Consejos para las parejas, como actuar en infidelidad, noviazgo y mucho amor
viernes, 6 de noviembre de 2015
¿Cómo detectar a un hombre histérico?
Hay que tomar en cuenta que no todos son iguales, pero existe un grupo de hombres histéricos con características comunes. Aprenda cómo detectar a un hombre histérico a tiempo y ¡no caiga en sus redes! Si dice o hace algunas de estas cosas, ¡empiece a correr! Si le dice que no, no va a parar hasta que le preste atención, pero si le dices que sí, no le vuelve a llamar, le habla por el WhatsApp todo un día entero y cuando lo saluda en la calle no le responde, los mensajes que le envía, los responde con emoticones, pero no dice más nada, le pone me gusta en todo lo que sube a las redes sociales, luego cuando le habla no le responde, en las fiestas le piropea toda la noche, baila solo con usted, pero se va temprano. Si de su boca salió un "no sos vos, soy yo" o su chico es demasiado vueltero para concretar una salida, ¡Corra! Está ante un hombre histérico y todavía está a tiempo de salvarse.
Problemas conyugales afectan más a mujeres
A pesar de que tener problemas en la relación de pareja afecta por igual a las esposas y a sus maridos, según una nueva investigación de la Universidad de Rutgers (EEUU) ellas sufren mucho más que ellos. El estudio ha sido publicado en la revista The Journal of Gerontology: Social Sciences. Para su investigación, los expertos contaron con la participación de 722 parejas mayores (procedentes del Panel Study of Income Dynamics de 2009) que llevaban casadas una media de 39 años y donde los cónyuges tenían al menos 50 años de edad. El objetivo del estudio era ver de qué forma el funcionamiento de la pareja afecta individualmente a cada uno de ellos, midiendo emociones como la tristeza, la preocupación y la frustración.
El examen de todo el periodo de seguimiento del estudio reveló que las mujeres mostraban niveles significativamente más altos de tristeza, de frustración y de preocupación./Agencias
El examen de todo el periodo de seguimiento del estudio reveló que las mujeres mostraban niveles significativamente más altos de tristeza, de frustración y de preocupación./Agencias
Pros y contras de las parejas multiétnicas
Cada vez hay más personas que deciden unir sus vidas con un hombre o mujer de otra nacionalidad, dejando de lado los prejuicios, sin embargo, en este tipo de pareja también existen pros y contras.
Pros
Se expanden los horizontes. El psicólogo Yohnny Ledezma indicó que "para las personas que tienen la mente abierta tiene una enorme ventaja, porque aprenden de las costumbres y creencias de su pareja, además degustan nuevos alimentos. "Esto lleva a ver la sociedad desde otra óptica que enriquece a la pareja en conocimiento, sabiduría, valores, entre otras cosas", agregó.
Tolerante. La sexóloga Carolina Rivero señaló que la unión de parejas de otra nacionalidad “da una percepción de que él o ella es más tolerante, no tiene perjuicio en cuanto a la raza”, apuntó.
¿Tendrán hijos inteligentes?. "Todos nacemos con las mismas capacidades, la diferencia está en que cada cultura explota de diferentes formas las capacidades y las habilidades de los hijos", comentó Ledezma. Asimismo, apuntó que conocer diferentes culturas "da la posibilidad de mayor conocimiento".
Contra
Discusiones. En los momentos de crisis en la relación afloran las diferencias, debido a que cuando la pareja discute utilizará como mecanismo de defensa algún rasgo de la cultura, coincidieron los expertos.
La familia no acepta La sexóloga mencionó que los prejuicios de una o de ambas familias de la pareja “son una traba muy grande, más aún por la diferencia de religión y cultura”.
Se expanden los horizontes de pasión. "Probablemente sí. Algunos dicen que los alemanes son personas frías, pero esto no es cierto, porque puede conocer alguna persona de ese país que sea muy cariñosa, sucede lo mismo cuando dicen que las latinas son fogosas", sostuvo la experta.
Pros
Se expanden los horizontes. El psicólogo Yohnny Ledezma indicó que "para las personas que tienen la mente abierta tiene una enorme ventaja, porque aprenden de las costumbres y creencias de su pareja, además degustan nuevos alimentos. "Esto lleva a ver la sociedad desde otra óptica que enriquece a la pareja en conocimiento, sabiduría, valores, entre otras cosas", agregó.
