jueves, 27 de enero de 2011

Lenguaje Sexual, Hablar o no Hablar?


Cuántas veces te habrás preguntado lo que le gustaría a él que le dijeras en la cama, qué palabras podrían excitarle más, o, también, por qué él no te dice nada, o por qué utiliza unas palabras tan groseras cuando tienen intimidad.
Conviene no perder de vista que la sexualidad es un terreno muy personal donde no existen recetas que resulten útiles para todos. Hay varias razones que lo explican.
En primer lugar, habitualmente a las mujeres les encanta hablar…, pero a los hombres lo que les gusta es ver.
Eso significa que, en principio, las mujeres serían más sensibles al lenguaje sexual en la cama que los hombres. Y que la tendencia general de ellas sería a hablar durante las relaciones sexuales, y a ser receptivas a lo que se les diga.
Evita desencuentros
En segundo lugar, después de hacer esa generalización, conviene añadir que las cosas
no siempre son así: cada cual tiene sus preferencias, porque también hay mujeres silenciosas que se distraen si se les habla durante las relaciones sexuales, y existen hombres muy locuaces a los que les encanta decir cosas; a veces muy intimidatorias.
En tercer lugar, también hay que tener en cuenta los gustos personales de cada cual a la hora de utilizar este tipo de lenguaje. No se trata sólo de pedirle que te hable a alguien que no lo desea, o contarle algo a una persona que requiere silencio, es que incluso aunque se tenga gusto por las palabras en la cama, hay que saber qué lenguaje utilizar: ¿romántico?, ¿sensual?, ¿lascivo?, ¿malsonante?, ¿equívoco?, ¿cursi? Con frecuencia, el gusto por el lenguaje erótico en la cama viene de la transgresión que supone utilizar palabras que pueden estar prohibidas en contextos no eróticos. Otras veces, lo excitante viene del uso de palabras corrientes, anodinas, para describir hechos sexuales muy personales en el seno de la pareja. Pero resulta imprescindible conocer cuáles son en cada miembro de la pareja para no meter la pata.
¿Romántico? ¿Lascivo? ¿Cursi? ¿Cómo le gustaría a él? ¿O, definitivamente,
preferiría el silencio? Sea como fuere, el lenguaje erótico
requiere un acuerdo previo entre tú y tu pareja. A algunos les
“enciende”; a otros, no.
Gustos personales
Si bien varía de acuerdo con los gustos de cada cual, los hombres suelen ser menos propensos a hablar en la cama, pero cuando lo hacen tienen cierta preferencia por el uso de expresiones voluptuosas e, incluso, groseras.
A las mujeres, el lenguaje erótico les intimida un poco. Pero esta afirmación no deja de ser una generalización, quizás excesiva; existen peculiaridades personales que se deben conocer para saber a qué se tiene que atener cada cual.
No siempre se trata de utilizar palabras más o menos vulgares. El lenguaje en la cama, con frecuencia, lo que hace es utilizar expresiones muy personales durante la actividad sexual; se trata de un tipo de comunicación muy íntimo para cada pareja.
Este lenguaje puede consistir en una forma de designar los genitales (que a oídos de terceras personas podría sonar, incluso, ridícula), una palabra de significado distinto pero que en la cama se utiliza para denominar a una actividad sexual concreta, un modo muy personal de llamar a la pareja en una situación apasionada, o, simplemente, puede tratarse de un halago dicho a tiempo para enardecer más al otro…
Son numerosas las combinaciones que se pueden hacer con el lenguaje erótico. Y tiene la peculiaridad de que es personal e intransferible.
Por eso, su uso requiere acuerdos previos. Por eso no existen manuales de uso de palabras eróticas en la cama

No hay comentarios:

Publicar un comentario