Cuando hay amor...
el sexo adquiere otra tónica
La importancia del placer físico entre dos personas que se aman es incuestionable.
Lo que realmente vale es aprender a diferenciar los breves intercambios de pasión entre dos cuerpos que se desean por el mero goce de la piel y la creación de puentes que fortalecen conexiones, mientras experimentan un estado de satisfacción permanente donde las mentes se empalman.
Las parejas que han logrado establecer esta diferencia y llevarla a la práctica con éxito tienen ciertos comportamientos que permiten afianzar aún más el amor luego del acto sexual.
Es interesante, ya que la mayoría de las parejas tiene en cuenta estos aspectos instintivamente: comparten caricias, se miran a los ojos y, en ocasiones, hablan, de temas que serían tabú si se tocaran en otro momento.
Estas señales, que nacen de hábitos silenciosamente adoptados, hacen la diferencia entre encuentros casuales y vínculos que cultivan el amor, lo que convierte al momento post-coital en uno de los preferidos por las parejas que se aman:
Ñ La piel dice más de lo que aparenta. En un ambiente donde predomina el amor y la confianza, el cómo somos tocados intensifica su cualidad positiva a partir del quién nos toca. Las parejas que se aman lo saben y por eso intercambian caricias y roces después del sexo, ya no con el objetivo de un nuevo encuentro sexual, sino con el fin de hacer que el otro sienta, piel con piel, la propia felicidad, gratitud y alegría.
Ñ El lenguaje de las miradas. Mirar directo a los ojos de quien amamos en una actitud franca y serena es, en cualquier contexto, una forma de navegar en sus sentimientos y manifestar los propios, a veces de manera tan inexplicablemente perfecta, que no hace falta pronunciar palabra alguna. Pero, hacerlo justo después de haber compartido el placer del cuerpo encierra cierta magia, pues la noción de desnudez parece trasladarse de la piel a la mirada y aquello resulta en un desnudo distinto, un desabrigo mental que no da frío.
Ñ Las conversaciones son mejores sobre sábanas. Para dos personas que se aman, las sábanas, lejos de perder importancia después del sexo, se convierten en el refugio perfecto para la confesión de secretos y emociones intensas que, a menudo, desbordan la capacidad de las palabras.
Más allá de los “Te amo” que suelen deslizarse por los bordes de la cama, el intercambio de ideas y pensamientos que se da justo después del encuentro sexual se desenvuelve sobre un hilo de emociones de tal magnitud que la pareja comúnmente se descubre develando sueños, miedos, angustias y esperanzas con una libertad absoluta. La plenitud que el sexo en soledad no alcanza, pero el amor sí conquista.
Si no le has sacado todo el provecho al “después de”, es hora de considerarlo seriamente. En el amor se valen tantas cosas como sea posible imaginar, siempre y cuando respetes tu integridad y la de tu pareja. La salud emocional abarca todos los aspectos de la relación afectiva y contempla a cada miembro de ella por separado y como una unión, sin lugar para exclusiones. Cuantas más herramientas tengas para vivir el amor a plenitud, menor será la distancia entre la felicidad y tú.
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