Tolerante. La sexóloga Carolina Rivero señaló que la unión de parejas de otra nacionalidad “da una percepción de que él o ella es más tolerante, no tiene perjuicio en cuanto a la raza”, apuntó.
¿Tendrán hijos inteligentes?. "Todos nacemos con las mismas capacidades, la diferencia está en que cada cultura explota de diferentes formas las capacidades y las habilidades de los hijos", comentó Ledezma. Asimismo, apuntó que conocer diferentes culturas "da la posibilidad de mayor conocimiento".
Contra
Discusiones. En los momentos de crisis en la relación afloran las diferencias, debido a que cuando la pareja discute utilizará como mecanismo de defensa algún rasgo de la cultura, coincidieron los expertos.
La familia no acepta La sexóloga mencionó que los prejuicios de una o de ambas familias de la pareja “son una traba muy grande, más aún por la diferencia de religión y cultura”.
Se expanden los horizontes de pasión. "Probablemente sí. Algunos dicen que los alemanes son personas frías, pero esto no es cierto, porque puede conocer alguna persona de ese país que sea muy cariñosa, sucede lo mismo cuando dicen que las latinas son fogosas", sostuvo la experta.
Conozca la razón por la que uno se sonroja
Sonrojarse es un estímulo que no controla y que le ocurre, generalmente, en situaciones en las que no se encuentra cómoda o en las que siente vergüenza por alguna razón. ¿Sabe cuál es el mecanismo físico que se esconde tras este hecho? Al estar en una situación de alerta, su cuerpo suelta al torrente sanguíneo una hormona llamada adrenalina, que tiene la función de incrementar su atención para que reaccione rápidamente. Como consecuencia, aumenta el latido del corazón, la presión sanguínea y la temperatura corporal. Al mismo tiempo, se desacelera la actividad digestiva. A partir de ahí, se da la situación ideal para que se sonroje. La propia adrenalina que produce todo lo anterior, también tiene otros efectos en su cuerpo. Uno de los que provoca que se ponga colorada es el de dilatar los vasos sanguíneos. Cuando esto ocurre, se concentra una mayor cantidad de sangre y, por consiguiente pueden aparecer las mejillas coloradas. Pero no todos se sonrojan, por un lado está el hecho psicológico de lo que a cada cual le hace sentir vergüenza. Y por otro, no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera.
jueves, 5 de noviembre de 2015
Historias de amor y odio
Cuando llegan a mi consultorio, ellos se muestran fríos, dejando ver la distancia que les separa. Peor aún, cuando comienzan a hablar se puede apreciar el resentimiento y el rencor que subyace a sus palabras, se suceden las críticas, los reproches que abren un abismo entre ellos. No se escuchan, se interrumpen con acusaciones.
Este es el último intento, manifiestan al final. Sin embargo su mirada está más enfocada en la separación que en el encuentro. Al oírlos me cuesta creer que alguna vez esa pareja se haya querido. Cada uno aparece ante el otro desdibujado, despojado de las cualidades que un día fueron reconocidas y valoradas.
“Desde el principio había mucha atracción física entre nosotros, era como un imán que nos atraía irremisiblemente. Cada vez que coincidíamos y nos encontrábamos sentíamos alegría de vernos de nuevo, hasta que un día nos dejamos llevar por la pasión y comenzamos nuestra historia de amor. Me gustaba todo de él”, dice Marina con los ojos brillantes.
“Yo la veía como la mujer más especial que había conocido en mi vida”, añade Carlos sin apenas mirarla, como queriendo recrearse en aquellos sentimientos de tiempo atrás.
Esta historia se repite en las conversaciones entre amigos, en las consultas de los psicólogos. El amor puede tornarse en odio cuando no se cuida. En estudios científicos, entre los que destacan las investigaciones de Sterberg, se observó que el odio no podía ser entendido sin el amor ya que ambos se encuentran estrechamente relacionados debido a la similitud de sus componentes.
La teoría triangular del amor sostiene que en el amor subyacen tres componentes:
La intimidad, la pasión y la decisión, y compromiso. Estos componentes no son estáticos, están en constante interacción entre ellos lo que da como resultado los siete tipos de amor: cariño, encaprichamiento, amor vacío, romántico, sociable, fatuo y consumado.
