Hay ocasiones en que llegamos al clímax y no dudamos en afirmar que ha sido el GRAN O, pero hay días en que definimos nuestro orgasmo con un “estuvo bien”, “he conocido mejores”, “un orgasmito”, o un decepcionante “¿qué pasó?”
“La realidad es que el orgasmo no se siente igual ni llega con la misma facilidad en toda ocasión; pero sus “altas y bajas” no siempre tienen que ver con nuestras parejas, sino con procesos biológicos y con nuestros propios hábitos y costumbres”, explica la famosa sexologa Alessandra Rampolla en su blog. Estos son los factores que nos llevan a ver las estrellas o que nos quedemos viendo al techo.
A favor del orgasmo:
Benditas hormonas: A mitad de ciclo, durante la ovulación, la testosterona aumenta y desata el impulso sexual. Las mujeres tienden a masturbarse más, iniciar el coito, y lograr el orgasmo con mayor frecuencia. El estrógeno y la oxitocina aumentan en los cuatro días posteriores a la ovulación, incrementando así el impulso sexual.
A ejercitarse: Incrementa la testosterona, ensanchan los vasos sanguíneos y aumentan el volumen de la sangre, sensibilizando más el tejido vaginal. Se ha demostrado que 30 minutos de ejercicios, tres o cuatro veces por semana, eleva la capacidad de alcanzar el clímax.
Dieta baja en grasa: Mientras menos grasa corporal tengas, mayor será tu nivel de DHEA (hormona que estimula el deseo sexual). Los bajos niveles de colesterol también reducen la acumulación de placas en las arterias y facilitan la circulación y flujo sanguíneo a los genitales.
Una razón más para meditar: En un estudio realizado sobre la experiencia de 600 mujeres, los ejercicios de respiración y relajación elevaron los niveles de DHEA.
Ver cosas sexys: Las lecturas e imágenes eróticas aumentan los niveles de PEA, sustancia similar a la anfetamina que tu cuerpo también produce cuando siente deseo sexual. Los niveles de PEA alcanzan su punto más algo durante el orgasmo y también están siempre altos cuando estás enamorada.
En contra del orgasmo:
PMS. Cuando la progesterona premenstrual aumenta, la semana anterior al período, casi siempre vemos una disminución de deseo sexual.
Deja el cigarrillo. Estudios indican que las mujeres que abandonan el cigarrillo tienen más orgasmos que cuando fumaban.
Estrés. El estrés puede bajar la testosterona y la DHEA. Si has tenido un día tenso en el trabajo, tu libido puede sufrir las consecuencias. Sin embargo, un orgasmo libera tensiones y ayuda a manejar el estrés.
No dormir. Durante el sueño bajan los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. La falta de sueño provoca una acumulación de esta hormona, lo que puede afectar el bienestar de la mujer y, posiblemente, su apetito sexual.
LOS CINCO TIPOS DE ORGASMO
Para la mujer, alcanzar el clímax durante el acto sexual es una tarea mucho más laboriosa que para el hombre. Pero nosotras, jugamos con una baza a favor muy importante: nuestro cuerpo contiene un mapa infinito para descubrir rutas orgásmicas. A continuación describimos 5 puntos clave, según una publicación de José Manuel Ríos Valiente en Flickr.
Orgasmo clitoriano
Durante mucho tiempo se ha considerado el placer clitoriano como algo superfluo, pensando que el placer vaginal es el único “auténtico”. Esta afirmación es, sin embargo, incorrecta.
El orgasmo clitoriano es el que experimentan la mayoría de las mujeres durante el sexo ya que la función del clítoris es, única y exclusivamente, proporcionar placer. Se encuentra en la zona donde se unen los labios menores y tiene el mismo número de terminaciones nerviosas que el pene.
Pese a que muchos hombres lo desconocen, la penetración vaginal no suele ser suficiente para llegar al orgasmo. Es necesaria también la estimulación del clítoris de forma oral o por medio del tacto. También se puede utilizar algún juguete sexual. Si se hace bien, supone una fuente inagotable de goce y de placer para la mujer.
Orgasmo vaginal
Este tipo de placer es poco común y difícil de alcanzar. Para llegar a él, no basta sólo con la destreza del hombre en la cama o los juegos eróticos que puedan practicarse. Aunque vaya contra el tópico, aquí el tamaño del pene sí es importante, ya que mientras más profunda y enérgica sea la penetración es más fácil estimular el cuello del útero. Además, las sensaciones que se experimentan no son tan intensas como en el clitoriano, ya que las zonas que se estimulan son menos sensibles.
Una buena técnica para llegar al placer es utilizar un juguete erótico de gran tamaño y algo de lubricante para hacerlo más complaciente.
El perseguido «Punto G»
El orgasmo máximo que puede experimentar la mujer es a través de la estimulación del llamado «Punto G», situado dentro de la vagina, encima del hueso púbico. Se llama así gracias a la primera letra del apellido de Ernst Grafenberg, un médico alemán que descubrió este «mágico» rincón del placer en la década de los sesenta. Al estimular esta área rugosa se puede llegar a profundos e intensos orgasmos. Puede hacerse a través de la penetración, utilizando los dedos o con algún juguete erótico.
Algunas hipótesis apuntan a que el «punto G» es en sí una extensión del clítoris y que esto es la causa de los orgasmos vaginales.
Punto U
Se habla poco de este punto, pese a que la intensidad del orgasmo puede llegar a ser similar al del punto G. Se trata nada más y nada menos que... ¡de la uretra! Se encuentra cerca del clítoris y la mejor forma para estimularlo es manualmente, aunque también se puede hacer a través del sexo oral.
De forma individual, la mujer puede estimularlo con caricias circulares de arriba abajo. Ya en una relación sexual, la forma más fácil de acceder al orgasmo con este punto es separando los labios vaginales para que, con la lengua o los labios, sea más fácil acariciar la zona.
Orgasmo anal
Poco a poco deja de ser un tema tabú, pese a que muchas mujeres todavía no se atreven a practicarlo. El sexo anal también puede producir orgasmos, siempre que haya una amplia estimulación previa y se utilice abundante lubricante.
Esta práctica puede proporcionar orgasmos muy intensos, ya que la zona está llena de terminaciones nerviosas. De hecho, algunas mujeres apuntan a que la sensación de placer se extiende a todo el cuerpo durante esta práctica.
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