Hay momentos en la vida familiar en que no importa quién tiene la razón, especialmente si buscamos armonía en las relaciones de pareja. Lo importante ante un desacuerdo con tu pareja es ver cómo llegar a un punto intermedio que beneficie la armonía del hogar por un bien mayor.
No sé por qué tendemos a ver las situaciones en blanco y negro. Como si no lograr que el otro acepte tu posición sin chistar, es un fracaso o implica perder. Esto es poco sano y muy destructivo.
Muchas veces he tratado de hacerles ver a parejas que tienen desavenencias, que no se trata de quién gana en las peleas que tienen, sino que tienen que ver cómo lograr que triunfe la armonía en su familia.
¿Cómo? Cada uno debe estar dispuesto a negociar y una buena negociación implica que ambas parten ceden. Es más: implica que nadie se sale completamente con "la suya" y que cada uno debe renunciar a algo de lo que desea para que la otra parte también ceda y logren un punto intermedio.
Obviamente es más fácil decirlo que aplicarlo. Pero conforme va madurando mi relación de pareja, me doy cuenta que vale cien por ciento la pena. Porque aun cuando me gustaría que mi marido siempre piense igual que yo, que siempre lo pueda convencer de hacer las cosas a mi manera, siento que nuestra relación se fortalece cuando dialogamos y encontramos un punto intermedio.
Puede ser una discrepancia sobre cuándo quitarle el chupete o chupo al bebé, sobre el horario de las tareas, cuándo quitar los pañales o el tipo de educación que queremos. Hasta puede haber conflicto en las relaciones de pareja por cuánto tiempo dedicar a los abuelos, qué comida dar a los hijos o el horario para acostar a los hijos a dormir. Por más superficial que parezca el tema, puede generar grandes conflictos y debemos decidir si realmente vale la pena pelearnos o enojarnos.
Hacer concesiones, siempre y cuando la otra parte reconozca el esfuerzo que implica y respete lo que ha cedido el otro, es mucho más productivo que estar inmóvil y constantemente en una competencia por ver quién logra debilitar la posición del otro.
Por eso digo que cuando te enfrentes a puntos de vista diferentes con tu pareja respecto a temas muy importantes para tu familia, reflexiona sobre los efectos que nuestra obstinación puede dejar sobre nuestros hijos. Cada día aprendo que a veces ceder un poco, ayuda a que ganemos mucho como familia. El tema es que no seas siempre la que cede, porque si no, terminarás resintiendo a tu pareja, ¿no crees?
No hay comentarios:
Publicar un comentario