Por otra parte, la teoría triangular del odio es justo lo opuesto de los mismos componentes. Negación de la intimidad, que busca la desvinculación emocional y se alimenta del rechazo; pasión en el odio en forma de furia y compromiso en el odio, que devalúa a la persona para justificar el abandono.
También las neurociencias han obtenido resultados que ayudan a comprender mejor por qué es tan fácil pasar del amor al odio. Desde un punto de vista biológico, el odio activa numerosas áreas cerebrales y muchas regiones que se activan cuando se odia son las mismas que cuando se está enamorado.
El odio se gesta con las pequeñas cosas que dejamos sin resolver adecuadamente, como ocurre en el caso de nuestra pareja, y va creando círculos de fuego en los que muchas veces acabamos quemándonos. Comenzamos a echar leña al fuego cuando no se cumplen nuestras expectativas respecto a lo que esperamos de las personas amadas y comenzamos a acumular quejas.
El desamor llega con la negación de todo lo que habíamos pensado e imaginado del otro, dejamos de valorar y apreciar sus cualidades y desdibujamos en nosotros la imagen de ese ser único y diferente del que nos enamoramos.
En este proceso suelen haber al principio muchos intentos de tapar o justificar el dolor que produce la decepción. Sin embargo, conforme avanza la vivencia de desencuentro, se convierte la relación en un gran punto negro, desde el que solamente se ve lo negativo. Llegados a este punto, ya está instalado el odio en nuestro corazón e instaurado el mecanismo de proyección desde el que culpamos al otro de nuestro sufrimiento y le odiamos, porque deja al desnudo nuestras debilidades, nuestra dependencia y nuestra inseguridad.
Las personas más vulnerables a albergar sentimientos de odio son aquellas que tienen baja autoestima, porque se sienten atacadas más fácilmente que las personas seguras de sí mismas. La inseguridad que domina en las personas con una autoestima devaluada, unida a las comparaciones, los sentimientos de inferioridad, la baja tolerancia a la frustración, el miedo, los complejos y la intolerancia, impiden que canalicen de forma adecuada sus emociones por lo que son fuentes generadoras de odio en sus relaciones personales y sociales.
El odio corroe a quien lo siente; mina el estado anímico y puede llegar incluso a derivar en problemas de salud como el insomnio, el estrés, la ansiedad o la depresión y debilita considerablemente el sistema inmunológico.
El odio igual que el amor supone una “instalación”. Cuando dejamos de estar instalados en el odio, recuperamos nuestra capacidad para ver al otro en toda su dimensión, y podemos proyectarnos desde el sentimiento amoroso que favorece el encuentro.
Este es el último intento, manifiestan al final. Sin embargo su mirada está más enfocada en la separación que en el encuentro. Al oírlos me cuesta creer que alguna vez esa pareja se haya querido. Cada uno aparece ante el otro desdibujado, despojado de las cualidades que un día fueron reconocidas y valoradas.
“Desde el principio había mucha atracción física entre nosotros, era como un imán que nos atraía irremisiblemente. Cada vez que coincidíamos y nos encontrábamos sentíamos alegría de vernos de nuevo, hasta que un día nos dejamos llevar por la pasión y comenzamos nuestra historia de amor. Me gustaba todo de él”, dice Marina con los ojos brillantes.
“Yo la veía como la mujer más especial que había conocido en mi vida”, añade Carlos sin apenas mirarla, como queriendo recrearse en aquellos sentimientos de tiempo atrás.
Esta historia se repite en las conversaciones entre amigos, en las consultas de los psicólogos. El amor puede tornarse en odio cuando no se cuida. En estudios científicos, entre los que destacan las investigaciones de Sterberg, se observó que el odio no podía ser entendido sin el amor ya que ambos se encuentran estrechamente relacionados debido a la similitud de sus componentes.
La teoría triangular del amor sostiene que en el amor subyacen tres componentes:
La intimidad, la pasión y la decisión, y compromiso. Estos componentes no son estáticos, están en constante interacción entre ellos lo que da como resultado los siete tipos de amor: cariño, encaprichamiento, amor vacío, romántico, sociable, fatuo y consumado.
Por otra parte, la teoría triangular del odio es justo lo opuesto de los mismos componentes. Negación de la intimidad, que busca la desvinculación emocional y se alimenta del rechazo; pasión en el odio en forma de furia y compromiso en el odio, que devalúa a la persona para justificar el abandono.
