Si bien las sensaciones del enamoramiento son bien conocidas por muchos seres humanos, quizá valdría la pena mirar más de cerca cómo funcionan estas reacciones a nivel fisiológico.
Cabe aclarar que el amor es una droga. Literalmente. Los centros neuronales que se activan con el
encuentro de la persona amada son exactamente los mismos que aquellos que se activan por el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas.
El Dr. Eduardo Calixto, neurofisiólogos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, en México, explica que lo que provoca la sensación placentera del enamoramiento es la secreción del neurotransmisor dopamina.
La dopamina activa diferentes partes del cerebro para provocar reacciones fisiológicas variadas, como lo serían el aumento de la frecuencia cardiaca o de la presión arterial.
El enamoramiento ocurre cuando el neurotransmisor dopamina actúa sobre la corteza prefrontal, asociada a la cognición.
Pero, ¿por qué empezamos a secretar dopamina? En hombres, el
aspecto físico de una persona es el principal aliciente para comenzar la secreción, siendo éstos principalmente visuales. En mujeres, sin embargo, el proceso es más complejo, ya que involucra otros sentidos
como el tacto o el olfato, factores que son tomados en cuenta antes de elegir una pareja.
Otro gran contraste entre ambos géneros radica en la maduración de la corteza prefrontal. En mujeres, esta zona cerebral termina de interconectarse aproximadamente a los 21 años de edad, mientras que en hombres el proceso es más lento, culminando hasta los 26 años; es por esto que los hombres suelen querer asentarse más tardíamente que las mujeres.
Sin embargo, Calixto explica que con el tiempo, los receptores de la dopamina comienzan a perder su sensibilidad. La única salvación es otro neurotransmisor conocido como oxitocina, cuya secreción está relacionada con la sensación de apego.
Es importante fomentar actitudes de admiración y cooperación e inclusive amistad para salvar la relación.
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