadas por las ganas de que esta vez funcione, muchas mujeres salen en sus primeras citas al encuentro del hombre de su vida. Expectativa desmedida en más de un sentido: ¿existe la persona ideal?, ¿no será meterle presión al otro y a la salida?
Cuando la ilusión copa todo, lo que encuentres en la realidad te va a dejar gusto a poco. O bien, la ceguera de las ganas te va a impedir ver algunos datos que son interesantes de registrar en las primeras citas. Porque la ilusión mágica del enamoramiento te hace entrar en una suerte de hipnosis y no puedes ver nada negativo. ¿Sabías que en nuestro cerebro se inactivan áreas que tienen que ver con el pensamiento crítico cuando nos enamoramos?
ÁBRETE A LO NUEVO
Una terrible leyenda de la mitología griega contaba que Procusto tenía una cama de hierro y, cuando los viajeros llegaban a dormir a su posada, los “estiraba” si eran petisos o los “serruchaba” si eran muy altos para que pudieran entrar. No hagas lo mismo: el ideal de pareja que tienes armado en la cabeza te puede llevar a descartar posibilidades porque no “encajan” con tus preconceptos de lo que quieres de una relación o de un hombre.
Quizá jamás en tu mente te habías imaginado estar con alguien separado con hijos y, de pronto, descubres que, justamente por eso, estás con alguien menos narcisista, más responsable y comprometido. O habías pensado en alguien con mucho dinero y te termina seduciendo su visión más austera y simple de la vida. La realidad puede ser infinitamente más rica que todo lo que armaste en tu cabeza.
NO PEQUES DE ANSIOSA
Tu ansiedad por saber cómo va a seguir lo que acaba de empezar te puede jugar una mala pasada. El otro puede sentir la presión y asustarse de tu control y tus constantes demandas. Quizá la relación tenga posibilidades, pero a nadie le gusta ser etiquetado y tener que poner “nombre” al vínculo que se está generando en unos pocos encuentros.
Soltar el control es algo que escuchamos siempre y no sabemos muy bien cómo hacerlo. Simplemente se trata de renunciar a la omnipotencia de querer hacer que el amor suceda con algunos pases mágicos.
Hay que saber esperar que las situaciones te conduzcan hasta donde deben hacerlo, pero también es importante recordar que el amor es una construcción, que lleva tiempo de cocción y que todo lo que hagas por acelerarlo puede acabar por hacerte sacar el pastel crudo y arruinarlo.
Y lo lindo, quizá lo más lindo, es mirar a través de la puerta del horno cómo va creciendo y paladearlo mientras te regala su aroma.
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