Todas las relaciones pasan por altibajos, discusiones y situaciones de crisis, pero no siempre tienen por qué augurar un triste final.
Si has llegado al punto en el que necesitas leer un artículo de este tipo para calmar la inquietud que sientes, probablemente sea porque has llegado a un punto de inflexión en tu relación de pareja. No vamos a desvelarte ningún truco de magia para hacer que su amor vuelva a revivir como el primer día, porque cada relación es un mundo y no sabemos en qué punto exacto se encuentra la tuya. Pero sí podemos darte una pequeña guía que te hará reflexionar.
1. Piensa si merece la pena luchar por la relación
Plantéate qué está pasando. Puede que simplemente se trate de pequeñas diferencias, de discusiones provocadas por la incomprensión o por algún motivo en concreto que causa siempre un rifirrafe. Sincérate contigo misma y pídele lo mismo a tu pareja: si ambos se quieren y tienen claro estar juntos, trabajen en ello. Por el contrario, si en el fondo sabes que no da para más pero estás intentando salvar la relación y te aferras a ella por miedo... Deberías poner un punto final.
2. Identifica el problema
En ocasiones, la crisis de pareja llega como consecuencia de pequeños problemas que fueron dejando pasar. Detalles insignificantes que pensabas que no se convertirían en lo que ahora son: un gran problema. En este caso no queda otra que tragarse el orgullo, sentarse a hablar y ser sinceros. No se guarden lo que les molesta del otro, pues si no será imposible arreglarlo.
3. "Lo siento" y "te quiero", dos palabras esenciales
Ni tu eres doña perfecta ni tu pareja lleva siempre la razón. Como dirían nuestras abuelas, es hora de bajarse de la burra. Es importante reconocer en qué has fallado, si has podido hacerle daño con alguna actitud concreta y viceversa. Recuerda que pedir perdón no significa haber perdido, es un signo de madurez.
4. No intentes cambiar a tu pareja
Ni dejes que tu pareja cambie tu forma de ser. Se enamoraron de quienes son y, aunque podemos cambiar actitudes nocivas para nuestra relación o reconocer fallos, no podemos dejar que otros aspectos cambien. Para que una relación funcione, primero es esencial quererse a una misma y sentirse orgullosa de la persona que somos. Solo así se puede querer a los demás de una manera sana.
5. Vuelvan a conectar como antes
Puede ser un consejo muy práctico a la hora de salvar una relación de la rutina. Cierra los ojos y piensa en aquello que hacían antes: sus primeras citas, las escapadas de fin de semana, las tardes de película y palomitas, las canciones que habrían compartido... Evoca aquello que les hacía sentir bien y les ilusionaba y volver a hacerlo. Es imprescindible crear nuevos recuerdos que fortalezcan vuestra relación.
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