También las neurociencias han obtenido resultados que ayudan a comprender mejor por qué es tan fácil pasar del amor al odio. Desde un punto de vista biológico, el odio activa numerosas áreas cerebrales y muchas regiones que se activan cuando se odia son las mismas que cuando se está enamorado.
El odio se gesta con las pequeñas cosas que dejamos sin resolver adecuadamente, como ocurre en el caso de nuestra pareja, y va creando círculos de fuego en los que muchas veces acabamos quemándonos. Comenzamos a echar leña al fuego cuando no se cumplen nuestras expectativas respecto a lo que esperamos de las personas amadas y comenzamos a acumular quejas.
El desamor llega con la negación de todo lo que habíamos pensado e imaginado del otro, dejamos de valorar y apreciar sus cualidades y desdibujamos en nosotros la imagen de ese ser único y diferente del que nos enamoramos.
En este proceso suelen haber al principio muchos intentos de tapar o justificar el dolor que produce la decepción. Sin embargo, conforme avanza la vivencia de desencuentro, se convierte la relación en un gran punto negro, desde el que solamente se ve lo negativo. Llegados a este punto, ya está instalado el odio en nuestro corazón e instaurado el mecanismo de proyección desde el que culpamos al otro de nuestro sufrimiento y le odiamos, porque deja al desnudo nuestras debilidades, nuestra dependencia y nuestra inseguridad.
Las personas más vulnerables a albergar sentimientos de odio son aquellas que tienen baja autoestima, porque se sienten atacadas más fácilmente que las personas seguras de sí mismas. La inseguridad que domina en las personas con una autoestima devaluada, unida a las comparaciones, los sentimientos de inferioridad, la baja tolerancia a la frustración, el miedo, los complejos y la intolerancia, impiden que canalicen de forma adecuada sus emociones por lo que son fuentes generadoras de odio en sus relaciones personales y sociales.
El odio corroe a quien lo siente; mina el estado anímico y puede llegar incluso a derivar en problemas de salud como el insomnio, el estrés, la ansiedad o la depresión y debilita considerablemente el sistema inmunológico.
El odio igual que el amor supone una “instalación”. Cuando dejamos de estar instalados en el odio, recuperamos nuestra capacidad para ver al otro en toda su dimensión, y podemos proyectarnos desde el sentimiento amoroso que favorece el encuentro.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
‘Porno’ en pareja
Ver porno en pareja es sano. Un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior ha concluido que las parejas que ven porno juntas están más comprometidas y satisfechas sexualmente. Compartir una experiencia sexual en conjunto, en lugar de hacerlo en secreto, contribuye a mejorar la comunicación de la pareja.
Cerca de un cuarto de los hombres y mujeres entrevistados ha declarado que la pornografía los ha empujado a experimentar más en la cama, y más del 20% ha reconocido que les ha influido a la hora de expresar más a menudo y más claramente sus propios deseos y fantasías.
Según otro estudio noruego, cuando una persona recurre habitualmente al porno cuando está solo, las disfunciones sexuales en pareja son más frecuentes. Cuando lo ven con el otro, en cambio, los problemas en la cama son bastante más raros.
¿Soluciones?
Algunos expertos dicen que ver porno puede incluso solucionar ciertos problemas sexuales en la relación, ya que puede ayudar a que regrese el deseo entre ambos.
Tras leer esto, es muy probable que pienses: “sí, es bueno, pero mi novia no ve porno”. Pues seguramente te equivocas.
Aunque es cierto, e incluso obvio, que los hombres miran más pornografía, el aumento de mujeres que la consumen es cada vez más notable.
Un reciente estudio francés revela que el 82% de las entrevistadas ha visto alguna vez una película X, y que el 18% las ve regularmente. Por tanto, empieza a asumir que tu chica también consume o ha consumido porno alguna vez. ¡No es solo cosa de hombres!
Mirar pornografía es algo que gran parte de la población realiza de forma permanente, independiente si estás soltero o no, muchos hombres y mujeres sucumben ante este tipo de escenas un tanto “hot” que podemos encontrar de forma regular en la web.
