“The Lobster” (2015, Yorgos Lanthimos) ofrecece una distopía en la que hombres y mujeres son obligados a encontrar pareja, alguien con quien compartan una característica inequívoca, como por ejemplo la miopía. La presión para encontrar esa media naranja llega al punto de que quienes no lo consigan serán reencarnados en un animal. No hemos llegado a la aniquilación de los solteros, pero el apremio tecnológico no es desdeñable: aplicaciones que te juntan con quién te has cruzado en el día, otras en las que se puede rechazar o aceptar perfiles con un simple movimiento de pulgar..., todas con algo en común: poner el móvil y la agenda a trabajar para no quedarse soltero.
Con todo, según el análisis de 814 estudios que presentó la doctora Bella DePaulo en la conferencia anual de la Asociación Americana de Psicología, a los solteros no les va nada mal; más bien podría decirse que tienen unas cuantas fortalezas de las que carecen quienes tienen pareja. Si estás sola estos datos te reforzarán en la idea de que no tienes por qué sucumbir a los estándares; si tienes pareja quizás sientas algo de envidia, pero no tendrás que reencarnar en ningún crustáceo.
RAZÓN 1. Tienen trabajos más satisfactorios
Un seguimiento de jóvenes universitarios demostró en un estudio de la Universidad del Estado de Washington que aquellos que atribuían un menor valor intrínseco al trabajo —el relacionado con la satisfacción que se obtiene por las propias tareas— terminaban casándose o teniendo hijos dentro los nueve años después de licenciarse. Una vez en pareja, las mujeres daban menos importancia a las recompensas extrínsecas —sueldo, seguridad, prestigio, oportunidades para aprender— y ambos restaban relevancia a las gratificaciones intrínsecas, como retos o responsabilidades. Cuando tenían hijos, los hombres perdían aún más interés por los valores de las propias tareas para centrarse en la seguridad o el sueldo. En definitiva, los solteros terminaban disfrutando más del trabajo en sí.
RAZÓN 2. Están más conectados a su familia y amigos
Un análisis de las relaciones de los estadounidenses con su entorno, llevado a cabo por la Universidad de Massachussetts concluyó que las personas solteras tienden a estar más en contacto con, ayudar a y recibir ayuda de padres, hermanos, vecinos y amigos que las casadas, que viven en su isla familiar. Y ya lo contaban en BuenaVida: no cuidar las relaciones sociales puede ser tan perjudicial como fumar 15 cigarrillos al día, según el metaestudio con datos de más de 300.000 personas que dirigió la psicóloga Julianne Holt-Lunstad. Otro informe posterior lo avala: la felicidad y la buena salud en los adultos también están relacionados con entorno de amistades fuerte, que derivaba en menos enfermedades crónicas, como diabetes, presión alta, problemas psiquiátricos y complicaciones coronarias.
RAZÓN 3. Se desarrollan más como personas
Aunque el estudio longitudinal que desarrolló la Universidad de Wisconsin-Madison concluyó que el matrimonio reportaba bienestar tanto a hombres como a mujeres, había una serie de aspectos como la autonomía y el crecimiento personal en los que los solteros de ambos sexos puntuaban sensiblemente mejor que quienes tenían pareja. Es algo que se desarrolla con el tiempo: mientras los jóvenes llevaban peor la soltería, los adultos de mediana edad se mostraban psicológicamente más resilientes. “Aquellos que se mantenían sin pareja a lo largo del tiempo, tenían mayor determinación y un sentido de continuo crecimiento personal que no mostraron los que permanecieron casados”, comentaba DePaulo en su intervención.
RAZÓN 4. Son más autosuficientes, también en lo emocional
Una investigación publicada en el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos y conducido por dos profesores de la Facultad de Psicología de Lafayette College, llegaba a la conclusión, tras comparar los recursos psicológicos de los casados con los de los solteros, que si bien los primeros se sentían más integrados en la sociedad, los singles habían desarrollado herramientas propias y eran notablemente más autosuficientes que sus compañeros de estudio con pareja. Una cualidad que usaban para combatir los afectos negativos y potenciar los positivos, para lo que los emparejados tendían a apoyarse en sus vínculos familiares.
RAZÓN 5. Y qué hay de los divorciados
Según este estudio publicado por el Instituto de Estudios del Trabajo de Alemania, con más de 65.000 participantes a quienes hicieron un seguimiento durante 20 años, el matrimonio tiene un claro punto de inflexión para las mujeres que se sitúa en su quinto año, momento a partir de la felicidad que habían sentido a medida que se acercaba la boda, comienza a bajar hasta estabilizarse a niveles de cuando estaban solteras. En cambio, después de tres años de moderación después del divorcio, el gráfico de la felicidad experimentaba una subida pronunciada. Los hombres, por su parte, vivían los años antes del matrimonio con cierta euforia que decaía inmediatamente después de casarse. De cara al divorcio, ya un año antes se encontraban más felices de lo que habían estado antes, un sentimiento que no paraba de crecer tras la separación.
RAZÓN 6. Se ejercitan más
Los solteros dedican más tiempo a mantenerse en forma y a practicar algún deporte que aquellos que se mantienen en pareja, los casados o los divorciados. Así lo indica un estudio realizado en Estados Unidos por el Departamento de Estadísticas a nivel nacional sobre una muestra de más de 13.000 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años.
RAZÓN 7. Mantienen la línea
Existen diferentes estudios que relacionan estar en una relación duradera con el sedentarismo y, por lo tanto, la ganancia de kilos. Uno de ellos lo realizó la Southern Methodist Univeristy of Dallas (Estados Unidos) y lo publicó la revista Health Psychology. Tras examinar a 160 parejas de recién casados durante sus cuatro primeros años de matrimonio, las investigaciones reflejaron que el 60% de estas había engordado.
El motivo principal que dieron los investigadores, liderados por Andrea Meltzer, es que en un matrimonio feliz, la preocupación por atraer al otro desaparece.
De acuerdo con otra investigación reciente, esta vez realizada por expertos de la universidad australiana de Queensland y publicada en The American Jounal of Preventive Medicine sobre una muestra de más de 6.000 mujeres, estas engordan un promedio de casi siete kilos a los diez años de estar inmersas en un matrimonio o con pareja estable, lo que no ocurre cuando están solteras. Si a la ecuación se le añade la llegada de un bebé, los kilos de más se cifran en 10.
RAZÓN 8. Duermen mejor
Un estudio realizado por la organización The Better Sleep Council sobre una muestra de 542 personas evidenció que las personas que no tienen una relación estable y, por lo tanto, no duermen acompañados como costumbre, concilian mejor el sueño que aquellas que cada noche se acuestan con su pareja. De hecho, el 63% de las personas encuestadas que mantenían una relación, reconoció que tiende a dormir lo más distanciado de su compañero cuando comparten la cama por la incapacidad de conciliar el sueño, debido a los movimientos del otro, a sus ruidos, ronquidos, etc. El 26% de estos, admitió a su vez que duermen mejor solos que cuando lo hacen en compañía.
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