Todo comenzó con una invitación al cine que Pamela rechazó por parte de un compañero de trabajo. Sin embargo, él no se dio por vencido y lo que parecía una simple muestra de amabilidad se transformó en un acoso constante con llamadas, mensajes y hasta la transgresión, al querer besarla a la fuerza. “Se volvió un tormento porque no paraba de mirarme de forma lasciva en la oficina y me mandaba mensajes con piropos subidos de tono, hasta que intentó propasarse encerrándome en el baño”, contó Pamela.
Como ella, muchas mujeres en diferentes etapas de su vida se enfrentan a acosadores sin saber cómo reaccionar. Primero hay que entender qué es acoso. La abogada Valeria Vilaseca lo define como “acciones de hostigamiento, presión, persecución a una o varias personas en cualquier tipo de ambiente. La conducta genera siempre una sensación de incomodidad y rechazo”.
Vilaseca indica que los casos más recurrentes tienen sesgos machistas, ya sean de uno u otro género, “por ejemplo, a través de comentarios obscenos, insinuaciones, intimidación y contacto físico”.
La psicóloga Marianela Ramos enfatiza que, cuando el acoso se desarrolla en el recinto laboral, lo importante es saber manejarlo y perder el miedo a la denuncia. “Desde lo más leve hasta lo más grave, es importante comentar esta situación a alguien de confianza en el trabajo; de esa manera, cuando se enfrente el problema, se contará con testigos”.
La psicóloga Katia Oporto recomienda mostrar entereza. “Cuando se presenta un caso así, una se siente insegura, denigrada, pero es importante confiar y tener seguridad en nuestra palabra para enfrentar esta situación y ponerle fin”.
Pero el acoso no solo está en el lugar de trabajo: se encuentra también en el colegio y en las calles. Por ejemplo, una de sus manifestaciones más comunes son los piropos, que usualmente se dan en la vía pública. Ya sea desde el más delicado hasta el más grosero, muchas veces son socialmente aceptados, pero agreden y son otra forma de violencia. Tal es el reconocimiento público de éstos, que existen casos en los que algunas mujeres se sienten mimadas por este accionar machista, explica Ramos. “Hay chicas a las que se les educa pensando que son halagos, cuando en realidad es acoso”.
No obstante, ambas psicólogas recomiendan: si estás sola y recibes una avalancha de piropos ofensivos o incluso te tocan el cuerpo, que lo mejor es mostrar indiferencia y salir de donde estés lo más rápido posible, sin reflejar miedo o enojo.
“Es peligroso reaccionar con violencia contra alguien que nos ha agredido porque la reacción puede ser todavía más violenta. Lo mejor es resguardarnos lo antes posible, porque no sabemos con quién estamos lidiando ni si el agresor está influenciado por alguna droga o alcohol”, aconseja Ramos.
Confianza
Otro espacio donde se desarrolla el acoso puede ser el colegio, tanto durante la niñez como en la adolescencia. “Puede existir un profesor o compañeros que la acorralen, entonces los padres son claves para que frenar esta situación. Hay que cimentar la confianza con las pequeñitas y pedirles que nos cuenten todas sus cosas y nunca reaccionar ni con miedo, susto o enojo hacia ellas”, advierte Oporto.
La especialista agrega que desde temprana edad hay que poner este tipo de temas en la mesa y hablar muy claro para que si los pequeños viven en algún momento una situación así, no los tome por sorpresa y puedan frenarla. “Cuando los hijos comparten información, nosotros tendemos a reaccionar mal y eso hace que ellos ya no compartan sus vivencias. Se debe cuidar mucho el enlace de comunicación para evitar el acoso”.
Oporto hace énfasis en que, para nutrir el plano de confianza, es importante explicarles que existen caricias buenas y malas, y que ellos deben saber diferenciarlas. “Las niñas y niños no deben ser presionados, pero es bueno decirles que nadie debe tocar sus partes sexuales ni hacer algo que les incomode, si esto les sucede y no hay confianza con los progenitores, callan”, precisa Oporto.
Reacciones
Es natural que si vives acoso, reacciones con enojo o miedo. Todas reaccionamos distinto, pero lo más importante es resguardarte del agresor.
Seguridad
Existe sanción penal para el acoso sexual, gracias a la introducción de esta figura legal en la Ley 348.
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