viernes, 5 de mayo de 2017

Juguetes sexuales y tecnología, hasta en la lencería

Cada vez son más las personas, en pareja o no, que consumen cosmética, lencería o juguetes sexuales, unos artículos que “animan” la vida sexual y la hacen más “placentera”, en los que las nuevas tecnologías, como el control remoto o por conexión con una App, son tendencia.

“Los usuarios de artículos de adultos demandan cada vez más dispositivos electrónicos, fáciles de usar, intuitivos, cómodos y que se integren en su forma de vida”, asegura Lombardía

“Las nuevas tecnologías lo están invadiendo todo y los usuarios de artículos de adultos demandan cada vez más dispositivos electrónicos, fáciles de usar, intuitivos, cómodos y que se integren en su forma de vida y en su entorno”, ha asegurado en una entrevista con EFE la sexóloga y responsable de “Sex Academy”, Ana Lombardía.

Y es que algunos juguetes ya cuentan con baterías recargables en vez de pilas -tanto a la corriente eléctrica como por puerto USB-, como MIA by LELO, un vibrador tipo lápiz labial, con cuatro tipos distintos de estimulación, que se recarga por medio de conexión USB.

Otros, son controlados por control remoto, activación por voz o conexión con una App en el teléfono móvil, como TIANI by LELO, un masajeador resistente al agua que se puede usar mientras se tienen relaciones sexuales o para tener una experiencia íntima sin necesidad de usar las manos, gracias a su control remoto.

También los hay que se mueven al son de la música, como el vibrador que se conecta al iPod de OhMiBod, que permite a la persona que lo utilice medir la intensidad del movimiento mediante el ritmo o el volumen de la música.

Pero no solo los aparatos vibran, la lencería también. OhMiBod tiene una novedosa línea de ropa interior que vibra y puede ser controlada por el usuario o por la pareja a través su “smartphone”, que se conecta con la prenda íntima por medio de la tecnología Bluetooth.

Incluso, algunos dan los buenos días, como el dispositivo que mezcla la tecnología de una alarma despertadora con la de un vibrador de la firma Wake-up Vibe.

La mujer debe programar la hora a la que desea levantarse, elegir uno de los seis modos de vibración e introducir el artículo en su ropa interior y… ¡Buenos días!

Una tendencia en alza

De acuerdo a Lombardía cada vez hay “más” personas interesadas en “aprender” y “disfrutar” de su sexualidad a través de la cosmética, lencería o juguetes sexuales.

De hecho, según un estudio nacional realizado a mujeres y hombres por la plataforma de compraventa online, eBay.es, uno de cada dos encuestados ha comprado alguna vez artículos de ocio adulto.

Entre las razones que justifican el uso de dichos productos destaca la diversión (90%), una forma de explorar nuevas experiencias (89%), incluir diversidad en la rutina (88%) y una manera de conocer más a la pareja en la intimidad (74%).

Según la experta en sexología, el uso de los juguetes y cosmética en pareja ayuda a “animar” la vida sexual introduciendo un elemento novedoso. Pero también se puede disfrutar de ellos a solas, ya que muchos juguetes, como los vibradores, hacen que la experiencia sexual en la intimidad sea igualmente “satisfactoria”.

Aunque se está normalizando el uso de estos artículos, Lombardía señala que es “importante” que la gente pueda acceder a información y productos de “calidad”, que favorezcan una sexualidad “positiva, saludable y placentera”.

Se deben tener en cuenta aspectos importantes como no utilizar lubricantes con base de aceite si se va a utilizar preservativo, pues “pueden dañarlo y hacer que pierda su eficacia” o la importancia de que los productos de ocio adulto que se compren sean de “marcas conocidas y fiables”, que usen productos hipoalergénicos y fabriquen los juguetes con silicona médica.

“Los juguetes de marcas asentadas y consolidadas en el mercado están fabricados de tal manera que son muy seguros, no provocan accidentes, ni causan alergias”, asegura la sexóloga.

Respecto a las preferencias en la tipología de artículos, según la responsable de “Sex Academy”, ellas demandan productos de colores y formas atractivas, silenciosas, fáciles de usar y con gran potencia.

Mientras que ellos prefieren productos como masturbadores y, además, les gusta regalar lencería erótica a sus parejas.

De hecho, según el estudio de eBay, el 40% de los encuestados prefiere la lencería erótica, un 39% anillos vibradores, un 37% vibradores, un 35%, consoladores y un 26%, juguetería erótica.

Como curiosidad, el estudio muestra que 7 de cada 10 españoles piensan que estos artículos no sirven para conocerse mejor a uno mismo, ni para desinhibirse y el 20% de los españoles no los usan por vergüenza.

“Todavía hay muchas personas a las que les da pudor el tema de los juguetes eróticos, pues piensan que son para ‘pervertidos’, que son algo ‘artificial’, que les van a mirar mal, que si los necesitas es porque tienes un problema…” concluye la sexóloga.



ERRORES CON LOS JUGUETES SEXUALES QUE PONEN EN RIESGO LA SALUD

El modo en que los lava (si los lava), los almacena y los comparte podría acarrearle disgustos en vez de satisfacciones.