Sin embargo, si estás en pareja y realizas esta práctica de forma solitaria, nunca te has preguntado ¿por qué no ver pornografía con la persona que amas y así experimentar sensaciones en conjunto con tu enamorado (a)?.
Si existe esa confianza no hay que privarse de ver algo con tu compañero (a), imágenes que pueden ser de porno gay, posporno, porno hétero clásico, porno antiguo. Sea como sea y de la época que sea, lo importante es atreverse a abrir un link en conjunto y disfrutar de este arte amatorio plasmado en un filme erótico.
Lazo sexual
Junto con generar un mayor lazo sexual, un estudio reciente publicado en “The Journal of Sex and Marital Therapy” que fue realizado por Kevin Alderson y Marley Resch, dos sexólogos canadienses, arrojó que las parejas que ven porno unidas, permanecen unidas por mucho más tiempo.
Además la investigación arrojó que las personas que miran películas sexuales en conjunto tienden a tener relaciones más satisfactorias y más duraderas. ¿Por qué? La razón principal de ello es porque hablan más y son honestas. El ocultamiento y la vergüenza nunca fueron buenos socios del amor/deseo, es lo que afirman los expertos a la revista femenina Entre Mujeres.
Asimismo, los expertos sostienen que el sexo necesita de variantes y en una era de estímulos visuales, las películas porno para mirar en pareja son una excelente opción al minuto de encender la pasión y lujuria. Del mismo modo, el doctor Walter Ghedin explica que: “Los sexólogos sabemos que el contacto cuerpo a cuerpo, el complacerse mutuamente, darle importancia al juego erótico y las fantasías siguen siendo las fuentes de placer más importantes, no obstante hay que saber adaptarse a los tiempos que vivimos e incorporar nuevos recursos, y entre ellos está el cine “hot””
Y aunque las películas porno no son una novedad, tiempo atrás eran patrimonio casi exclusivo del público masculino, tanto hétero como gay. Sin embargo, hoy son ellas las que han sucumbido a esta práctica y han incorporado a las relaciones nuevos fetiches que vienen a encender la relación en la intimidad.
Las mujeres gustan de películas que incorporen algo de su propia mirada sobre el sexo: varones y mujeres más cercanos a la realidad, no quedarse en un rol sumiso, sugerir antes que mostrar. A los dos les estimula el juego previo y hasta la misma excitación. Algunas serán más visuales y ya con la misma imagen quedarán excitadas, para otras será la antesala para el disfrute con el compañero o la compañera sexual, es lo que señalan los expertos en su estudio.
Ambos miembros de la pareja pueden enriquecer el sexo con el aporte del porno, la clave para el éxito es elegir aquellas películas que combinen sexo, erotismo, y un rol femenino que no sea la típica mujer que el hombre dispone según su gusto. Hoy es posible encontrar parejas que eligen el material que van a ver, aceptan sugerencias y hasta filman su propia película casera.
Los tiempos cambian para mejor, no hay que asustarse, ver porno en pareja no mata neuronas sino que todo lo contrario, las estimula. Tampoco supone una conducta transgresora ni que se está perdiendo el deseo. El sexo necesita incorporar novedades. Pero no olvidemos que el encuentro entre los cuerpos y la imaginación son esenciales.
ALGUNAS DE LAS VENTAJAS Y REGLAS
Aumento de la compenetración. Compartir esta experiencia nos va a estimular tanto mental como físicamente. Nos va a proporcionar además una complicidad especial, como dos personas que comparten un secreto íntimo. Esto no se trata de ver a gente desnuda en una pantalla, sino de compartir una experiencia.
Evita las comparaciones. Los actores y actrices porno son por regla general auténticos dioses del sexo con cuerpos perfectos. Intentar que tu vida sexual se parezca a una película porno, en la que se suele cuidar cada ángulo de cámara o niveles de iluminación, es un error. Pese a que el sexo en pantalla es real, no deja de ser una ficción.
Aprender juntos. No existe una tendencia sexual, por extraña que nos parezca, que no tenga su representación en las películas para adultos. Investigar entre los distintos géneros con tu pareja puede hacer que descubramos juntos nuestro nuevo fetiche o práctica de la que hasta ahora no teníamos ni idea. Experimentar en la cama, siempre que sea consensuado, nos va a reportar un montón de ventajas y nuevas experiencias.
Elegir también porno dirigido por mujeres. Como ya se sabe, la mayoría de vídeos porno está dirigido por y para hombres, y la tendencia es que la mujer sea tratada como un objeto. Pero, existe una nueva generación de directoras que están dando visibilidad a las apetencias y fantasías de las mujeres. Ver esta clase de porno junto a tu hombre le abrirá los ojos a tus exigencias y realidades.
Cerca de un cuarto de los hombres y mujeres entrevistados ha declarado que la pornografía los ha empujado a experimentar más en la cama, y más del 20% ha reconocido que les ha influido a la hora de expresar más a menudo y más claramente sus propios deseos y fantasías.
Según otro estudio noruego, cuando una persona recurre habitualmente al porno cuando está solo, las disfunciones sexuales en pareja son más frecuentes. Cuando lo ven con el otro, en cambio, los problemas en la cama son bastante más raros.
¿Soluciones?
Algunos expertos dicen que ver porno puede incluso solucionar ciertos problemas sexuales en la relación, ya que puede ayudar a que regrese el deseo entre ambos.
Tras leer esto, es muy probable que pienses: “sí, es bueno, pero mi novia no ve porno”. Pues seguramente te equivocas.
Aunque es cierto, e incluso obvio, que los hombres miran más pornografía, el aumento de mujeres que la consumen es cada vez más notable.
Un reciente estudio francés revela que el 82% de las entrevistadas ha visto alguna vez una película X, y que el 18% las ve regularmente. Por tanto, empieza a asumir que tu chica también consume o ha consumido porno alguna vez. ¡No es solo cosa de hombres!
Mirar pornografía es algo que gran parte de la población realiza de forma permanente, independiente si estás soltero o no, muchos hombres y mujeres sucumben ante este tipo de escenas un tanto “hot” que podemos encontrar de forma regular en la web.
Sin embargo, si estás en pareja y realizas esta práctica de forma solitaria, nunca te has preguntado ¿por qué no ver pornografía con la persona que amas y así experimentar sensaciones en conjunto con tu enamorado (a)?.
Si existe esa confianza no hay que privarse de ver algo con tu compañero (a), imágenes que pueden ser de porno gay, posporno, porno hétero clásico, porno antiguo. Sea como sea y de la época que sea, lo importante es atreverse a abrir un link en conjunto y disfrutar de este arte amatorio plasmado en un filme erótico.
Lazo sexual
Junto con generar un mayor lazo sexual, un estudio reciente publicado en “The Journal of Sex and Marital Therapy” que fue realizado por Kevin Alderson y Marley Resch, dos sexólogos canadienses, arrojó que las parejas que ven porno unidas, permanecen unidas por mucho más tiempo.
Además la investigación arrojó que las personas que miran películas sexuales en conjunto tienden a tener relaciones más satisfactorias y más duraderas. ¿Por qué? La razón principal de ello es porque hablan más y son honestas. El ocultamiento y la vergüenza nunca fueron buenos socios del amor/deseo, es lo que afirman los expertos a la revista femenina Entre Mujeres.
Asimismo, los expertos sostienen que el sexo necesita de variantes y en una era de estímulos visuales, las películas porno para mirar en pareja son una excelente opción al minuto de encender la pasión y lujuria. Del mismo modo, el doctor Walter Ghedin explica que: “Los sexólogos sabemos que el contacto cuerpo a cuerpo, el complacerse mutuamente, darle importancia al juego erótico y las fantasías siguen siendo las fuentes de placer más importantes, no obstante hay que saber adaptarse a los tiempos que vivimos e incorporar nuevos recursos, y entre ellos está el cine “hot””
Y aunque las películas porno no son una novedad, tiempo atrás eran patrimonio casi exclusivo del público masculino, tanto hétero como gay. Sin embargo, hoy son ellas las que han sucumbido a esta práctica y han incorporado a las relaciones nuevos fetiches que vienen a encender la relación en la intimidad.
Las mujeres gustan de películas que incorporen algo de su propia mirada sobre el sexo: varones y mujeres más cercanos a la realidad, no quedarse en un rol sumiso, sugerir antes que mostrar. A los dos les estimula el juego previo y hasta la misma excitación. Algunas serán más visuales y ya con la misma imagen quedarán excitadas, para otras será la antesala para el disfrute con el compañero o la compañera sexual, es lo que señalan los expertos en su estudio.
