Es muy frecuente en esta época contactarse con la gente a través
de las redes sociales. Estas nos brindan la posibilidad de encontrar personas que se hallan en lugares muy alejados y, de todos modos, logran mantener esa ilusión de proximidad. Las citas se tornan frecuentes y, en algunos casos, llegan a conocerse y saber más que de las personas que viven con ellos.
Algo bastante habitual son los amores que nacen a través de los medios virtuales y se convierten en relaciones apasionadas. Novios y amantes se encuentran y se escriben a diario por medio de un dispositivo que los conecta posibilitándoles mantener activos sus sentimientos.
De este modo, la realidad virtual
comienza a cubrir espacios de la
realidad material y a despertar interés en el sujeto, ocupando gran parte de su tiempo, que en muchos casos se les resta a las relaciones sociales y afectivas que no son virtuales.
A través de la pantalla o de las camaritas se da ingreso a una
dimensión animada de la imagen. Las personas se conocen
por fotos, que se encuentran en los portales de los muros
de Facebook o Twitter.
Los autores Beck y Gernsheim en su libro " Amor a Distancia", trabajan las nuevas formas de comunicación, desde matrimonios que viven alejados, hasta las relaciones que se mantienen
a través de Skype y se sostienen . Por esta razón, se produce
un cambio en las relaciones y vínculos de la actualidad , que pasan a ser de territoriales a globales.
Sigmund Freud en la “Conferencia 23, Los caminos de formación
de síntomas” plantea que la época no es ajena a los síntomas
de las personas. Afirma que el síntoma toma la modalidad
de la época.
Por lo tanto, siguiendo al autor, podemos decir que en tiempos
de redes sociales se dan también amores de este estilo.
Cada amor lleva consigo la impronta subjetiva, por lo tanto,
todo lo no resuelto de cada uno, se pone en juego también
en una nueva relación. En cada uno de los encuentros se erige
la promesa de que puede ser la persona y de este modo se alimenta la ilusión. Pero cada cual va por la vida con sus síntomas
a cuesta y estos también se hacen presentes en la relación.
Los amores como cualquier otro afecto nos acompañan en nuestra vida y también se adaptan a ella, por lo tanto, se manifiestan en redes sociales, sobre todo, si tomamos en cuenta cómo
las comunicaciones por internet vienen a ocupar un lugar considerable frente a lo insoportable de la amenaza que representa
la soledad.
La época nos presenta una evolución donde se hace posible
lo que antes era delirante, como comunicarse con alguien por Skype (voz e imagen) que se encuentra a miles de kilómetros.
Si bien Bauman en el texto la “Modernidad Líquida” nos habla
de lo que él llama la elección racional de la época de la instantaneidad, que sería tratar de buscar la gratificación evitando las consecuencias, eludiendo las responsabilidades, podemos decir que el amor en las redes sociales reúne las condiciones necesarias como cualquier otro, y puede ser auténtico.
NOTA: Para cualquier consulta o comentario sobre la columna,
contactarse con Claudia Méndez Del Carpio al correo electrónico claudiamen@hotmail.com
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