Todos los avances realizados en este campo parecen indicar que la fascinación que siente la mayoría de los hombres por los pechos femeninos tiene su origen en la evolución.
1. Teoría del eco genital.
Esta teoría sugiere que los senos femeninos se convirtieron en centro de atención masculino cuando el hombre comenzó a caminar erguido.
Hasta entonces, al igual que ocurre con numerosas especies de animales, el varón se interesaba principalmente por el trasero de las hembras, puesto que quedaba justo en su línea de visión.
Cuando los seres humanos comenzaron a caminar sobre dos piernas, el trasero ya no se veía tan directamente y destacaban más los pechos.
Esta teoría sostiene además que en paralelo, le evolución hizo que los pechos femeninos crecieran y se bambolearan para imitar la anatomía del trasero y seguir así atrayendo la atención de los varones y garantizar la continuidad de la especie.
2. Atracción de la oxitocina
Otra posible causa de la atracción ejercida por los pechos puede encontrarse en la oxitocina, una hormona que juega un importante papel en la relación que se establece entre madre e hijo durante la lactancia y más tarde en la pareja durante el acto sexual. De hecho, los pezones son una zona erógena para muchas mujeres, que encuentran placentera su estimulación durante la actividad sexual.
Esa estimulación favorece la segregación de oxitocina. Así, que argumentan que el atractivo de los pechos se debe precisamente a su capacidad para favorecer la generación de esta hormona y su utilidad es la de activar los sistemas neuroquímicos capaces de mantener unida a una pareja.
3. Sinónimo de riqueza
La teoría de la evolución es el soporte de esta teoría que asegura que los hombres heterosexuales se sienten atraídos por los pechos femeninos porque en estados anteriores, tener unos pechos voluminosos era señal de que la mujer gozaba de un acceso constante a alimentos y una mayor capacidad para amamantar a sus hijos, lo que implicaba a su vez mayores posibilidades de supervivencia para su prole. Algunos estudios dicen haber descubierto que los hombres de menor nivel y estatus socioeconómico prefieren mujeres con pechos grandes.
Estos estudios concluyen que cuando el hombre no tiene acceso garantizado a los recursos suficientes para mantener a su descendencia, busca una pareja del sexo opuesto que sí los posean. Eso incluye los recursos económicos
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