Ambos miembros de la pareja pueden enriquecer el sexo con el aporte del porno, la clave para el éxito es elegir aquellas películas que combinen sexo, erotismo, y un rol femenino que no sea la típica mujer que el hombre dispone según su gusto. Hoy es posible encontrar parejas que eligen el material que van a ver, aceptan sugerencias y hasta filman su propia película casera.
Los tiempos cambian para mejor, no hay que asustarse, ver porno en pareja no mata neuronas sino que todo lo contrario, las estimula. Tampoco supone una conducta transgresora ni que se está perdiendo el deseo. El sexo necesita incorporar novedades. Pero no olvidemos que el encuentro entre los cuerpos y la imaginación son esenciales.
ALGUNAS DE LAS VENTAJAS Y REGLAS
Aumento de la compenetración. Compartir esta experiencia nos va a estimular tanto mental como físicamente. Nos va a proporcionar además una complicidad especial, como dos personas que comparten un secreto íntimo. Esto no se trata de ver a gente desnuda en una pantalla, sino de compartir una experiencia.
Evita las comparaciones. Los actores y actrices porno son por regla general auténticos dioses del sexo con cuerpos perfectos. Intentar que tu vida sexual se parezca a una película porno, en la que se suele cuidar cada ángulo de cámara o niveles de iluminación, es un error. Pese a que el sexo en pantalla es real, no deja de ser una ficción.
Aprender juntos. No existe una tendencia sexual, por extraña que nos parezca, que no tenga su representación en las películas para adultos. Investigar entre los distintos géneros con tu pareja puede hacer que descubramos juntos nuestro nuevo fetiche o práctica de la que hasta ahora no teníamos ni idea. Experimentar en la cama, siempre que sea consensuado, nos va a reportar un montón de ventajas y nuevas experiencias.
Elegir también porno dirigido por mujeres. Como ya se sabe, la mayoría de vídeos porno está dirigido por y para hombres, y la tendencia es que la mujer sea tratada como un objeto. Pero, existe una nueva generación de directoras que están dando visibilidad a las apetencias y fantasías de las mujeres. Ver esta clase de porno junto a tu hombre le abrirá los ojos a tus exigencias y realidades.
Erotismo femenino ¿Con qué fantasean las mujeres?
DESEOS OCULTOS
Episodios conscientes
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales, pero han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Hasta hace unos años, el contenido de esas "escenas" era más bien romántico y poco trasgresor. Pero algunas cosas están cambiando. La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez analiza el tema para Entremujeres.
Las fantasías, según Sigmund Freud, son, ante todo, sueños diurnos, escenas, episodios, novelas, ficciones que las personas forjan y se narran a sí mismas en estado de vigilia (despiertas).
Son imágenes mentales que pueden contener una escena completa o solo recortes o imágenes aisladas, y en general desarrollan y visualizan deseos no siempre insatisfechos. Y/o recrean situaciones estimulantes y placenteras que la persona no desearía realizar en la realidad: son fantasías y allí concentran todo su "poder".
Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, varones- nes del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.
El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza.
La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual.
Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.
Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual.
Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.
No hay que asustarse: son solo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía.
ALGUNAS FANTASÍAS:
- Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.
- Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.
- Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.
- Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.
- Fantasía de violación sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falocéntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa.
En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.
- El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.
Episodios conscientes
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales, pero han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Hasta hace unos años, el contenido de esas "escenas" era más bien romántico y poco trasgresor. Pero algunas cosas están cambiando. La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez analiza el tema para Entremujeres.
Las fantasías, según Sigmund Freud, son, ante todo, sueños diurnos, escenas, episodios, novelas, ficciones que las personas forjan y se narran a sí mismas en estado de vigilia (despiertas).
Son imágenes mentales que pueden contener una escena completa o solo recortes o imágenes aisladas, y en general desarrollan y visualizan deseos no siempre insatisfechos. Y/o recrean situaciones estimulantes y placenteras que la persona no desearía realizar en la realidad: son fantasías y allí concentran todo su "poder".
Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, varones- nes del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.
El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza.
La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual.
Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.
Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual.
Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.
No hay que asustarse: son solo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía.
ALGUNAS FANTASÍAS:
- Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.
- Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.
- Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.
- Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.
- Fantasía de violación sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falocéntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa.
En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.
- El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)