• No lavarlos bien

Uno de los errores más frecuentes es no lavar correctamente estos artículos. “Hay que hervirlos hasta desinfectarlos”, recomienda el doctor Gerardo Ventura Serrano, secretario de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO). “Otra opción es recurrir a espumas detergentes-desinfectantes como las que se usan en el ámbito quirúrgico, las cuales hay que dejar actuar durante 10 minutos”. Esto hay que hacerlo antes de cada uso: es decir, que si hemos introducido el juguete en una parte del cuerpo, hay que desinfectarlo antes de introducirlo en otra. De lo contrario exponemos nuestro cuerpo a “virus, bacterias y hongos”, explica el ginecólogo.

• No darle importancia a los materiales

El material con el que se fabrican los juguetes eróticos ha evolucionado para garantizarnos no solo las mejores sensaciones, sino también una mayor seguridad. Actualmente, la gran mayoría de ellos está fabricada con silicona; pero aún existen en el mercado productos de ‘gelatina de goma’ que, a su vez, proviene de unos plastificadores denominados ‘ftalatos’, contaminantes para el medio ambiente, según la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU). “Se añade a los plásticos para dotarlos de flexibilidad”, describe Josetxu Gorospe, ‘brand manager’ de la marca de artículos eróticos LELO España y Portugal. En contrapartida, las siliconas con las que se realizan ahora los nuevos juguetes son biocompatibles, resistentes al agua y no contribuyen al crecimiento de bacterias u hongos.

• Guardarlos en el mismo cajón

También es importante la forma en la que guardamos nuestros juguetes. Oscar Ferrani, divulgador sexual y asesor de las ‘jugueterías’ Amantis, advierte de que “materiales más gelificados, como algunas mezclas plásticas con distintas fórmulas para su fabricación, pueden reaccionar al contacto con otras distintas, alterando sus cualidades originales y llegando a suponer algún riesgo para la salud”, por ejemplo, de infecciones. Por eso, guárdelos en un estuche individual, siempre bien lavados (con jabón neutro) y secos. “Las toallas y trapos dejan residuos que pueden trasladarse al cuerpo o interferir en las características del material. Lo mejor es dejar que se sequen al aire un buen rato y nunca guardarlos estando húmedos. Sobre todo en el caso de las llamadas ‘cyber-pieles’, ya que puede suponer la muerte prematura de tu juguete o su transformación en un ‘bosque’ de microorganismos indeseables”.

• Sumergirlos en la bañera

No todos los juguetes son sumergibles. Aunque hoy en día muchos de estos productos funcionan a pilas o incluso con baterías recargables, siguen existiendo muchos que se conectan a la corriente eléctrica. Elsa Viegas, cofundadora y diseñadora de Bijoux Indiscrets, aconseja que, ante la duda, “nunca juguemos con él dentro del agua o cerca de esta”, antes de llevarse algún susto.

• Compartirlos con su pareja (sin protección)

Aunque puedan usarse en pareja, cada juguete debe ser de uso personal e intransferible si queremos evitar riesgos indeseados. El Ministerio de Salud, a través del Plan Nacional sobre Sida (España) recomienda usar preservativo en los juguetes sexuales cuando se compartan. Estos artiliugios entran en contacto con nuestros fluidos, y por ello “pueden contagiar enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia, la sífilis o el herpes, o incluso de hepatitis B, hepatitis C, o VIH, si entra en contacto con la sangre”, afirma el doctor Gerardo Ventura. Un estudio de la Universidad de Indiana (EEUU) encontró peligro de contagio del virus del papiloma.

• Usarlos para fines inadecuados

Con las formas tan minimalistas de algunos juguetes, a veces no nos queda claro su uso. María José Rodríguez Jiménez, enfermera y experta en sexología de Dolce Love, da algunas directrices: “Si queremos estimular el clítoris y usamos dispositivos pequeños, no debemos usarlos para la penetración, ya que pueden resbalar. Extraer un cuerpo extraño de la vagina es una técnica sencilla, pero de otras partes del cuerpo, como el ano, puede llevarnos al quirófano”. Además de tener en cuenta que los juguetes para uso anal “suelen tener forma más estriada y deben tener siempre un final ancho o tope que impida su penetración completa”, la experta añade que “otros juguetes específicos, como los simuladores de sexo oral, no deben usarse en otras técnicas ya que podemos encontrar efectos opuestos al puramente placentero, incluso llegar a producir lesiones (pellizcos)”.

• Usar lubricantes incompatibles

Si vamos a usar algún dildo o juguete que se introduzca en nuestro cuerpo, la sensación será mucho más agradable si utilizamos un lubricante, aunque claro, no todos valen. Una base de agua será siempre la única opción compatible con cualquier material. Ferrani apunta a que otro error común es emplear aceites de masaje con base mineral a modo de lubricante íntimo.

“Es cierto que resbalan estupendamente, pero terminan alterando la flora vaginal o anal haciéndola menos resistentes a agentes externos o infecciones varias. Con los juguetes puede pasar lo mismo, alteran sus cualidades originales con diversas consecuencias indeseables”, dice.

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