No nos cansamos de recordarte los beneficios del deporte. Incorporar el ejercicio a tu rutina no solo te beneficiará por fuera -sí, mejorará tu forma física- sino también por dentro -también influye positivamente en tu estado de salud y te pondrá de buen humor. ¿Necesitas más motivos? Bien, pues te vamos a dar uno más: ¿qué tal si también fuera beneficioso para tu vida sexual?
Un reciente estudio elaborado por la Universidad de Arkansas ha desvelado que el running ni te agota ni reduce la libido sino todo lo contrario: la aumenta. Y es que practicarlo rompe el círculo vicioso que producen el estrés y la vida sedentaria, verdaderos enemigos de la pasión. Los resultados hablan por sí mismos: el 80% de los hombres y el 60% de las mujeres que han participado en esta investigación y que han hecho deporte han asegurado sentir un aumento del deseo.
Unas cuantas veces por semana
¿Cuánto hay que correr para empezar a notar los resultados sobre nuestra vida sexual? Los expertos aseguran que con una frecuencia de 2 ó 3 veces por semana sería suficiente. Según otro estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, 20 minutos de ejercicio intenso produce en las mujeres un aumento de la testosterona y las alfa-amylasas al terminar, algo que se traduce en deseo sexual.
Pero, en general, los beneficios del running sobre nuestra vida sexual se producen de una manera global y casi como un efecto dominó, al menos en el caso de las mujeres. Los sexólogos explican que el ritmo de vida habitual nos lleva a inhibir el deseo: trabajo, familia, vida nocturna, viajes... El rato que pasamos corriendo nos permite desconectar de tal manera que volvemos a recuperar la estabilidad emocional, por no hablar de que se generan las endorfinas -las hormonas del placer- y oxitocina, necesarias para estar de mejor humor. Sí, éste es el primer paso para que apetezca tener relaciones.
Los efectos del ejercicio sobre nuestra forma física también contribuyen a aumentar nuestra autoestima, algo que se refleja en la propia seguridad. “Es como un aura sexual”, tal y como lo define el psicólogo deportivo Philippe Godin. Es decir, que no solo nos hace estar más atractivas sino que encima nos hace sentirlo, algo que tu posible pareja sexual puede apreciar. El resultado está claro: sin duda, se fomenta que suceda ese encuentro.
¿Necesitas pruebas?
Este artículo publicado en una revista de running ofrece un gran ejemplo que demuestra esta teoría. Durante los Juegos Olímpicos de Londres la organización aportaba un total de 15 preservativos a cada atleta alojado en la Villa Olímpica; es decir, que se repartieron un total de 150.000 profilácticos para utilizar durante los 17 días que duró el evento. En los anteriores Juegos, en Pekín 2008, se repartieron 100.000 mientras que en Atenas 2004 fueron 75.000. Es decir, que la intensísima actividad deportiva ha intensificado también la actividad sexual, tanto que ha ido in crescendo de una edición a otra.
En efecto, practicar deporte de alta intensidad no solo no inhibe la libido sino que la activa. Otro estudio, de la Universidad de Nottingham, confirma que los corredores de larga distancia (de 10 kilómetros en adelante) tienen mayores niveles de testosterona, algo que les permite llevar una vida sexual más activa y satisfactoria. En el caso de las mujeres es especialmente llamativo porque estos altos niveles de testosterona proporcionan, además, mejores orgasmos.
Un dato más (y un motivo más) para empezar a practicar running: las parejas que corren juntas practican más sexo. Sí, todo esto que te hemos resumido anteriormente confluye si encima los dos miembros hacen jogging a la vez.
¿SON LOS VEGETARIANOS MEJORES EN LA CAMA?
Muchas personas argumentan que los carnívoros son más ‘machos’ y fuertes. Pero a la hora de presumir de desempeño sexual, lo vegetarianos aseguran que su dieta los aleja del temible síndrome metabólico, la conjunción de varias enfermedades o factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer cardiopatías o diabetes, patologías que afectan, y mucho, a la vida sexual. Según Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona y directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, “la hipertensión daña el sistema vascular. El endotelio, la capa interna de las arterias y venas, es donde se produce el óxido nítrico, que es clave para la eyaculación y para que el pene se ponga erecto. Por eso las personas con la tensión alta tienen problemas de erección, que se agravan con la medicación que toman para combatir este trastorno. La diabetes afecta también al sistema vascular y al neuronal, y su primer síntoma es la falta de erección, ya que las arterias del pene, que son muy pequeñas y más delicadas, son las primeras en acusar este daño. En el caso de las mujeres la diabetes afecta al deseo y, por lo tanto, a la habilidad para llegar al orgasmo”.
Por otro lado, evitar las proteínas animales redunda en una piel más limpia, suave y con mejor aspecto; en un menor olor corporal y en el hecho de que los fluidos corporales, entre ellos el semen, sepan mejor. Siempre y cuando el concepto de ser vegetariano no sea, exclusivamente, el de evitar la carne; ya que hay “vegetarianos” que se dedican a devorar patatas fritas, pasta, galletas y bollería, con las funestas consecuencias que esto acarrea.
¿Y QUÉ PASA CON LOS ‘PESADITOS’?
El año pasado las personas con sobrepeso pudieron presumir de ‘sex machines’ gracias a un estudio que relacionaba el índice de masa corporal y el rendimiento sexual masculino, llevado a cabo por la Universidad turca de Erciyes, en Kayseri, y que argumentaba que los hombres con sobrepeso son capaces de hacer el amor durante 7,3 minutos, mientras que los que mantienen a raya la báscula llegan solo a los 2 minutos. Según esta universidad, la razón a este despropósito había que buscarla en que los hombres más pesados presentan también mayores niveles de una hormona femenina llamada estradiol, que ralentiza el proceso del orgasmo. Molero apunta que “duran más, generalmente, en los preliminares, porque cuando alguien considera que puede tener un déficit en el desempeño sexual tiende a alargar los preámbulos o a reducirlos al mínimo. El sobrepeso no es bueno para nada y menos para el sexo, porque además, una buena penetración debe tener una trayectoria en forma de ola, para lo que se necesita un movimiento de cadera y energía para poder hacerlo”.
Sin embargo, de todas las teorías sobre si los carnívoros o ‘los verdes’ son mejores en la cama, la más razonable y equilibrada es la publicada en el blog Oscillations. Esta fuente da a los comedores de proteínas animales un mayor deseo y ganas de sexo, pero adjudica a los que se alimentaban de productos del reino vegetal una mejor actuación en la cama, debido a que la maquinaria se encuentra en mejores condiciones. Es decir, quizás un vegetariano piense menos en el sexo, pero cuando se pone a ello lo hace a fondo. Quizás un amante de la parrilla esté sobrado en testosterona, pero su dieta le pasa factura desde el punto de vista funcional. Al final (y como conclusión) lo ideal es conjugar lo mejor de la filosofía alimentaria de ambos mundos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario